AVISO: Antes de comenzar esta columna, quiero darle un aviso importante. La periodista Ana Velia Guzmán necesita el apoyo de todas y todos, pues urgen donadores de sangre para su causa. Usted la recordará, a lo largo de muchos años, en su faceta de conductora de los noticieros de TV Azteca en Tijuana. Bueno, pues Ana Velia está luchando contra el cáncer desde 2021 y ha tenido una recaída, por lo cual se encuentra ingresada en la clínica 20 del IMSS, desde el jueves.
Si usted puede donar sangre, acuda de volada a la clínica 7 del IMSS, ubicada en el bulevar Salinas. Tiene que ir en ayunas y entre las 7:00 y 12:00 horas, indicando que su donación es para la paciente de la cama 481 que está en la clínica 20 del IMSS.
Si no puede donar, comparta y comparta en sus redes sociales, avísele a sus conocidos, pero siempre se puede ayudar de alguna forma. Yo no conozco personalmente a Ana Velia y nunca he tenido el gusto de trabajar con ella, pero tal cosa no obsta para que le pida que, cuando menos, le dedique una oración.
También, antes de comenzar, quiero enviarle mi más sentido pésame a la familia Peña, especialmente al estimado Benjamín, por el fallecimiento de su hermana Gabriela, quien era regidora de Tecate. Sé que no hay palabras suficientes en estos momentos. Abrazo solidario, fraterno.
OLIMPIADAS
Aunque los vaivenes políticos nacionales y geopolíticos siguen su curso, el mundo anda con un ojo al gato de eso y otro al garabato de los Juegos Olímpicos de París.
Los temas y las polémicas que la justa ha arrojado son cuantiosos, pero ha sido un puñado de hechos los que han captado la atención, así que los vamos a revisar escueta, pero puntillosamente.
Lo que va usted a leer es crítica dura. Dejamos los elogios y la construcción de pedestales para los medallistas en manos de los corifeos de siempre. Aplaudidores sobran y usted puede sintonizarlos, escucharlos y leerlos con abundancia. Aquí vamos a lanzar munición gruesa, que es lo que tanto nos falta.
ARGENTINA
Es cuando menos cínico que un país que ha hecho de la trampa su "método" para triunfar, como ha sido Argentina en el fútbol, se haya quejado amargamente de que, por una vez en la vida, le haya tocado la otra cara de la moneda: la de ser desfavorecido en decisiones polémicas, en estos Juegos Olímpicos.
Del mundial de 1978 con todo y aquella semifinal contra Perú, hasta "La mano de Dios", pasando por el agua con somníferos que le dieron a los brasileños en 1990, y los arbitrajes para encumbrar a Messi y los suyos, en 2022 y 2024, cuando al astro no le daba el fútbol para ganar un Mundial ni la Copa América, la historia de la selección argentina es la de la trampa, el cochupo y las componendas, disfrazadas de "picardía" y disimuladas como chiste.
Es imposible que los argentinos pidan respeto, cuando ellos acaban de hacer un video racista sobre jugadores franceses para "celebrar" su triunfo en la Copa América, en otra más de esas viñetas de soberbia, petulancia y 'porquepuedosismo' que han caracterizado a los jugadores albicelestes a lo largo de los tiempos, pero que ya no caben en el mundo actual.
ALEXA
Francamente vergonzosa fue la actitud con que la gimnasta bajacaliforniana Alexa Moreno acudió a los Juegos Olímpicos.
Mientras otras gimnastas, a la menor falla, lloraban o se enojaban consigo mismas -y ya no hablemos de Simone Biles, que se exige al máximo-. Alexa tuvo una caída de un aparato, digna de gimnasta amateur ¿Y qué hizo? ¡Se echó a reír!
Y luego, ante Televisa y Claro Sports, no mostró la más mínima vergüenza por su pobre actuación, ni siquiera un "México, les fallé, una disculpa".
