La lucha israelí contra el terrorismo árabe ha tenido varios episodios relevantes en este mes. El jueves 17, Israel logró matar a Yahia Sinwar, cabecilla de Hamas que planeó el sangriento y cruel ataque del 7 de octubre de 2023, donde se asesinó, torturó, mutiló y violó a miles de inocentes, incluyendo mujeres, niñas, niños y adultos mayores.
Es importante no olvidar la saña con que Hamas ejecutó este atentado, videograbando asesinatos, torturas y violaciones, subiéndolas a redes y festejándolas.
Después, el fin de semana, drones atacaron la casa del premier israelí, Benjamín Netanyahu, quien, afortunadamente, no se encontraba ahí. Netanyahu ha tenido el carácter y la decisión para no ceder ante quienes le pedían pactar con el terrorismo. El tiempo le ha dado la razón. Ha logrado acabar con dos cabecillas sanguinarios, crueles y radicales, como Sinwar y Hassan Nasrallah, el hampón que comandaba Hezbollah.
Y el lunes 21, Israel atacó, sin dejar un solo civil muerto, diversas instalaciones del banco Al-Qard Al-Hassan, el cual pertenecía a Hezbollah y que usaba para pagarle a sus terroristas, además de tener acceso, a través de este, al sistema financiero internacional (si, los terroristas libaneses tenían su propio banco).
El terrorismo árabe tiene muchísimos aliados con abundante dinero. A eso se debe que exista un discurso que busca justificarlo, lavarle la cara y convertirlo, con absoluta desvergüenza, en "víctima".
Uno de los mayores aliados de esos criminales es el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, quien critica cada vez que puede a Israel y le exige, básicamente, arrodillarse ante los terroristas. Sin embargo, ¿sabe cuántas veces ha condenado Guterres el hecho de que Hamas o Hezbollah usen como escudos humanos a civiles inocentes de sus propios países? NUNCA ¿Por qué será?
Porque es muy importante recordar eso: los muertos civiles que hay en Gaza o Líbano no son causados por Israel, sino porque los terroristas de Hamas o Hezbollah los usan como escudos humanos, poniendo sus búnkers bajo viviendas, escuelas u hospitales. Ellos usan como carne de cañón a su gente.
Todos los defensores del terrorismo tienen una incongruencia cínica, que refleja cómo están con el dinero y no con la verdad o la justicia.
Hay grupos de "progresistas" que, por un lado, se dicen defensores de las mujeres y de la comunidad LGBTQI+, y por otro defienden a Hamas y Hezbollah, sin decir ni media palabra de la violencia que sufren las mujeres en Gaza a manos de sus parejas -muchos de ellos, terroristas de Hamas-, o sobre el hecho de que Nasrallah, el cabecilla de Hezbollah, pedía asesinar a mujeres y hombres LGBTQI+´, llamándolos "amenaza real".
Ese grupo de "progresistas", como Guterres y sus funcionarios de la ONU, tampoco dicen nada de eso, ni mucho menos sobre cómo puede encajar su supuesta defensa del feminismo con su defensa de terroristas que mutilaron, torturaron, violaron y asesinaron mujeres, durante el ataque terrorista a Israel del 7 de octubre de 2023.
Bueno, es que no defienden realmente a las mujeres ni a la comunidad LGBTQI+. La ONU, varias ONGs, medios y activistas, lo único que defienden son sus intereses y lo demás no les importa.
De hecho, TODOS los países que apoyan o financian el terrorismo árabe, aplastan, incluso con pena de muerte, a las comunidades LGBTQI+, mientras las mujeres no tienen ningún derecho y son, prácticamente, esclavas de los hombres.
Y tampoco se debe pasar por alto que varios de esos "progresistas" son hechura de la dictadura iraní, como Pablo Iglesias, fundador y líder fáctico de Podemos, el partido de Irene Montero e Ione Belarra, quienes se dicen feministas. Iglesias saltó a la fama con un programa en un canal de TV español financiado por el régimen iraní.
Así que no se debe olvidar que Israel, un país donde sí existen derechos para las mujeres y la comunidad LGBTQI+, está peleando por tod@s.
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