Muy preocupados andan políticos, académicos y comentócratas, con la idea de que el futuro gobierno de Donald Trump presione a México para acabar con el tráfico de fentanilo y se ponga a combatir a los narcos y se quite de "abrazos", que fueron la máxima en el gobierno de López Obrador y continúan siéndolo en el de Sheinbaum.
Argumentan que les preocupa la "soberanía". Se rasgan las vestiduras diciendo que esa soberanía va a ser mancillada si llegan drones estadounidenses que ataquen a los narcos en México, o si mediante dichos aparatos se riegan los cultivos de droga con químicos que los destruyan.
Fíjense qué preocupados por la soberanía mexicana.
De los preocupados por el bando opositor, varios son los que han defendido a capa y espada las intrusiones de Ken Salazar, el embajador de Biden, en la vida política mexicana, respecto a temas como las reformas eléctrica y judicial.
Por el lado oficialista y "académico", se cuentan los que aplaudieron el saludo de López Obrador a la madre del 'Chapo', o quieren justificar y limpiar a los narcocorridos como "expresión cultural" (sic), o hacen libros y textos que romantizan a los criminales y sus esposas; todos ellos son a quienes la soberanía les ha importado muy poco cuando hacen acuerdos de "cooperación tecnológica" con la dictadura china o traen un ejército de médicos cubanos.
Pero lo que les preocupa a todos, en realidad, es que se acabe un negocio que los tiene viviendo más que bien.
Un negocio que, por lo demás, mata a cientos de miles cada año y destruye millones de vidas, entre adictos, familias rotas, extorsiones, secuestros, y negocios conexos como el rapto de migrantes y la explotación sexual de niñas, niños y mujeres.
Las lujosas torres de apartamentos y los residenciales privados de alta gama, que han crecido como la hierba, la mala, por todo el país, tienen como clientes a narcos medianos y mini que han visto un crecimiento exponencial de su cartera, como nunca antes.
En un país que tuvo un crecimiento promedio del PIB que apenas llegó a 1% en el sexenio lopezobradorista ¿Cuál es el negocio que subió boyántemente? El crimen, en todas sus formas: tráfico y secuestro de migrantes, producción, distribución y venta de drogas, prostitución. Todo se elevó galopantemente, junto a las ganancias que dejan esos infectos negocios.
Y con ese reguero de dinero se ha pagado lo mismo las costosas campañas de publicidad y pautaje para convertir en ídolos a narcocantantes que entonan melodías de alabanza y ensalzamiento a sus patrones, que el sueldo de "periodistas", "activistas" y "académicos" que, en cuanta oportunidad tienen, romantizan al crimen, airean los "abusos" de las autoridades y hablan de "cambiar el paradigma", que no es otra cosa que legalizar el negocio de las drogas y darle amnistía a los criminales.
Y, por supuesto, ese dinero también ha sobrado para cooptar empresarios que, enfermos de ambición, aceptan lavar cuantiosas sumas y pagarse un auto eléctrico o un departamento para la amante con las migajas que les regresan.
No hace falta ir muy lejos. Basta platicar con un vendedor de bienes raíces 'comunicativo', algunos colegas de esos "académicos" o empresarios a los que les preocupa que haya algún narcoataque en su trabajo o en reuniones a las que asisten, o un compañero de esos "periodistas", que cuentan como fulano o zutano se va de vacaciones a lugares paradisíacos o come a diario en restaurantes con cuentas de 2 mil pesos, cuando en su medio gana 15 mil pesos mensuales.
Entonces, cuando Trump y sus asesores de seguridad salen a decir que ahora sí están cansados de que el gobierno mexicano les juegue el dedo en la boca, que se acabaron los "abrazos" y que van a romperle la madre a los negocios del crimen, es lógico que salga un ejército de preocupados a criticar semejante cosa, pero no preocupados por la "soberanía", sino preocupados porque se les va a terminar el festín.
Si en verdad les preocupa tanto la soberanía y tan afanosos están de que no haya un solo dron estadounidense en México, pues fácil: basta con que esos particulares acaben sus alianzas con el crimen y el gobierno se ponga a combatirlo en serio y se quite de "abrazos". Pero pues no, eso es imposible. Ni dónde.
En esta era, lectora, lector, lectore, hay muy pocos desinteresados y, habitualmente, quienes salen a rasgarse las vestiduras por algo, es porque afectar ese algo les pisa los callos.
Es lo mismo que cuando hay grupos que salen a quejarse de la desaparición de los órganos autónomos u otras cosas, es porque les afecta y casi siempre esa afectación es a su bolsillo.
Pero hay millones que ya no aguantan vivir en este país donde más de media élite está bien encamada con el crimen en un festín que jode a millones de personas de bien.
