Brutales. Así han sido las consecuencias del temporal de lluvias que ha azotado a Valencia, dejando escenas que parecen impropias de un país europeo, con vehículos apilados uno sobre otro, en autopistas o calles llenas de lodo, o arrojados por corrientes de agua sobre rutas de tren a las que destrozaron, ya convertidos en ariete de esa naturaleza furiosa.
En México conocemos bien la historia: un desastre natural desnuda la falta de previsión e interés de las autoridades para anticiparse a este. Luego, viene el uso político, como arma arrojadiza entre opuestos, de la falta de asunción de responsabilidades, transformadas en irresponsabilidades de cada gobierno.
Lo sucedido en Valencia no es nuevo, ni inédito, pese a que no faltan quienes, a la usanza de moda, pretendan caracterizarlo de esa forma y achacarlo al cambio climático. El 14 de octubre de 1957, dicha región había sufrido una desgracia similar, tras la cual se hizo un desvío artificial del cauce del río Turia. En aquella ocasión hubo 300 muertos.
Y tampoco es nueva la falta de seriedad en los gobiernos para prever los desastres naturales. Esta es la trigésima primera inundación propiciada por una tormenta así en la historia de España, a las cuales se les llama "gota fría" o DANA -acrónimo de Depresión Aislada en Niveles Altos- en el país ibérico. En Valencia, desde que existen registros históricos, hay afectaciones por estos fenómenos meteorológicos.
Muy poco ha sido el tacto del líder opositor, Alberto Núñez Feijóo, quien intentó sacar raja política de la tragedia. También parece muy escasa su inteligencia, pues el gobernador local, Carlos Mazón, y la alcaldesa valenciana, María José Catalá, son de su partido. Cierto es que el gobierno nacional, encabezado por el socialista Pedro Sánchez es impresentable y, en fechas recientes, se han descubierto grosos casos de corrupción a los que se le vincula. Pero querer sacar votos del dolor humano no es de recibo, e iguala a Feijóo con pillos como el "progresista" Beto O'Rourke. No cabe duda que los extremos se tocan.
Aunque, al momento de escribir esta columna -viernes-, la cifra oficial de muertos en Valencia rebasa los 200, el diario inglés The Times da una proyección de 400, porque hay decenas de desaparecidos y se han encontrado, dantescamente, personas muertas al abrir cocheras inundadas, o al revisar esos vehículos varados que están por todas partes.
Decíamos que las escenas vistas parecen impropias de un país europeo, porque, a la distancia y desde la frecuente idealización tercermundista que se hace del primero, se pensaría que un país como España tendría las medidas de prevención y contención para evitar una tragedia así. Pero bueno, queda claro que la política como herramienta para darle a la sociedad un mínimo de certezas, está de bajada en todo el mundo
Una muestra de que la historia es cíclica y que los políticos se parecen mucho estén en el primer mundo o en el tercero, es el hecho de que el ministro del interior español -equivalente al secretario de Gobernación-, Fernando Grande Marlaska, y el propio Mazón, han dicho que tomarán medidas adicionales para evitar que voluntarios lleguen a las zonas de desastre, pidiendo que se queden en sus casas, en una calca de lo que ocurrió en nuestro país durante el terremoto de 1985, con Miguel de la Madrid.
Resulta impresionante y conmovedora la marcha a pie de miles de valencian@s para ayudar a quienes tuvieron peor suerte que ellos, llevando lo mismo herramientas para ayudar en la remoción de escombros, que alimentos no perecederos (https://tinyurl.com/4s4thz5k).
Ante esa solidaridad inmensa, políticos como Grande Marlaska, izquierdista "progresista", y Mazón, derechista, solo saben mostrar su estupidez.
