La historia de la Tía Toña, una leyenda muy conocida por los habitantes. Muchas historias de terror abundan en el lugar, pero ninguno como el de la Tía Toña.
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Una leyenda impactante que consta de dos versiones. Aunque las dos, hablan de una mujer que era llamada la tía Toña. Una mujer que quedó viuda de un comerciante adinerado. Al no tener hijos, estuvo completamente sola, por lo que decidió abrir la puerta de su casa a los más necesitados: los niños.
Dándoles un lugar donde vivir, comida y ropa; aquí es donde comienza la primera versión de los hechos, al saber que la viuda era rica, varios de los niños que habitaban el lugar comenzaron a despertar su deseo codicioso, queriendo apoderarse de la fortuna de la mujer.
Por ello, los niños comenzaron a buscar por toda la casa, pero fueron sorprendidos por la tía Toña, quien en ese momento de indignación y furia, comenzó a golpear a los niños hasta matarlos. Aún cegada por la furia, tomó los cuerpos de los niños y uno a uno comenzó a arrojarlos por el río cerca de su casa, incluso en el barranco.
Al recapacitar sobre lo que había hecho, se dirigió a su cuarto y se quitó la vida. Hasta el momento nadie sabe cómo fue el suceso, ni donde está su cuarto. Algunos dicen que aún está en la casa, siendo solo huesos olvidados en alguna parte de la casa.
Su segunda versión es igual de escalofriante, pues en esta ocasión la tía Toña no pudo soportar los actos rebeldes de los niños, sus travesuras e incluso su rebeldía hacían que la paciencia de la viuda llegara a un límite extremo.
Al no saber cómo lidiar con ellos, realizó la comida un día, la cual contenía veneno. Sirviéndoles a todos los que habitaban el lugar, acto seguido murieron. Quedando únicamente ella, la cual al recapacitar lo que había hecho, decidió consumir la misma comida que había matado los niños, pereciendo con ellos.
Esta leyenda no cuenta con testimonios o documentos que verifiquen los hechos, incluso se dice que hay al menos tres lugares que podrían ser “La casa de la tía Toña”. El primero se ubica en la calle Cumbres de Acultzingo, en la Ciudad de México, mientras que los otros dos se encuentran por la barranca del Barrilaco en Lomas de Chapultepec.
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No está muy claro cuál es la verdadera casa de la historia, muchos suponen que la verdadera fue demolida y creada otra vivienda en su lugar.