Han pasado más de treinta años. Han sido perseguidos, golpeados y encarcelados sus líderes. Incluso, han sido asesinadas dos mujeres, lideresas del movimiento reivindicador de la comunidad Maclovio Rojas. Autoridades han pasado y una tras otra han hecho caso omiso de la terrible situación que guardan los colonos desde hace años, de estar a punto de perder sus posesiones después de haber pagado por ellas o de tener legalmente la posesión de las mismas.
Sin embargo, el ejido Francisco Villa reclama el pago de los predios porque la autoridad que prohijó esas ventas no cumplió con el ejido, creando una situación conflictiva que al correr de los años se ha complicado de tal manera que autoridades van y autoridades vienen y nadie quiere hacerse cargo de la situación que afecta a la totalidad de la sociedad tijuanense.
Entre las pocas autoridades que trataron de resolver el problema del Maclovio Rojas está el gobernador Bonilla, pero que no le alcanzó ni el tiempo ni el apoyo de las autoridades federales, en el corto período que le tocó gobernar al estado. Al llegar el nuevo gobierno, la gobernadora declaró después de la última manifestación frente al aeropuerto de Tijuana, que “…es un conflicto entre particulares”, es decir que al Estado no le correspondía resolverlo.
Sin embargo, la Presidenta de la República, recién tomó posesión del cargo, envió gente de confianza para revisar el caso del Maclovio; de inmediato, se pusieron a trabajar colonos con autoridades federales y estatales en buscar el hilo por donde se podría encontrar la solución. Luego, el gobierno estatal habló de encontrar terrenos para resolver, no sólo el caso del Maclovio, sino el de muchos grupos de colonias y fraccionamientos, entre otros, los que vendió el gobierno del estado a los particulares sin haber pagado a los ejidos afectados con las ventas (como el ejido Rojo Gómez) en que las autoridades en los últimos 30 años se han negado a cumplir con su responsabilidad, dejando crecer un conflicto que afecta a la sociedad entera. Tuvieron que pasar tres décadas, dos asesinatos, mucha represión y manifestaciones bloqueando carreteras, la planta de PEMEX y el bloqueo al aeropuerto, afectando a los tijuanenses, cuando era responsabilidad del gobierno encontrar la solución, que ahora sí, por órdenes de la presidenta Claudia, están haciéndolo.
Envío. A la presidenta le preocupan los problemas sociales, pero más la inseguridad…”
(El autor es Cronista de la ciudad y catedrático del CUT)
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