Frente a esa incapacidad, mental y manifiesta, de los gobernantes nacionales y locales, la organización Manos Limpias ya presentó una querella contra los titulares de lo que en México llamamos protección civil, tanto a nivel nacional como en la región (https://tinyurl.com/5n7bnjuw)
Y es que a diferencia de lo ocurrido en los terremotos turcos de los últimos años, donde Erdoğan y su gobierno fallaron en prever, pero fueron eficaces y raudos en los rescates, aquí las altas autoridades españolas se ven pasmadas ante la magnitud de lo ocurrido. Es decir, erraron en el a priori y ahora están congelados viendo su falla en el a posteriori, en lugar de actuar rápidamente. Al más puro estilo mexicano, solo les falta entonar nuestro clásico "¿y ahora qué vamos a hacer?"
Y señalamos altas autoridades, porque los bomberos, médicos, enfermer@s de a pie, se han rifado. Pero las cabezas están perdidas y más preocupadas por culparse y que no les echen la culpa del dilema.
La tragedia de Valencia demuestra, una vez más, que la sociedad no puede confiar su existencia a gobiernos comandados por políticos a los cuales no les importa en absoluto. Lo que nosotr@s no hagamos, no vendrá ningún político a hacerlo
DAVID: Como siempre en estos hechos, hay historias impresionantes, providenciales. Una es la de David, un hombre de 34 años que circulaba en su furgoneta por la V-31, una autopista que bordea el oriente de Valencia. Parecía una tarde normal, atascado en el tráfico, pero, de un momento a otro, aquella vialidad se convirtió en un río. David rompió a patadas una ventanilla de su camioneta para escapar al techo, pero ni eso bastó y debió arrojarse a la corriente, que lo arrastró y en la cual sobrevivió milagrosamente hasta poderse asir de un contenedor, al cual se encaramó y donde resistió, entre penumbras, en una gélida madrugada, terrorífica, en la cual vio a otros morir en ese río de vehículos arrastrados por el agua sin control: "Había una chica delante mío que estaba ahí gritando y estaba medio hundida. Luego, la vi desaparecer". Al amanecer, bajó el agua y pudo escapar del lugar, mientras su familia lo imaginaba muerto. Salió prodigiosamente ileso. Llegó a su casa y lleno de lodo cayó en su cama, rendido. Hoy, vive para contarlo (https://tinyurl.com/bdfmdmzn).
IMÁGENES: Son impresionantes las imágenes aéreas de la destrucción que el ministerio del Interior de España ha subido a YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=3vKSWwDwJno
COBERTURA: A diferencia de lo sucedido en Estados Unidos o Turquía, y a veces en México, donde se interrumpe la programación de TV abierta, incluso por días enteros, en tragedias de esta magnitud, las redes nacionales españolas se limitaron a sus espacios noticiosos habituales y a unos cuantos especiales para sus coberturas. A este autor, defensor como es de la deontología periodística y mediática, siempre le sabrá a poco que una cadena prefiera pasar un programa de chismes rosas o un reality, a darle tiempo a hechos como este y usar el poder de la pantalla para vincular a quienes necesitan ayuda con los que pueden darla. En ese poco, la mejor cobertura fue la de Telecinco que, al menos, desplazó a sus conductores principales, Carlos Franganillo y Ángeles Blanco, a la zona de los hechos, para encabezar sus noticieros 'in situ'. Además, es magnífica su pericia y eficacia técnica, en tanto desplegó varios reporteros a la zona de los hechos y en media hora, con gran rapidez, abarcaban muchos enfoques. Y sin que hubiese las típicas fallas técnicas o de continuidad que vemos en México, donde no está listo el enlace o un reportero no escucha
CLAUDIA: Y pésima, Claudia Sheinbaum, al no ofrecer su mano solidaria a España en esta hora, ni en sus redes, cuando la nación ibérica siempre la tendió ante las tragedias mexicanas. En cambio, unas horas después de la desgracia valenciana, la presidenta insistió en que el gobierno español se disculpara por la Conquista, demostrando una vez más, si es que falta hiciera, que los radicales no se comportan como humanos funcionales
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