Bastantes veterinarios de Tijuana se frotan las manos con la medida que obliga, desde hoy, a ponerle un chip, dentro de su cuerpo, a sus perros y gatos, para que los dejen cruzar a Estados Unidos.
Hace unas semanas, Victoria Ortega, de Televisa, hizo una nota que parecía comercial de esos veterinarios, diciendo que ese chip costará "solamente" 1000 pesos. Bueno, seguramente Victoria gana bien en Televisa, porque no todos tienen mil pesos que les sobren y no todos los que cruzan la frontera con un perro o gato lo hacen para ir a comprar a la Swarovski del Fashion Valley Mall
Los microchips, requeridos, supuestamente, para disminuir mascotas extraviadas o callejeras y localizar a sus dueños, han tenido una eficacia cuestionable, pero sí han servido para que empresas como Avid, que los fabrican, hagan grandes negocios.
Ni qué decir de los veterinarios que los aplican.
Pero es necesario recordar casos como el de Andrea Rutherford, quien demandó, en Estados Unidos, a Merck Sharp & Dohme y Digital Angel Inc. porque su gato, Bulkin, desarrolló cáncer en el sitio de su microchip: https://www.govinfo.gov/app/details/USCOURTS-ilsd-3_06-cv-00159
O este otro, en Japón, que afectó a dos cachorritos: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC9887216/
Dado que es un requisito para cruzar a su mascota, es imposible evadir esa medida, a menos que usted prefiera dejarla siempre en México.
Este columnista aborrece cualquier cosa que provoque dolor o sufrimiento a los animales, por mínimo que sea, así que no le diré que aplaudo esa nueva estupidez de las autoridades gringuitas, que son malas para detener el fentanilo en sus fronteras, pero buenos para estas tontadas
Si usted tiene gatijos o perrijos, la recomendación es que se informe con una veterinaria o un veterinario de fiar
Evite los veterinarios de instalaciones lujosas y precio oneroso. En un país como México, a mayor lujo en una profesión, mayores transas a cuestas
Busque veterinarios modestos pero honestos, que no vean esto como un negocio salvaje, sino como lo que es: un procedimiento quizás molesto para su mascota, pero que, hecho con amor y corrección, será algo menos amargo...
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