Tijuana.- Las cosas a su debido tiempo. Para Manny Barreda, un semáforo en rojo se convirtió en el momento correcto, ese que había esperado por muchos años. El sueño de llegar a Grandes Ligas se había cumplido.
El 6 de septiembre del 2021 la gran puerta se abrió para el lanzador derecho nacido en Sahuarita, Arizona, cuando fue notificado por Gary Kendall, manejador de la sucursal de Triple A, Norfolk Tides, que su siguiente actuación sería con el equipo de Orioles de Baltimore.
“Yo iba manejando en un día de descanso rumbo al hotel cuando me habló el manejador como a las nueve de la noche y me dijo ‘Oye esta noticia es muy buena para ti’, comentó Barreda. “Yo estaba en un semáforo en rojo así que puse poner el teléfono en el altavoz y mi esposa y yo pudimos escuchar que me dijo ‘Te van a subir a Grandes Ligas; vas a Baltimore mañana’.
“Solté un grito ahí en el carro y esa noche no pude dormir, obvio tenía que hacer maletas y no podía controlar las emociones de tanto que había esperado ese momento; siempre había soñado con ese llamado y uno piensa cómo va a ser la primera vez”, agregó.
Esa noche fue muy larga para el serpentinero que pertenece a Toros de Tijuana en la Liga Mexicana de Beisbol (LMB). El martes 7 de septiembre, Manny Barreda se uniformó por primera vez con la franela de Orioles de Baltimore en espera de su debut en la “Gran Carpa”.
Ese día, el conjunto de Maryland enfrentó a Royals de Kansas City, pero el novato se mantuvo en el bullpen y no fue requerido para trabajar en el primer juego de la serie que se desarrolló en el mítico estadio de Camden Yards.
“Al día siguiente yo sabía que era muy probable que debutara porque el día anterior habían lanzado dos o tres pitchers de relevo, además ya el miércoles se había subido otro, así que estaba muy seguro de que ese era mi día”, mencionó.
Y así fue. Ese miércoles 9 de septiembre los Orioles de Baltimore se encontraban perdiendo 5-0 con siete entradas completas. Fue ahí cuando llegó el llamado al bullpen, pidiendo por el brazo de Manny.
En esa parte alta de la octava entrada, Barreda se enfrentó a Adalberto Mondesí, Ryan O´Hearn y Michael Taylor. Retiró la entrada en orden con su primer ponche al abanicar a su tercer rival de esa noche.
Tras colgar la argolla, Barreda pasó al dugout y se dispuso a esperar su turno de volver a la lomita, ya que le informaron que continuaría lanzando si el marcador de 5-0 se mantenía en la parte baja de la octava tanda.
Sin embargo, el destino le tenía preparada otra gran sorpresa, ya que sus compañeros, quienes habían sido blanqueados en los primeros siete episodios, armaron un ataque de nueve carreras para una fenomenal voltereta, la más grande de toda su temporada.
“Empecé a ver que la entrada se alargaba; algunos compañeros se acercaban a decirme “vas a ganar el juego” y yo tan emocionado pensaba “ojalá no me manden a lanzar otra entrada y lo mejor sería que eso haya sido todo para mí hoy”, entonces ya cuando empatamos se me acercaron el manejador y el coach a decirme “buen trabajo, ya viene el cerrador por ti””, relató.
Para la novena, los Royals no se dieron por muertos y se acercaron peligrosamente con un cuadrangular de tres carreras, pero al final Tyler Wells como pudo cerró la puerta para sellar la victoria y así Manny Barreda cumplió su sueño de debutar en Grandes Ligas, consiguió su primer ponche y se acreditó su primer triunfo.
El derecho lanzó dos juegos más en su corta estancia en Grandes Ligas, pero sin duda fue esa primera muestra la que quedará más grabada en su mente y en la de amigos y familiares.