"Gracias, @Diddy, por organizar esto anoche. Hay mucho en juego para nuestras comunidades en este momento y es fundamental que destaquemos cómo el coronavirus está perpetuando la desigualdad racial y las disparidades de salud". Esas palabras son, ni más, ni menos, que de Kamala Harris. Las publicó en X, el 10 de abril de 2020, para agradecer al rapero Sean Combs, alias "P. Diddy", por organizar un evento que criticaba al entonces presidente estadounidense, Donald Trump, y a su partido, frente a la crisis del Covid-19 (https://x.com/KamalaHarris/status/1248624302682828802).
En 2024, Kamala es candidata presidencial del Partido Demócrata y P. Diddy está acusado de tráfico sexual, abusos sexuales y violación. Lo acusan no una, ni dos, sino 120 personas, que van de los 9 (si, nueve) a los 38 años. Enfrenta una pena mínima de 15 años de prisión.
En ese evento de 2020, P. Diddy tuvo como invitada a la congresista demócrata Alexandria Ocasio-Cortez, defensora de las dictaduras cubana y venezolana, y quien se dice feminista. Se dice, porque no lo es o no hubiera ido a un streaming con P. Diddy.
Unos meses después, P. Diddy declaró su apoyo a Joe Biden, entonces candidato presidencial: "Cuando lo miras, no tenemos elección. Di lo que quieras sobre Biden, tampoco puedo decir que me encante la elección. Pero tenemos que conseguir que ocupe el cargo, y luego tenemos que pedirle cuentas".
En 2020, P. Diddy ya tenía una denuncia en su contra, presentada en 2017.
Y un año antes, había golpeado, incluso pateándola en el piso, a su entonces novia, Cassie Ventura, en un hotel de Los Angeles (https://tinyurl.com/59kf7eek).
Eso no le importó ni a Biden, ni a Kamala, que, como vemos, recibían felices su apoyo, ni mucho menos al Partido Demócrata en general.
Ni tampoco a los medios afines a la izquierda caviar, tan amiga de tratantes y narcos. En 2020, una nota de Los Angeles Times se titulaba "Diddy funda un partido político para empoderar a los afroamericanos y expulsar a Trump de su cargo". En efecto, el rapero quería su propio partido, sabiéndose cobijado por una élite hedionda (https://t.ly/kfOPu).
Ahora, a P. Diddy lo acusan 120 personas, incluyendo 25 que eran menores cuando las agredió. Los fiscales del caso lo señalan como jefe de una empresa criminal que obligaba a mujeres a tener relaciones sexuales bajo amenaza de violencia, de inseguridad económica o de arruinar su reputación. En el 90% de los casos, las víctimas fueron drogadas (https://t.ly/aVJL3).
Ese es el amigo del Partido Demócrata, de la izquierda caviar. Y eso son ellos.
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