Este domingo arranca una nueva campaña para los Chargers de Los Ángeles, un equipo que ha batallado en las temporadas recientes para regresar al nivel que acostumbró, uno que le permitía estar siempre en la conversación para puestos de playoffs.
La transición de Philip Rivers a Justin Herbert en la posición de mariscal de campo no fue limpia. Rivers quería retirarse con su nombre en alto pero solamente le alcanzó para entrar a postemporada en 2018, un año después el desempeño del equipo en general fue decepcionante y el mismo veterano decidió partir para ver sus últimos encuentros en el emparrillado en otra organización.
Entonces el equipo del rayo eligió al que sería el indicado para darle la vuelta a la franquicia, para así convertirla en consistente nuevamente. Sin embargo, tampoco se planeó su debut.
El entonces entrenador en jefe, Anthony Lynn, se había decidido por Tyrod Taylor para comenzar en los controles en 2020 y, tras una victoria llena de cuestionamientos en la Semana 1, uno de los doctores del equipo terminó perforando el pulmón al mariscal de campo por error y llegó la oportunidad de Herbert.
El joven brilló ante el campeón en la Semana 2 y desde entonces no soltó la titularidad. Para 2021, había que proteger al egresado de Oregon y tratar de rodearlo con el mayor talento disponible, esto implicando que estuvieran sanos.
En la temporada 51 de los Chargers en la NFL, 61 en el deporte profesional, jugaron por primera vez en el SoFi Stadium, inmueble que comparten con los Rams. Terminaron terceros en la División Oeste de la Conferencia Americana, con una marca 7 victorias y 9 derrotas.
Gran parte de ello fue provocado por las malas decisiones de Lynn, una línea ofensiva lesionada y poca presión hacia los rivales. Se perdieron varias ventajas en el último cuarto, 8 de las 9 derrotas fueron por 10 puntos o menos y 7 de esos descalabros fueron por diferencia de una posesión.
Lo rescatable, a pesar de eso, fue que Keenan Allen y Joey Bosa fueron elegidos al Pro Bowl y Justin Herbert fue nombrado el Novato del Año de la AP. Ahora hay que construir alrededor de lo bueno.
Con nuevo entrenador en jefe en Brandon Staley, luego de su éxito con la defensa de los Rams al convertirla en la más temida el año anterior y nuevos coordinadores en Joe Lombardi y Renaldo Hill para la ofensiva y defensiva, respectivamente, se cree que el equipo del rayo tiene una legítima oportunidad de pelear por un lugar de postemporada. Derius Swinton II es el entrenador de equipos especiales.
Si la línea ofensiva puede mantenerse sana, el tiempo que tendrá Herbert en la bolsa de protección le dará la oportunidad de elegir a la perfección a sus receptores y repasar sus progresiones sin dificultades; se vio su maduración y entendimiento sobre el cierre de la campaña anterior y solamente se espera que mejore.
Si Bryan Bulaga se mantiene alejado de las lesiones, la línea será una fortaleza; a su lado como guardia derecho estará Oday Aboushi, quien tuvo buenos números en Detroit. Corey Linsley y Matt Feiler son garantía como centro y guardia izquierdo y el novato Rashawn Slater pinta para cosas grandes como tacle de ese lado.
Los receptores Keenan Allen y Mike Williams tendrán sus toques y yardas, solamente falta determinar quién será el tercero en ayudar, junto al veterano ala cerrada Jared Cook. Austin Ekeler va a producir por tierra pero la incógnita es la defensa.
La secundaria debe estar bien con Chris Harris Jr., Michael Davis y el novato Asante Samuel Jr. como esquineros, ayudados por el regreso de Derwin James en la posición de safety tras una lesión. En la línea defensiva un Joey Bosa sano es dominante, pero fuera de estas piezas hay interrogantes por falta de producción y liderazgo.
El joven Kenneth Murray quedó a deber en la posición de apoyador y el resto del grupo no asusta a los oponentes. La experiencia de Staley deberá sobresalir para presentar paquetes de coberturas y presión al mariscal de campo oponente para ayudar a compensar el poco talento en esas áreas.
La temporada comienza este domingo en Washington y el primer juego en casa es la siguiente semana ante Dallas, una campaña con ánimos renovados e ilusión, aunque parece que todavía faltan algunas piezas para ver a los Chargers en otro nivel.