Diego Camacho solo iba con la expectativa de ganarse una medalla, pero terminó convirtiéndose en la máxima figura del equipo mexicano de natación en los Juegos Panamericanos Juveniles en Cali, Colombia 2021.
Está de regreso en casa por corto tiempo y todavía se siente en él, que la emoción sale por cada uno de los poros de su cuerpo, y no es para menos conquistar dos preseas doradas y adornarse el cuello con tres más de plata, no cualquiera lo hace.
“Todavía no me la creo, la verdad es que no me lo esperaba, llevaba una buena preparación y esperaba una medalla en 100 dorso, pero las cosas se fueron dando, el entrenador nacional me tuvo confianza y entré en el equipo de relevos y gracias a Dios se dieron muy bien las cosas”, expresó.
Los resultados de Diego Camacho en Cali 2021 fueron: oro en 100 dorso, oro en relevo mixto 4x100, plata 200 dorso, plata en 400 relevo libre, y plata en relevo combinado mixto, pero además dos récords de categoría en México en 100 y 200 dorso, estableciendo récord absoluto mexicano en 100 dorso (55.37) en los Primeros Juegos Panamericanos Juveniles.
A un costado de la piscina del Centro de Alto Rendimiento de Tijuana, donde hace 14 años comenzó esta aventura, once en el alto rendimiento, Diego Camacho confiesa que con estos resultados se abren muchas posibilidades incluso sueña con París 2024.
“Estas cinco medallas representan mucho para mí, es la culminación de tantos esfuerzos, se las quiero dedicar a todas esas personas que siempre han creído en mí, a Raúl Palma, mi entrenador, que es parte importante en esta travesía, por supuesto a mi familia que siempre han estado ahí para apoyarme, a mi novia, al Instituto por darme las facilidades de entrenar aquí, a tantas otras personas que no terminaría, pero que les agradezco su confianza”.
Feliz y emocionado el nacido en Tijuana, Baja California, recuerda que ya estando en la competencia solo tenía en mente una cosa, salir a ganar, sin importar que sus rivales fueran más altos, más corpulentos y le sacaran hasta cinco años de diferencia, enfocado en la prueba al cien por ciento.
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Algo indescriptible escuchar el himno nacional mexicano en la alberca de Colombia.
“De niño uno lo ve en la televisión y piensa que es un sueño, pero igual te emocionas, pero no hay nada comparado con ese momento, el ver tu bandera en todo lo alto es una sensación increíble”, concluyó.