Decenas de colectivos indígenas y campesinos mayas de la península de Yucatán buscan detener la construcción del tren que lleva su nombre al considerar que habrá repercusiones negativas tanto en el ecosistema como en lo social.
Pese a que el presidente del país, Andrés Manuel López Obrador, anunció que 92.3% de los que votaron en las consultas populares para la realización del Tren Maya se inclinaron por el sí, miles de pobladores sostienen que el proceso no se apegó a normativas internacionales y al mismo tiempo, no deja claro los impactos ambientales que se generarán.
Con una inversión que ronda los 120 mil millones de pesos, el proyecto contempla la construcción de mil 460 kilómetros de vías férreas que cruzarán por Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
Lo anterior, según señala el gobierno federal a través documentos oficiales, es con miras a generar desarrollo sustentable, social, cultural y económico para la población de las zonas, sin embargo, esto parece no convencer a la comunidad Maya de los estados por donde correrá uno de los proyectos que más ha impulsado López Obrador.
Pedro Uc Be, es integrante de la Asamblea de Defensores del Territorio Maya Múuch'Xíinbal, en entrevista, habla del tren, asegurando que no necesitan del medio de transporte que se utilizará para pasajeros y carga.
¿Qué se sabe de los daños ecológicos que puede originar el Tren Maya?
"El gobierno no ha hecho los estudios de impacto ambiental correspondiente, se supone que todo proyecto de esta magnitud tendría que verse si el suelo está preparado para eso o tendría que hacerse un cambio".
"Nosotros a través de especialistas hemos hecho unos estudios que han demostrado que el suelo cárstico que hay en la zona podría tener problemas. Yucatán es pedregoso, tiene muchas cavernas y ellas tienen aguas (cenotes): todo esto se vería impactado y me parece que es importante que el proyecto presente los estudios de impacto, pero no lo han hecho".
"Hay daño que generaría al agua, a la cultura, al mismo tejido social, a la lengua, a nuestras formas de vivir, a la seguridad y una serie de situaciones que va a traer como impacto sobre todo en los famosos polos de desarrollo, porque el tren no es solo eso, sino lo que viene detrás de él, que implica una serie de otros proyectos para que sea el negocio como lo están pensando los que lo impulsan".
¿Cuáles son esos otros proyectos?
"El tren viene a complementar una serie de proyectos que empezaron hace algunos años en la península de Yucatán con el tema la soja transgénica: son miles de hectáreas que se cultivan en toda la península, entre ellas están las de Alfonso Romo, quien es el jefe de la Oficina de Presidencia y que tiene aquí sus cultivos: toda la producción necesita de un transporte de un carga, de un tren".
"Luego está el tema de los turistas y el tren va a tener que trasladar a la gente a los lugares donde hay cenotes, donde hay lagunas, donde hay zonas arqueológicas. El tren también necesita de corriente eléctrica, para eso hacen unos megaproyectos de energía renovable, que son las fotovoltaicas y las eólicas: nos damos cuenta que el tren complementa el gran proyecto de la explotación de la península".
"La gente que se va a beneficiar son los empresarios, ellos tendrían el control de muchas cosas y nosotros los mayas vamos a sufrir una especie de atomización y dispersión frente a todo este impacto social, ambiental y comercial que se va implementar a raíz de todos estos proyectos".
El gobierno federal señala que los resultados de las consultas populares avalan el apoyo social hacía al tren ¿cómo es el acercamiento a las comunidades por parte de ellos?
"Mucha gente ha sido desinformada por una propaganda muy fuerte, tipo campaña electoral, que ha desarrollado el presidente para que los pueblos puedan aceptar. Engañándolos, dándoles una moneda de cambio".
"Andan de comunidad en comunidad para desinformar a la gente, para poner en práctica esa propaganda, para promover el 'evangelio del tren', la 'buena noticia' del tren desde la perspectiva del gobierno".
"Si necesitan agua, carreteras, puentes, les dicen sí, pero que digan sí al tren, frente a eso mucha gente dice 'está bien, si nos van a dar todo eso puedo decir que sí', pero es una propaganda, no es información".
"Una muestra muy simple es lo que pasó el día de la consulta, en donde al reverso de la boleta había una lista larga de beneficios que traería el tren, pero en ningún momento habla de problemas que pueda generar".
"Con esto se viola el convenio 169 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) y también nuestros artículos consagrados en el artículo 2 de la Constitución".
“Con nosotros no se han acercado. No hemos tenido la suerte de que nos escuchen. Si se han referido a las voces críticas ha sido para criminalizarlas, para satanizarlas”.
Si no es el Tren Maya ¿qué necesita realmente la población de las comunidades?
"Es un tema que necesita discutirse en las comunidades mayas, cosa que no se ha hecho. Creo que es la tarea pendiente, es parte de la política pública que se necesita impulsar, el dialogo con las comunidades".
"A partir de la discusión que se dé en cada una de las comunidades, que ellas mismas digan cuáles son las necesidades de desarrollo que hace falta para darle prioridad a la vida que los mismos pueblos deseen y propongan", finalizó.