Algunos "periodistas" deportivos, que más que eso son fans de Alexa y otros atletas, justificaron su pobrísimo desempeño con el hecho de que tenía una lesión.
Bueno ¿Y cómo explicamos que Natalia Escalera, que tenía un ligamento roto, y a quien vimos llorar del dolor, tuvo una mejor puntuación en la única prueba donde compitieron ambas?
De hecho, Natalia, a diferencia de Alexa, si tuvo vergüenza, jugándose, literalmente, su carrera, al arriesgarse a competir en, cuando menos una prueba, en su afán de ir a desquitar la beca que no pagan ni Ana Guevara, la directora de la Conade, ni la presidenta del Comité Olímpico Mexicano, María José Alcalá, sino ¿quién cree?... ¡Usted y yo, de nuestros impuestos!
El problema con Alexa es que la han encumbrado sin haber ganado nada. Porque la realidad es esa: Alexa, en Juegos Olímpicos, no ha ganado nada.
Lo que sí ha hecho es rentabilizar más que bien toda esa virulencia digital que le cayó en 2012, cuando algunos dementes se burlaron de ella por tener su complexión y ser gimnasta -con lo cual dichos orangutanes digitales mostraron, además, su ignorancia-.
Pero ya se exageró esa rentabilización del "soy víctima". Cynthia Valdez ganó 10 medallas en Juegos Panamericanos y jamás la patrocinó Toyota, no le hicieron una muñeca Barbie, ni mucho menos se le dio tantísima palestra.
Y ahí hay un punto polémico: ¿Qué le estamos enseñando a las niñas mexicanas, a las mujeres del mañana? ¿La moraleja es "no importa que te esfuerces, no importa si eres ganadora o no, importa que seas víctima"?
Cynthia y Alexa han sido signo de sus tiempos. La primera, como bálsamo de una sociedad mexicana que se negaba a doblarse y rendirse en un 2011 donde el país se ahogaba en la sangre de la narcomasacre en el Casino Royale, la "turbulencia" que mató a Blake, y demás viñetas calderonianas. La segunda, como un detalle de estas épocas cuatroteístas, donde con Alexa se repite la política gubernamental y el ánimo social hacia la juventud actual: "Tú no te preocupes si repruebas en la escuela, mijito, no te preocupes si vives con tus papás hasta los 30, si no haces nada de tu vida, eres 'vulnerable', tienes 'derechos' y todo lo mereces nada más por nacer".
Ojo, Simone Biles ha sido víctima de cosas muchísimo más graves que el bullying digital que vivió Alexa, y Simone no se quedó ahí, se levantó y es ganadora como la que más. Está codeándose con el mito de Comaneci y eso es mucha pasta. Simone si es un ejemplo para las niñas, porque el punto es "ok, puedes vivir cosas horribles, pero puedes luchar, levantarte y ser una triunfadora de tu profesión y de la vida".
Por eso, aunque a muchos les pese y les moleste, ya es hora de que veamos y analicemos a Alexa tal cual es. Urge que deje de ser anatema que se le califique en base a sus resultados, despojándola del halo protector que ha maquillado, por 12 años, sus carencias para competir, de verdad, con la élite mundial de la gimnasia, salvo en Tokio y con la ausencia de la prodigiosa Simone Biles.
Por favor, que Alexa se retire, que no vaya a Los Ángeles. Tendría 33 años y, francamente, iría a hacer un ridículo más grande. Hay que tener vergüenza, porque, poca o mucha, esa beca que ella recibe -de 41 mil pesos en 2022 y de 6 mil en 2023- serviría para que muchas familias, en este país con tantas necesidades, comieran, mínimo, un mes, sino es que más.
SENA
En toda olimpiada, el COI toma decisiones cuestionables, cuyo único objetivo es lavarle la cara al país sede sobre algún 'problemita' que tiene.
