Este 1 de octubre de 2024, empieza para el país una nueva etapa, pero nos preguntamos si deberá empezar también una nueva “era”. Existen todos los elementos para que esto suceda. Una mujer asume la presidencia, después de 200 años de la república independiente. Llega con la votación electoral más copiosa de la historia. Contará con la mayoría calificada en las cámaras y con la mayoría de los estados. Encabeza un movimiento que en forma de partido ha tomado ya el poder casi total del país.
Trae consigo un programa que avala la mayoría del pueblo, supuestamente, por el voto popular. Además, independientemente de las protestas e inconformidades de la oposición, cuenta con las posibilidades de dar al país una nueva era de progreso y bienestar. Pero, el gobierno anterior, presidido por Andrés Manuel López Obrador, para algunos el mejor presidente y para otros el peor, dejó algunos pendientes que requerirán una revisión profunda para realizar cambios también profundos. El primero y gran pendiente es la inseguridad.
Pese a todo lo que se diga y justifique, estamos más inseguros que nunca. La violencia en Culiacán, en Chiapas, en Guanajuato y la que tenemos en nuestro estado, son muestras graves de lo que padecemos hoy, como nunca antes. Esta es una asignatura pendiente, de gran importancia.
Otras, también muy graves, son la militarización, la desquebrajada salud pública, la deficiente educación, el desapego por la cultura y la investigación científica. También la simulación y la corrupción en algunas áreas del gobierno federal. Gobernadores que se comportan como virreyes y la no formación de una nueva policía civil en todo el territorio nacional como estaba planteado y prometido. Sin duda AMLO, cambió para bien muchas cosas y reivindicó a millones de mexicanos sacándoles de la pobreza. Pero terminó su mandato este 30 de septiembre y el tiempo es ahora de Claudia. Ella es nuestra esperanza de que asuma plenamente el liderazgo del país y cumpla las expectativas de millos millones de mexicanos que esperamos una nueva era de democracia, justicia y progreso, sin simulaciones, que el México de hoy reclama.
En el ámbito regional, este 1 de octubre, siete municipios recibirán (excepto Mexicali) nuevos ayuntamientos, que no deben ni pueden continuar las mismas políticas erráticas de sus antecesores. Les deseamos el éxito, por el bien de todos.
Si seguimos haciendo lo mismo, tendremos los mismos resultados.
(El autor es Cronista de la ciudad y catedrático del CUT)
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