Baba Yaga: la bruja carnívora que comía a sus victimas vivas

¿Te gustan las historias de terror? Conoce la leyenda de Baba Yaga la bruja que te hará temblar de miedo

Itzel Anaya / El Sol de Tijuana

  · jueves 3 de octubre de 2024

Imagen de MythologyArt en Pixabay

Sin duda los cuentos relacionados con las brujas ha sido motivo de miedo desde hace años, atemorizándolos con las cosas horribles de las que podían ser capaces.

Comerte, torturarte, hechizarte u otros cosas peores es lo que suele decir la gente acerca de ellas.

Una de las brujas más temidas en el folclore eslavo se trata de Baba Yaga, pero ¿Quién es ella realmente?

Baba Yaga es una de las figuras de la mitología eslavos que narran las horripilantes cosas que llego a hacer. Se dice que la traducción de su nombre es “Abuela Bruja”, aunque aún no se conoce con exactitud el significado de ‘Yaga’.

Su nombre apareció por primera vez en el libro de gramática rusa de 1755 llamado: Vasilissa la Bella.

A pesar de no ser el único libro que la menciona, varios de ellos le dieron el papel de “hada madrina”, sin embargo, su apariencia sigue siendo la misma, incluso más grotesca.

Su apariencia puede variar, muchos están de acuerdo de en qué es una mujer mayor que vive en el bosque, encorvada como si fuera un sapo, verrugas en un rostro grisáceo como un cadáver.

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Con largas extremidades delgadas y garras en sus dedos, los dientes y nariz son largos y de hierro o piedra, su cabello completamente blanco. Montada siempre en una escoba y dentro de una especie de caldero.

Imagen de carolround en Pixabay

¿Crees que eso es todo sobre ella? No, además de vivir en el bosque, su casa tiene dos largas y monstruosas patas de gallina. Capaces de levantar la vivienda y moverse a través de la espesura, como adornos tiene varios cráneos provenientes de sus víctimas.

Una de las formas que se cree le ayudaba a conseguir más niños, era a través de una bandada de gansos negros.

Se cree que esta bruja se alimentaba solamente de pequeños niños, los cuales llegaba a golpear con sus pechos, que se dice eran de piedra. Sus grandes dientes servían para morder y desgarrar a sus presas.

A veces comiéndolos mientras se encontraban vivos, otras veces cocinándolos en su tétrica casa con patas de gallina.

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Pinterest: @PetrovCool

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