En China, se hizo tontito sobre las garantías individuales. En Brasil, sobre la explotación a los obreros que construían las obras para el certamen y la farsa del "izquierdismo" de Lula/Rousseff en cuanto a la protección de los trabajadores. A esos dos gobiernos, les echó el maquillaje de las hazañas deportivas y la parafernalia mediática, sobre sus grandes defectos.
Desgraciadamente, ya se acabaron los José Ramones y sus acólitos en el periodismo deportivo -el verdadero José Ramón también se volvió acomodaticio y de sus acólitos ni hablemos-, dispuestos a criticar a la FIFA o al COI, sin temer al castigo o a que les negaran la acreditación, porque primero estaba decir las cosas como eran.
Pero como a este columnista no le interesa en lo más mínimo recibir una acreditación del COI para sus eventos, podemos decir que es una canallada obligar a que los atletas naden en ese río tóxico y lleno de mierda que es el Sena.
Emmanuel Macron, quien cada día tiene más difícil maquillar sus excesos y carencias como presidente, se gastó mil 400 millones de euros en "limpiar" el Sena.
Su compinche en semejante aventura/negocio, la alcaldesa "socialista" de París, Anne Hidalgo, hasta se metió a nadar al Sena, aunque poquito, cual política mexicana queriendo defender lo indefendible.
Como el Sena nada más no se digna a estar limpio, no le ha quedado otra a Macron e Hidalgo que pedirle al COI que les ayude a falsear la realidad y haga competir a los atletas, para justificar el gastazo que hicieron.
El 10 de julio, a dos semanas de los juegos, el artista callejero James Colomina y un ayudante, hicieron una protesta pacífica ante la Torre Eiffel, colocando un puesto que vendía botellas con agua "ligeramente contaminada" -así decía en la etiqueta- del Sena, a 10 euros. La policía los quitó y amagó con ponerles una multa de 3 mil 750 euros (casi 75 mil pesos). Ah, pero no fueran los ultra izquierdistas del Nuevo Frente Popular, vandalizando monumentos para "festejar" su triunfo ante Marine Le Pen, porque ahí sí se vale y nadie los multa ¿La diferencia? Que los dementes del NFP son amigos de Macron e Hidalgo y no los exhiben. Liberté, Égalité, Fraternité, you know
TRANSMISIONES
Luego de ver las transmisiones de Claro Sports, único medio que tiene todas las competencias en vivo -Televisa solamente emite de día-, uno siente ganas irrefrenables de irle a pedir perdón a la memoria del 'Tigre' Azcárraga.
En serio que Claro Sports da pena. Y mucha.
Ya se sabe que Carlos Slim y su yerno, Arturo Elías Ayub, se caracterizan por invertir un peso y querer ganar diez. Eso y controlar un semi monopolio telefónico es lo que ha encumbrado a Slim en un país como México, donde mientras un empresario esté bien con el gobierno, con 4T o sin 4T, le deja hacer y deshacer
Pero en serio que en Claro Sports han invertido medio peso.
Hay comentaristas que, sencillamente, no saben ni de lo que están hablando. Eso es terrible, porque tú puedes no saber de un deporte, pero, si tu empresa te dice que vas a narrar los Juegos Olímpicos, pues te preparas, te compras libros, te macheteas la historia, las reglas del deporte que te toque, investigas quiénes son las estrellas y demás.
Y la mayoría de los comentaristas de Claro Sports no hicieron ese trabajo, su trabajo
Es horrible que en ese medio peso que invirtieron, haya comentaristas que están solos, sin nadie que les dé réplica o complemento, narrando por horas un deporte.
Caso concreto del voleibol, donde está Xavi Sol, uno de los pocos comentaristas que si se ven empapados y documentados del deporte que le tocó narrar, pero a quien están enviando a la hazaña de comentar hasta ¡cuatro juegos por día!, solo. Es un buen talento que lo mismo hace doblaje que narra muchos deportes. No se cómo lo dejó ir Televisa y no se por qué no se lleva TV Azteca, con todo y sus deudas. Pero a ese paso, se lo van a quemar.
