Por años, priistas, panistas y perredistas 'chuchos', criticaron al actual presidente por haber dicho la frase "al diablo con sus instituciones" cuando, el 6 de septiembre de 2006, Felipe Calderón fue declarado presidente electo por el entonces Trife.
Las vueltas que da la vida. Ahora, 18 años después, son ellos quienes las quieren mandar al diablo, porque no les favorece y no les cuadra tampoco un resultado electoral.
Claro que este no fue por el 0.56% de diferencia, sino por mucho más.
Primero, salieron con la ridiculez de querer anular una elección presidencial donde perdieron por ¡32 puntos de diferencia!
Segundo, se inventaron una "sobrerrepresentación" que no es tal.
Si Morena y sus aliados van a tener el número de diputados y senadores que van a tener, se debe a que ellos mismos cayeron en la trampa de las leyes electorales creadas en el salinismo, para que el PRI de entonces, con menos votos, siguiera teniendo mayoría en el Congreso de la Unión.
El Artículo 54 constitucional, en su fracción IV, es claro, afirmando que "ningún partido político podrá contar con más de 300 diputados por ambos principios".
Dice "partido", en ninguna parte dice "coalición".
Ni Morena, ni el PT, ni el Partido Verde, van a tener, ninguno, más de 300 diputados.
Así que no hay "sobrerrepresentación" ni es ilegal el reparto de curules que plantea el INE.
Como no tienen argumentos legales a su favor, los opositores refieren que, en vez de aplicarse al pie de la letra lo que dice nuestra Carta Magna, debe "interpretarse" el "espíritu" de la misma, un "espíritu" que, por supuesto, es el del "haiga sido como haiga sido", el de "la pobreza es un mito genial", el de "ni los veo, ni los oigo" y demás principios éticos y filosóficos de esa élite que hoy se siente como dos en un zapato al no tener el poder y, sobre todo, el dinero que da el poder.
Tan la inmensa mayoría ya tiene claro que ese grupúsculo solamente quiere de vuelta sus privilegios y que el país les importa un comino, como siempre, que a su manifestación del pasado domingo ante el INE, en la Ciudad de México, solamente acudieron 700 personas.
Bueno, 699 y Claudio X, faltaba más.
Mientras esa oposición se niegue a renovarse, sus caras sigan siendo los Manlios, Xóchitles, Claudios, Belaunzaranes, Foxes y Acostas Naranjos y no haya quien los obligue -por voluntad propia no lo harán- a aceptar que su tiempo se acabó, ya el morenismo puede estar tranquilo. Hay buen chance de que el guinda dure sus propios 70 años y que, como diría el personaje de Fidel Velázquez en 'Presidente Interino', el partido sea eterno, en el sentido de que varias generaciones de mexicanos nazcan con este en el poder y mueran igual.
RENOVACIÓN: Cuando Felipe González perdió el poder en 1996, tras haber sido el mito de mitos de la naciente democracia española, creyó que sus compatriotas se hartarían pronto de Aznar. Así, para la siguiente elección, en 2000, empujó la candidatura de un heredero político suyo: Joaquín Almunia, al cual también había ayudado a llegar, sinuosamente, como su reemplazo en el liderazgo del PSOE. Los resultados fueron desastrosos: en 2000, Aznar no solamente volvió a ganar, sino que incrementó tres veces y media la diferencia entre el PP y el PSOE, en algo parecido a lo que ocurrió con AMLO y Sheinbaum.
El PSOE entendió, así, que la sociedad aborrecía al felipismo y que su tiempo había acabado. Eligió como líder a una cara nueva, José Luis Rodríguez Zapatero, 18 años más joven que González, con otra forma de hacer las cosas, un discurso renovado y un estilo diametralmente opuesto a la soberbia característica de González, que se sentía una especie de salvador de España, mientras que Zapatero tenía un talante bonachón y cercano a la gente de a pie.
Zapatero también se despojó de las narrativas del felipismo, para identificar las inconformidades con Aznar, sacando raja de una en particular: el envío de tropas españolas a la guerra bushiana de Irak, que suscitaba una enorme oposición social. En 2004, con ese argumento y tras el 11M, Zapatero triunfó, al obtener 3.1 millones de votos más que Almunia, incluyendo 600 mil que le 'robó' al PP. Los 11 millones de boletas de Zapatero lo convirtieron, en aquel momento, en el candidato más votado en una elección española en toda la historia, y solamente serían superados por los 11.2 millones que sacó él mismo, cuatro años después, al reelegirse, cifra que hoy sigue insuperada.
Mientras la oposición mexicana sea manejada por un grupúsculo que se siente superior al resto de la sociedad y considera tontos a quienes no voten por ellos, será imposible que ganen, siquiera, una elección parlamentaria.
El día que entiendan eso, encuentren a su Zapatero y entiendan que ellos deben irse a su casa para dejar el lugar a l@s que vienen, otro gallo les cantará. Mientras, a seguir haciéndole pisos a la 4T
NUÑO: En verdad resulta cínico y casi de risa loca que Aurelio Nuño, el peor secretario de Educación Pública que ha tenido México, el mismo que jamás fue maestro de escuela, el mismo de Frida Sofía, el mismo que decía "ler" en vez de leer, ¡venga a criticar la política educativa actual! Pues por eso no hace nada la oposición ¿A poco creen que les vamos a creer a semejantes lacras? Señores, ya siéntense
MÁS RISA LOCA: Es fascinante que Jorge Tsutsumi, ex delegado tijuanense, diga que se va del PRI, ante la reelección de 'Alito', por "salud mental". Miren nomás ¿Y por qué será que a Tsutsumi, en sus "38 años de militancia", no le afectaron su "salud mental" todas las transas de Peña Nieto, o las tropelías de Salinas, o el Fobaproa de Zedillo, o los desfiguros de Madrazo, o las malas mañas de Elba Esther? Fíjense, ahorita que el PRI ya no da cargos públicos ni dinerito ¡a Tsutsumi se le afecta la "salud mental" de estar en semejante partido! ¿No les digo? Esos opositores no pueden pasar un minuto sin humillarse a sí mismos y exhibirse. Otra vez: Señores, ya siéntense
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