Tijuana.- La vida le dio una segunda oportunidad y no la desaprovechó el boxeador tijuanense, Víctor “Sina” Fonseca (18-10-1; 14 KO’s), quien regresó al boxeo profesional tras un par de años de ausencia.
Su regreso al encordado fue con una victoria por la vía de la decisión unánime ante Alejandro “Chiquilín” Garduño (6-18-2; 4 KO’s). Los jueces plasmaron en sus tarjetas: 58-56, 58-56 y 60-54.
Fonseca, tras su accidente automovilístico, en la cual se rompió el fémur de su pierna derecha, subió significativamente de peso. Pasó de contender en la división de peso Medio a estar en los peso Completos, cuestión que se vio reflejado en el cuadrilátero.
“Nos afectó el peso. No es lo mismo. Pero vamos a seguir trabajando para bajar y andar por lo menos en las 160 libras, que está mucho mejor para mí”, dijo.
El principal objetivo de Víctor Fonseca será bajar de peso para mantenerse en una división que pueda competir y volver a pelear en la unión americana.
“Tengo que enfocarme ahorita en el físico. Ya que bajemos a las 168 libras, por lo menos, empezaré a trabajar el movimiento de piernas. Sirve que les damos un poquito más de descanso”, comentó.
“Sina” sufrió al momento de proponer una pelea de choque. Lució agotado y sin la energía suficiente para lograr acabar la pelea, por más que dominó a su contrincante.
“Sentía su cara en la mano y no se caía. Estaba hecho de piedra”, indicó. “Me pesó mucho (división). Sentía todo el peso encima de mí”, agregó.
Uno de los principales preocupaciones de Víctor Fonseca era la respuesta de su pierna en los desplazamientos y a la hora de cargar el peso de su rival, significativamente más pesado de lo que estaba acostumbrado. Al final las sensaciones fueron más que positivas.
“Ni me acordé de ella (pierna). Me funcionó bien ahora. No sentí ninguna molestia. Estaba más preocupado por buscar la manera de como noquearlo, porque no se caía. Le pegué abajo y arriba, pero ni modo”, finalizó.
Su manejador, Gabriel Quiñonez, resaltó el milagroso regreso al boxeo y en la gran respuesta de su cuerpo a la hora que fue exigido.
“Es un milagro. Se miró muy bien de su pierna. Ya no se le nota que tiene algo, de ese lado, me siento complacido”, indicó.