Particularmente lamentables son los casos de las transmisiones de gimnasia, clavados y tiro con arco, donde Claro Sports eligió a cuatro ex atletas mexicanos a los cuales no les explicaron su papel en una transmisión.
Elsa García (gimnasia), Aída Román (tiro con arco), Iván García y Paola Espinosa (clavados), creen que su trabajo es echar porras si está compitiendo un mexicano, o mostrar su gran admiración por las estrellas mundiales de esos deportes si no hay compatriotas en la liza.
Y no, su trabajo es explicarnos a los neófitos con qué se come ese deporte, mostrarnos los detalles finos, lo que, por evidencia, no ve un mortal común como usted o yo
Cómo se extraña a gente como Luis Niño de Rivera, quien olimpiada tras olimpiada, hacía una narración prodigiosa de las competencias de clavados en TV Azteca.
Niño de Rivera no solamente explicaba por qué un clavado estaba bien o mal, sino que era crítico y puntual respecto a la actuación de los clavadistas de nuestro país, ayudándonos a entender, ayudándonos a aprender.
Desde que José Ramón invitó, todavía en Imevisión, a grandes ex atletas para comentar en los mundiales de fútbol y olimpiadas, se empezó a volver regla que cada televisora hiciera lo mismo.
La diferencia es que José Ramón invitaba a gente cuyo prestigio estaba más allá de toda duda razonable, como César Luis Menotti o Jorge Valdano, y que aportaba eso: la explicación técnica más allá de lo que evidentemente se podía ver.
Televisa luego lo imitó y aunque sus estrellas invitadas solían jugar más en la línea acomodaticia y poco crítica de esa empresa, también poseían una trayectoria incontestable -como Zidane, Raúl, Figo o la propia Comaneci- y aportaban mucho.
En cambio, Claro Sports tiene una colección de estrellitas mexicanas que, la verdad, invitan a 'mutear' el televisor.
Otro punto es que, en el pasado, ya no ahora, Televisa echaba la casa por la ventana y tenía personajes entrañables. Por ejemplo, escuchar la narración de Toño de Valdés, Enrique Burak y Pepe Segarra, durante la inesperada buena actuación del equipo de softbol femenil mexicano -pocho en realidad- durante la olimpiada en Tokio, hacía especial aquello por esa simple razón, porque, para quienes nos gusta el diamante, ese trío nos acompañó de niños, de púberes y ya de adultos, por series mundiales y las carreras de prodigios nacionales y mundiales del beis. En cambio, los narradores de Claro Sports ¿Qué?
Si esas son las "alternativas" a Televisa y TV Azteca que tanto pedimos por años, uta, mejor nos regresamos a los brazos del duopolio televisivo
Dios quiera que, después de tres olimpiadas haciendo el ridículo y mal vendiendo los derechos a las televisoras abiertas de Latinoamérica, Slim ya entienda que lo suyo no son los eventos deportivos, sino vender teléfonos celulares a sobreprecio, en créditos leoninos y con tarifas rateras. Zaparata a tus zapatos
ANA Y MARÍA JOSÉ
La guerra de dimes y diretes entre Ana Gabriela Guevara y María José Alcalá, demuestra que si los deportistas mexicanos están mal, siempre sus directivos están peor.
La gestión de Guevara ha tenido un manejo muuuy cuestionable del dinero público, pero Alcalá solamente se ha dedicado a tirarle piedras, sin que tampoco esté haciendo gran cosa.
El pleito es por dinero, como todo. Guevara ha tenido una mala relación con nadadores y clavadistas, haciéndoles difíciles los apoyos económicos, y ahí están los BFF de Alcalá.
