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En Guadalajara, Jalisco, existe uno de los panteones más fascinantes de México: el panteón de Belén, este lugar, considerado Tesoro Arquitectónico Nacional alberga una de las tumbas más visitadas en nuestro país; la tumba de Ignacio Torres Altamirano conocido como Nachito.
La leyenda de Nachito, comienza con su muerte el 24 de mayo de 1882 y cuando, se dice, murió de nictofobia (miedo a la oscuridad). Los padres del pequeño decidieron enterrarlo en el panteón de Belén, pero al día siguiente de su entierro, el sepulturero encontró el ataúd fuera de la tumba.
La gente empezó a decir que Nachito padecía mal del diablo por eso la tierra “lo escupía”.
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