Las diferentes circunstancias en su profesión han llevado a Esmeralda Verdugo, mediocampista de Xoloitzcuintles femenil, ser una mamá distinta con su pequeña de 3 años de edad. Su paso con América la mantuvo distante; sin embargo, ahora en Tijuana, el tiempo se está recuperando.
“Son tranquilos mis días en Tijuana con ella, era más difícil cuando estaba en América, que la tenía que deja acá y no la miraba tanto tiempo… Y lo difícil de estar aquí, es cuando me tengo que ir, porque no sales, juegas y te regresas, son tres días fuera; pasan unas horas y ya la estoy extrañando”, expresó la futbolista para El Sol de Tijuana.
La originaria de Ensenada, Baja California, contó que es en esta ciudad donde está pasando el confinamiento a lado de su hija y de sus padres, y a pesar de que espera que pronto pase la pandemia para volver a las canchas, disfruta al máximo estar todos los días al pendiente de su mayor motivación.
MAMÁ Y DEPORTISTA: EL DÍA A DÍA
“Entreno en las mañanas, en Xolos siempre muy temprano, me desocupo a medio día, no duro mucho a menos que tenga otra actividad con el club, y durante ese tiempo a mi hija la cuida su papá; después yo voy por ella y es tenerla todo el día conmigo: hacerle de comer, estar al pendiente”, platicó.
Ser mamá y futbolista al mismo tiempo fue un reto durante su paso con las Águilas del América, club con el que alzó el título de Liga MX Femenil en el Apertura 2018. Estar cerca de la pequeña Ximena, quien nació en Tijuana y ahí se encontraba bajo el cuidado de su papá, era complicado.
“En América era más difícil porque ella era más pequeña y ocupaba más atención. Ella estaba con su papá, cuando podía venía (Tijuana) a verla, pero a veces pasaban dos semanas sin poder verla, hubo un tiempo que hasta pasa un mes, y eso ha sido lo más difícil”, recordó Esmeralda.
Ahora en Tijuana, la joven madre de 26 años aprovecha cualquier oportunidad para involucrar a su hija en el mundo del futbol, que, a propósito, contó emocionada, ya tiene el gusto por este deporte. “Busca hacer lo que yo hago, después me dice: ‘mamá, hay que ir a jugar gol’ y se pone a hacer las cosas que yo hago en los entrenamientos”.
Durante estos, dijo sentirse más motivada porque en ocasiones la acompaña Ximena, sobre todo los fines de semana, cuando los entrenamientos son más tarde. “Es mucho más fácil, para mí es más motivador, y a ella le encanta ir a los entrenamientos, y a los partidos también es más fácil que esté”.
SOY LO QUE VOY A HEREDARLE
El futbol y la familia puede llegar a ser una combinación agridulce; la profesión del balompié exige mucha dedicación y disciplina, tal como lo exige la familia. Esto, hace que, en la labor de ser madre, Esmeralda tenga que jugar en una posición distinta, pero sin dejar de ser entregada, responsable y, sobre todo, con amor hacia su hija.
“Siento que soy una mamá diferente, una mamá rara por ese aspecto. Obviamente una mamá no quiere dejar a sus hijos nunca, fue muy difícil tomar la decisión de volver a jugar futbol profesional, pero a mí motiva mucho el ejemplo que yo le voy a dar a ella, lo que le voy a heredar”, externó.
La jugadora de Xolos, quiere ver a su hija realizada, cumpliendo sus sueños y que sea feliz. “Que sea ella misma en lo que quiera ser, y si no es futbol, sino otro deporte u otra actividad, pues que no suelte sus sueños, que siempre luche por un objetivo; que siempre tenga metas, sea disciplinada, responsable, sepa hacer equipo, porque el futbol profesional tiene todo eso”.