Acuérdese de esta regla: en política y poder, todos los pleitos son por dinero. El bien común les vale a unos y otros
El detalle es que Alcalá se ha vuelto la consentida de medios que, enojados porque la 4T no les da su contratito de publicidad, ven en la ex clavadista y dirigente del Comité Olímpico Mexicano a un ariete que les da munición para atacar al gobierno, no importando que diga tonterías.
El más reciente episodio de ese vodevil deportivo entre Guevara y Alcalá se dio esta semana, cuando la directora de la Conade dijo que se habían perdido cuatro medallas por las actuaciones en gimnasia, clavados y surf, en clara alusión a las actuaciones de Alexa Moreno, Alan Cleland, Gabriela Agúndez, Alejandra Orozco, Kevin Berlín y Randall Willars.
Honestamente, Alexa Moreno no tenía ninguna opción de ganar medalla, porque, como dijimos párrafos arriba, está a años luz de poder, siquiera, competir con una Simone Biles o con cualquier gimnasta de primera línea. Lo que si es que se esperaba que, cuando menos, llegara a las finales de sus pruebas.
En cuanto a los clavadistas Agúndez, Orozco, Berlín y Willars, si quedaron a deber, en especial las dos primeras, a quienes algunos medios no se han cansado de inflar.
“Son Juegos Olímpicos y aquí no se viene a inventar, sino a competir y a pelear por los mejores lugares", dijo Guevara y la verdad es que, en eso, sí tiene razón, porque, como dijimos previamente, hay deportistas que reciben becas de 55 mil pesos mensuales, que es más de lo que gana el 95% de los gerentes en las empresas mexicanas y con lo que podrían comer, varias semanas, hasta familias enteras, en este país con tantas carencias.
Hay que desquitar lo que se recibe. Y si alguien siente que no se merece "tan poco", fácil, que vaya a otro país y toque la puerta.
Pero no son tontos. A ninguno de esos cinco los aceptarían en ningún otro país que sea verdaderamente relevante en materia deportiva.
Alcalá, histriónica, dijo que, con actuaciones como las de Alexa Moreno, se ve "un México campeón, triunfador, extraordinario".
Ah, caray, pues no sé si caer tan aparatosamente en una prueba donde nadie más siquiera se resbaló, nos haga ver como un país "campeón".
Esperemos que Guevara, por sus manejos, no por sus declaraciones, concluya su camino en la Conade con este sexenio, pero que también ya dejen de darle palestra a quien, como Alcalá, solo busca reflector para sus intereses.
INAUGURACIÓN Y BOXEADORA
Lógicamente, no podemos dejar de tocar el caso de la polémica inauguración y la participación de la boxeadora argelina Imane Khelif.
Abordaremos primero esto último.
Es impresionante el odio cibernético que se ha llevado la pobre Khelif, mostrando el nivel de fobia que existe todavía en amplias, muy amplias capas, hacia la comunidad LGBTQI+.
Y lo peor es el nivel de mentiras que se han soltado, de la cual, la más grande y la peor, es que "Khelif no es mujer" (sic).
Uno entendería que se refieren a que Khelif no es una mujer cis, pero resulta que si lo es.
Afirmaban que Khelif era transgénero, nada más porque así les pareció desde su mirada chiquita, chiquita, de la realidad.
Y aunque así lo fuera, mientras cumpliera con las reglas para boxear con mujeres ¿Cuál es el problema?
Esto me recuerda a las lamentabilísimas declaraciones de Lupita Jones, pidiendo que las mujeres trans no participaran de los concursos de belleza.
Deveras que no podemos seguir siendo así.
Es lamentable que una parte de la derecha mundial haya encontrado en la homofobia una veta política, porque así como es cuestionable que la izquierda haga divisionismo social para sacar raja, lo es que la derecha pretenda, en esa discriminación, pescar votos. Lo de Khelif es la muestra más reciente de esa actitud nociva.
