La debacle de los Padres de San Diego se dio por múltiples factores que van desde cuestionables decisiones tomadas por la oficina del equipo, concretamente por el gerente general, AJ Preller, y el manejador Jayce Tingler, así como el pobre desempeño de los jugadores, derivando en malos resultados.
La falta de bateo oportuno y de pitcheo abridor, son problemas que se deben resolverse al término de la campaña y que seguramente provocarán movimientos durante las reuniones invernales, sin embargo, lo que muchos creían era lo más sólido del equipo, terminó siendo lo que preocupó a todos los involucrados sobre el cierre de la temporada. El bullpen.
En términos generales, los números en porcentaje de carreras limpias de los relevistas como conjunto no aparecen cerca de los últimos lugares, pero en varias otras categorías no han estado a la altura.
Austin Adams tiene un slider que, cuando lo puede dominar, bien puede ser de los lanzamientos más complicados para batear en todas Las Mayores. Pero el inconveniente es que ha estado muy descontrolado; es el líder en bases por golpe con 24 y tiene 35 bases por bolas en 65 apariciones.
Tuvo un porcentaje de carreras limpias de 4.10 a pesar de solamente haber recibido un cuadrangular; todos esto números entrando a la última serie de la temporada en San Francisco.
Emilio Pagán es otro elemento que tal vez ha visto sus últimos días con el uniforme de los Padres. Llegó con muy buenas cartas de presentación luego de ser el cerrador de los Tampa Bay Rays y la idea era que, como hombre para lanzar la séptima u octava entrada, podría encaminar a un salvamento seguro a Mark Melancon, pero ha fallado a la hora buena. Tiene un porcentaje de carreras limpias de 4.91 y le han conectado 16 cuadrangulares, previo a enfrentar a los Giants para culminar el calendario.
Nabil Crismatt poco a poco se ha convertido en un elemento que tuvo que sacar entradas ante la ausencia de abridores y lo ha hecho lo suficientemente bien para abogar su caso para mantenerse en San Diego. Si bien tuvo un inicio inconsistente a la campaña, conforme avanzó la misma mejoró y este “come innings” fue un soldado que no caía para un golpeado batallón de relevistas.
Sus números antes de culminar el último fin de semana del año lo tienen con 3 victorias, 1 derrota y 3.45 de efectividad en 78 entradas y un tercio de labor.
Hay muchas decisiones para tomar en todas las áreas, especialmente la de la elección del nuevo coach de pitcheo luego de haberle dado las gracias a Larry Rothschild y dejar en el cargo a Ben Fritz. La salida del veterano fue porque no se trabajaba bien con los abridores pero, tras su salida, el bullpen se cayó.
Peter Seidler tiene mucho por analizar si dejará a Preller con la libertad de elegir a los que serán los nuevos Padres.