Esmeralda describe a Ximena como una niña muy inteligente. “Para la edad que tiene es muy inteligente, es muy viva, físicamente es alta, grandota, y pues en este tiempo, con lo que está ocurriendo (pandemia) y que estoy pasando más tiempo con ella, me doy cuenta que es muy ocurrente, es muy linda y amorosa”.
“Sin duda, para mí lo tiene todo, es una niña perfecta, obviamente soy la mamá, pero así la veo, perfecta”, expresó con orgullo la ensenadense, además reconoció que es una niña muy madura.
“Entiende muy bien a lo que me dedico, a pesar de la edad que tiene, lo entiende muy bien. Y ahorita que ya empieza a hablar o reconocer las cosas, nunca he tenido de ella un: ‘mamá, ¿por qué te vas?’, porque creció acostumbrada a eso, a que su mamá tenía que salir a jugar futbol y que ahora es mi trabajo”, indicó la futbolista del Club Tijuana.
Agregó de su pequeña también ser una niña es muy independiente, “entonces también es cuidar eso, saberla guiar por un buen camino para que su madurez vaya, y a mí me interesa que su viveza e inteligencia las utilice en algo que le deje muchas cosas buenas, como es el deporte”.
RECUPERACIÓN Y VOLVER, LO MÁS DIFÍCIL
La medallista de oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla 2018 con la Selección Femenil Mexicana, ha tenido dos grandes desafíos en su carrera profesional. Antes de dar a la luz, tuvo que ser sometida a una cirugía de corazón.
“Yo tuve un problema en el corazón, lo tenía desde que nací, se me fue desarrollando poco a poco, y ya de grande, las dos cosas me pasaron cuando en mi carrera futbolística estaba a tope: era de la Sub 20, y ya estaba yendo a entrenar con Selección mayor, y pasó esto, fue un golpe muy duro”, mencionó.
Sin embargo, las ganas y el amor por el balompié no le permitieron darse por vencida. “Me decían que ya no iba a poder jugar futbol, pero busqué la manera, con ayuda de mis papás se me hizo la cirugía y con el tiempo pude regresar. Para volver no fue tan difícil, lo más difícil fue después de mi cesárea”.
La recuperación física y futbolística, detalló, fue de lo más frustrante que ha vivido. “Una cesárea es muy difícil, ahí si me frustraba muchísimo. Recuerdo que el primer día que quise patear un balón me caía, y quería correr y no podía, ¡y me decía ‘qué me pasó!, ya no voy a poder jugar futbol’, pero empecé a disciplinarme, me metí al gimnasio, a entrenar y de ahí se fueron dando las cosas y saliendo poco a poco”.
Reconoció lo importante que significó Marbella Ibarra, fundadora del equipo femenil de Xolos y entrenadora del mismo, y quien lamentablemente fue asesinada en octubre de 2018. Bajo su dirección técnica, lograron el subcampeonato ante Pachuca en la primera Copa MX de la liga femenil en mayo de 2017.
“Después de tener a la niña, Marbella fue quien más me impulsó a regresar al futbol profesional, me animó mucho, me invitaba y decía que fuera a entrenar con ellas, y me fui con ellas a la Copa, donde nos fue muy bien, fue una época muy bonita”, recordó Verdugo.
Ahora, Esmeralda está a préstamo con Xolos femenil, mismo que concluye en este mes de mayo, pero la situación pandémica tiene en incertidumbre su futuro. Su carta sigue siendo del Club América, con quien tendrá que reportar.
“Todavía falta que diga la Liga si va a continuar este torneo o hasta el que sigue. Estoy esperando indicaciones del club, ya si nos dicen que hasta aquí se acabó el torneo, me tengo que presentar con América y ellos ya dicen qué va a pasar, si sigo con ellos o en otro equipo”, indicó.
Los números de la mediocampista en esta segunda etapa con Xoloitzcuintles de Caliente en este Clausura 2020, son de ocho juegos disputados, todos como titular y lo que se traduce a 664 minutos jugados; tiene una anotación y no se ha hecho amonestar ni expulsar durante el torneo.