Cuarenta niñas y niños asesinó Hamas en su incursión a un Kfar Aza, un poblado agrícola -llamado kibutz en Israel, equivalente a un ejido mexicano-, durante su brutal ataque del llamado Sábado Negro, día en que esa horda de terroristas asesinó a mil 200 inocentes.
Esos dos datos debieran bastar para que existiera una condena unánime a Hamas. Pero no. Resulta que varios gobiernos "progresistas" latinoamericanos se han puesto del lado de los terroristas. Y junto a ellos, varios "periodistas".
El presidente chileno, Gabriel Boric, primero guardó silencio y, después, igualó los ataques terroristas de Hamas con la respuesta del ejército israelí en Gaza. Es decir, para Boric es igual que unos terroristas lleguen y asesinen a 40 niñas y niños, o a mil 200 civiles inocentes, que nada tienen que ver en el conflicto, con que el ejército de un país responda a semejante masacre.
Peor aún estuvieron Gustavo Petro y, ¿cuándo no?, Nicolás Maduro. Petro comparó a Israel con los nazis, mostrando no solamente su ignorancia histórica, sino su estupidez. Y Maduro, respaldando abiertamente a Hamas.
En México, Carmen Aristegui le ha dado voz en su noticiero a defensores de Hamas. Y La Jornada se ha constituido en algo así como el porrista mediático de ese grupo terrorista. Y el caricaturista de El Universal, Acelo Ruiz, 'Chelo', también se puso a glorificar a los asesinos de Hamas.
En este punto hay que entender algo: Hamas es patrocinado por la dictadura de Irán. El objetivo de Hamas, como tanto se ha repetido en estos días, es la destrucción de Israel. Pero esa es una envoltura más bien mediática y religiosa para venderse con su público. Hamas y los ayatolás iraníes tienen metas más terrenales: poner en Israel un gobierno títere, que les ayude a que sus socios se apoderen de ese país ¿Y quiénes son sus socios? Rusia, China, el narcotráfico mundial y sus socios banqueros, las mafias de tráfico de personas. El crimen, pues.
Esa alianza criminal le aplicó a Benjamín Netanyahu, premier israelí y su enemigo, la misma receta que a todos sus contrarios políticos, para tratarlo de tumbar: emboscada de sus socios mediáticos y protestas callejeras. Como esto no funcionó, pues decidieron que era "buen momento" para asesinar inocentes, bebés incluídos, para ponerle más presión y hacerlo caer.
Por supuesto que Netanyahu tiene lo suyo y que está lejísimos de ser Yitzhak Rabin. Ojalá hubiera otro Rabin. Pero es que Hamas y los ayatolás iraníes tampoco quieren un Rabin, sino un títere.
Otra cosa relevante es que Hamas NO representa a Palestina, a diferencia de lo que sus amigos mediáticos nos quieren hacer creer. Hamas está enfrentado a la Autoridad Nacional Palestina, que controla Cisjordania, mientras los terroristas controlan Gaza, que es de donde surgió el ataque del sábado. Hamas NO pelea por Palestina, pelea por sus intereses y los de sus patrocinadores, como la dictadura extremista iraní.
La Autoridad Nacional Palestina desea la paz con Israel y quien no la quiere, ni la ha querido jamás, es Hamas.
También es importante diferenciar a los terroristas de Hamas de las palestinas y los palestinos de a pie quienes, como en todo conflicto, pagan con sus vidas lo que sus líderes políticos hacen. Ellas y ellos son inocentes.
La paz en Israel y Palestina requiere de un ejercicio de cesión por parte de ambos lados y esto no se ha dado y es difícil que se dé cuando, como dijimos líneas arriba, hay tantos intereses externos metidos ahí.
También hay que entender ese conflicto como una consecuencia de las invenciones occidentales, como lo fue la creación de un estado judio en un territorio que, durante siglos, fue parte del Imperio Otomano. Lo de toda la vida: estadounidenses y europeos van y se deshacen de sus problemas en el tercer mundo y este, como traspatio, paga el precio. En 70 años, los israelíes nunca han podido tener paz en su tierra prometida. Pero los políticos han estado felices con esa "solución"
Y el Sábado Negro ha servido para mostrar, una vez más, quiénes son los "progresistas".
Los "progresistas", tan defensores de los derechos de las mujeres y las comunidades identitarias -discúlpeme, pero me irrita usar el peyorativo término 'minorías'-, aquí no tienen empacho en justificar a terroristas que asesinaron niñas, niños y muchas, muchas mujeres.
¿O acaso los terroristas de Hamas, que llegaron en parapentes motorizados a perpetrar la masacre en el festival Tribe of Nova, de música electrónica, fueron preguntando quién era gay o trans para no asesinarle? ¿O evitaron asesinar mujeres? NO. Asesinaron mujeres, personas de la comunidad LGBTQI+, activistas. Agarraron parejo
Luego, esos "progresistas" tan preocupados por las mujeres, ¿cómo pueden apoyar a un grupo terrorista que está patrocinado por una dictadura, la de los ayatolás iraníes, que asesinó a Mahsa Amini, que reprime y veja a tantas y tantas mujeres?
Pues la respuesta es fácil: porque a esos "progresistas" NO les interesan realmente las mujeres, ni las niñas o niños, ni mucho menos la comunidad LGBTQI+; solamente les dan por su lado para ganarse sus votos, llegar a los gobiernos y, desde ahí, favorecer a la alianza criminal de dictaduras, narcos, terroristas y 'polleros' que los patrocina.
Así que tengámoslo claro: NO hay terroristas "buenos". Alguien que asesina a una niña o un niño jamás es bueno. Y hay que separar izquierdistas de "progresistas", porque estos no son más que los sicarios políticos y mediáticos de unos vulgares criminales ambiciosos. Punto
QUIJANO: Sale el presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública, Roberto Quijano, con que la prohibición de narcocorridos y de conciertos de quienes los interpretan no resolverá la violencia. No, pues por sí sola no. Pero va a impedir que aumente ¿O acaso no recuerda al niño tijuanense de 9 años que pidió ir vestido de sicario a su escuela y cantar una canción de Peso Pluma?
¿El señor Quijano tiene socios narcos, o por qué defiende ese tipo de música y conciertos? Es pregunta
Misma pregunta para ciertos "periodistas" que defienden a capa y espada que sigan los narcoconciertos ¿De ahí salió para ciertas propiedades que se compraron? ¿O por qué otra razón lógica un "periodista" defendería que se interpretaran canciones que ensalzan a secuestradores, asesinos y violadores?
Y no nos vengan con la libertad de expresión. Primero, la libertad de expresión no puede estar fuera de la ley. Y la ley dice que no se puede hacer apología del delito. Enseguida, ¿por qué ahí si quieren libertad y son los mismos que se oponen a que el gobierno haga campañas para frenar el consumo de drogas? Qué raro ¿no?
Podridos infelices...
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