Ningun@ mexican@ de bien puede oponerse a que su país viva en paz y se acabe con el crimen.
Como Bukele lo acabó en El Salvador, donde ahora la gente de bien es la que sale feliz y en paz en las noches.
Los que se oponen, usted lo sabe, es porque se les acaba su fiesta.
¿O usted si va a caer en su engaño?
BIDEN: Joe Biden indultó a su hijo Hunter, para evitar que vaya preso por tener armas ilegalmente y no pagar impuestos. Apenas el 8 de noviembre, la vocera de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, había reiterado que Joe no indultaría a su hijo. Antes, Biden había prometido, en una entrevista con ABC, medio afín, que no perdonaría a su hijo, ni conmutaría su sentencia, ni usaría sus poderes extraordinarios como presidente para beneficiar a su familia.
No olvidemos que, además de sus conductas delictivas, Hunter es una fichita que se encamó con la viuda de su hermano y la hizo adicta a las drogas.
Pero eso son los Biden y eso es el Partido Demócrata: una banda de hipócritas que mientras se hacen los buenos, son tan o más terribles que el resto.
PREOCUPADÍSIMOS: Mientras empresarios y académicos mexicanos juran y perjuran que los aranceles contra México van a perjudicar "gravemente" a la economía estadounidense, allá el mercado opina otra cosa: S&P 500 y Dow Jones alcanzaron récords el viernes y cerraron el mejor mes del año, tras el anuncio de los mismos, nos informa el WSJ (https://tinyurl.com/6hrtacz6).
Mejor estuviéramos haciendo lo de Trudeau.
PUBLIRREPORTAJE: Indignante, sin duda, el publirreportaje que el New York Times le publicó en su primera plana del domingo al Cártel de Sinaloa, elaborado por Natalie Kitroeff y Paulina Villegas, que no merecen el honorable título de periodistas. Son, apenas, voceras del narco. Periodista no es el que se presta a hacer panegíricos para los criminales, sean del bando que sean. Periodista era Manuel Buendía que murió, precisamente, por denunciar la colusión entre crimen y autoridades.
¿Qué hace un grupo de poder cuando siente que sus intereses serán afectados? Pagar publirreportajes, para imponer la narrativa que le conviene. Y así le está haciendo el narco ante el anuncio del próximo gobierno estadounidense de que se le combatirá y se acabaron los pactitos y los abrazos.
Kitroeff y Villegas se avientan una historia digna de La Rosa de Guadalupe, donde el narco contrata estudiantes de química en Sinaloa para hacer fentanilo. Y en una de manual, las narcovoceras del NYT apelan a la sensiblería de los lectores estadounidenses, con la historia de un estudiante que trabaja para pagar el tratamiento de cáncer de su papá y otra para ayudar a su mamá, que tiene cinco hijos. Nada más que Natalie y Paulina dejan dos 'detallitos' sueltos: uno, que con 16 mil pesos mensuales no se cura a ningún enfermo de cáncer en instituciones privadas. Como mucho se pagaría un suero, algunos medicamentos y medio día de hospital. Dos, que esos dos estudiantes acabarán asesinados con todo y sus familias si se salen del "negocio", lo que no ocurriría en un trabajo normal y limpio.
Si esos 16 mil pesos los pagara una empresa legal, seguramente que Natalie, Paulina y todos los voceros del narco dirían que ese sueldo es una "miseria". Como aquí los paga el crimen, son abundantes y alcanzan para tanto como los dos pesos de Bartola.
Luego, para que Natalie y Paulina hayan tomado fotos en un narcolaboratorio y sacado esas historias, es porque el referido cártel estuvo de acuerdo ¿O a poco creen que ese o cualquier cártel iba a permitir que se saquen fotos en sus guaridas criminales o de su gente, para hacer un reportaje crítico? Si lo permitieron, fue porque les conviene que salga ese reportaje.
Y cómo no. Si poco les falta a las dos narco voceras del NYT para pedir que, en vez de enviar drones a bombardear esos narcolaboratorios, el gobierno estadounidense les preste dinero a todos los cárteles para hacer miles y miles y darle "empleo" (sic) a las nuevas generaciones. Ah, lo olvidaba, es que justo eso quieren: legalizar el negocio y hacer millones de adictos. De los adictos, total, que se encargue el gobierno y la sociedad. Las ganancias son lo de ellos.
Tenga cuidado porque, en los próximos días y en las siguientes semanas, van a sobrar publirreportajes de esos en radio, TV, prensa y portales, defendiendo a la dictadura china, al terrorismo árabe y al narco, que están más que preocupados, ellos también, porque se les está acabando la fiestecita que tenían con Biden
Y recuérdelo: el que le da voz al narco, el que entrevista criminales, o el que lo romantiza, NO es periodista. Es su vocero. Y está contra la gente de bien.
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