Finalmente, comentaremos el tema de la recreación del cuadro de La Última Cena de Leonardo Da Vinci, en la inauguración de las olimpiadas, cosa que, según su productor, Thomas Jolly, no hizo.
Yo pongo en duda lo que dice Jolly por dos razones. La primera, porque hay expertos en arte, como Sasha Grishin, historiador de arte y profesor emérito de la Universidad Nacional Australiana, entrevistado por el New York Times -periódico que dista de ser derechista-, quien afirmó: “La idea de la figura central con una aureola y un grupo de seguidores a cada lado es tan típica de la iconografía de La última cena que interpretarla de otro modo sería un poco temerario”.
La segunda, porque Francia tiene una historia de no ser particularmente respetuosa con la fe religiosa. Y aunque varios cristianos se aventaron desde la segunda cuerda, diciendo que era solo con ellos, hay que recordar en lo que acabó la burla de la revista Charlie Hebdo hacia Alá.
Quiero aclarar, en este punto, que como yo dejé hace años ese vicio/tara del cristianismo (de hecho, no soy religioso), bendito Dios, a mi ni me ofendió, ni nada por el estilo. Para mi, fue igual que la actuación de Lady Gaga o la representación, soterrada, de un 'menage-a-trois'. Un show de televisión y punto. Igualito que ver a Taylor Swift en el Super Bowl o a Miley Cyrus en los Grammys.
Sin embargo, Francia es un país donde la moral es un árbol que da moras. Si alguien quiere una sociedad prudente y madura, llama a la puerta equivocada.
Solo hay que recordar que, en 1978, se publicó un manifiesto de intelectuales en Le Monde, pidiendo legalizar la pedofilia. O como han protegido a Roman Polanski, acusado de violar a una menor de 13 años, durante décadas.
Yo entendí el show de la inauguración como una especie de parodia presuntiva de la mala fama francesa, hecha con esteroides. Por eso, la botarga de una rata rosa, o el tema del 'menage-a-trois'. y la sorna a la religión que, insisto, no es la primera, y seguramente tampoco habrá de ser la última, aunque gobierne Marine Le Pen. Está en su ADN.
Con respecto a la recreación paródica, o supuesta recreación, simplemente considero que, si esa fue en efecto la intención, pues es un balazo en el pie en ese camino hacia la absoluta inclusión de la comunidad LGBTQI+ en la sociedad, que le debemos hace siglos.
Es un balazo en el pie porque, con ese tipo de lances, tan provocadores como estúpidos, solo se genera que los ultramontanos tengan combustible para decir cosas tan idiotas y chiquitas como "miren ¿Ya ven? Los gays y las lesbianas quieren acabar hasta con Dios".
Nada más había que leer los comentarios al calce de las notas al respecto en el WSJ -o la columna de Natalia Vidales, acá cerquita-...
Y eso, nos guste o no, en un mundo con millones y millones de cristianos, aleja a muchas personas de ese necesario camino hacia la inclusión y la aceptación de nuestr@s herman@s de la comunidad LGBTQI+, porque eso son gays, lesbianas, trans, 'drag queens', herman@s, a quienes debemos ir a abrazar, a quienes debemos ya sacar del closet de discriminación e injurias donde, absurdamente, estúpidamente, los encerramos por siglos y siglos.
Pero ¿Qué se ganó con que Jolly se metiera con la religión? O lo diremos de otra forma: Si no se metía con La Última Cena, no pasaba nada, no se perdía nada y, ahí si, cualquier crítica, hubiese sido homofobia pura y dura, pero pues Thomas metió a la religión y con eso ya les dio motivo, coartada, pretexto. "No somos homofóbicos, pedimos respeto a nuestra fe", dicen.
Así que muy bonito lo de Jolly, típico de Francia, típico de radical, pero qué triste la forma en que le dio alas a los de la vela perpetua y qué caro salió ese arrebatito retador de niño de secundaria, que es justo lo que no necesitamos ya para acabar con los ultramontanos ¿O no?
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