Tijuana, de primera: el recuerdo imborrable de Leonín Pineda

El exarquero de Xolos, Leonín Pineda, rememoró cuando ascendieron a la máxima categoría del futbol mexicano

Marcos Romero | El Sol de Tijuana

  · jueves 21 de mayo de 2020

Al finalizar el encuentro, la algarabía y felicidad retumbó en cada rincón de la frontera más visitada del mundo. Cortesía | @Xolos

Tijuana.- Después de varios esfuerzos porque Tijuana fuera una plaza del máximo circuito, con franquicias como Nacional, Chivas, Inter o Gallos, al fin se logró el objetivo. Xolos se convirtió en equipo de primera división el 21 de mayo de 2011.

El guardián del “Mictlan” en ese histórico día fue Leonín Pineda, elemento recuerda para el periódico El Sol de Tijuana los vibrantes momentos en que los “canes aztecas” ascendieron al máximo circuito del balompié nacional.

“En Xolos veía ese proyecto que hoy se ha consolidado en primera división”, dijo el portero rojinegro. “Todos en ese grupo que trabajó en el ascenso tenemos nuestro nombre escrito con letras de oro en la historia del fútbol en Tijuana. Sin ese equipo, sin ese cuerpo técnico, sin esa directiva y afición, que en ese momento no era tan grande como ahora lo es, no se hubiera escrito la historia que tiene Xolos ahora”, añadió.

En la cancha del estadio Caliente se midieron dos de los mejores equipos de la división de plata en el balompié mexicano. Los “canes aztecas” buscaron el ascenso directo tras el campeonato del torneo Apertura 2010; sin embargo, los Freseros del Irapuato frustraron el plan inicial de la escuadra dirigida por Joaquín del Olmo en el Clausura 2011.

En la cabeza de los aficionados Xoloitzcuintles rondaban los fantasmas de hace un par de temporadas cuando perdieron la final del Clausura 2009 ante Venados de Mérida.

Unas semanas después se volvieron a enfrentar en una última y decisiva ronda por el boleto a la primera división del fútbol mexicano. Freseros y canes se jugaban todo o nada en dos partidos de fútbol.

Cortesía | ligamx.net

La ida concluyó con empate a cero anotaciones en el campo Sergio León Chávez, pero con una baja sensible para el conjunto de Irapuato. Cuauhtémoc Blanco, figura del equipo del Bajío, sufrió una lesión en su rodilla derecha tras un choque con su compañero José Cruz Gutiérrez al minuto 66.

El ascenso se decidió en el “Mictlán” al mediodía. La intensidad del sol, aunado con el pasto sintético, hizo del estadio Caliente un infierno en carne propia. Los últimos 90 minutos para salir del anonimato de la segunda categoría.

“Eran los últimos 90 minutos de ese año futbolístico. El que gana, asciende; y el que pierde se va a su casa”, reflexionó Pineda. “No podíamos esperar otra oportunidad para llegar a la primera división. Fuera como fuera”, agregó Leonín.

El juego de vuelta tuvo un inicio inesperado por lo parejo que habían sido los duelos previos. Dos anotaciones antes de cumplir la media hora de acción encaminaban a Xolos rumbo a la primera división. Joe Corona y Mauro Gerk adelantaron a los perros prehispánicos, no obstante, se reduciría la ventaja con un autogol del ensenadense Alejandro Molina antes de concluir la primera mitad.

"La vida podría ser mucho peor", dijo el entrenador de San Diego Loyal, Landon Donovan. Cortesía | @SanDiegoLoyal

Aseguró el guardameta mexicano que por la cabeza de los futbolistas fronterizos no pasaba otra cosa más que “llevar y poner en alto el nombre de Tijuana”.

Al finalizar el encuentro, la algarabía y felicidad retumbó en cada rincón de la frontera más visitada del mundo. Tijuana tenía su equipo en la primera división.

“El que asciende no es el que juegue bien, sino el que quiere ganar”, afirmó el ex portero Xoloitzcuintle. “Ese día todos teníamos la firme idea de que queríamos ganar a como dé lugar. Todos teníamos la misma idea”, concluyó el arquero mexicano.

El deseo y corazón de Pineda era probarse en primera con Xolos, pero el fútbol y la vida le hizo una jugada sucia.

Partía de las Águilas del América al viejo continente, Guillermo Ochoa. Los azulcremas necesitaban reforzar esa zona.

El pacto de caballeros se encargó de derrumbar sus esperanzas de continuar en Xolos. América, dueño de sus derechos federativos, decidió reclamar al arquero sin su consentimiento. La cicatriz de hace casi una década nunca sanó.

“Me quedó la espinita clavada de poder haber probado las mieles de la primera división con Tijuana. Fue algo que lo traigo ahí. No se me puede quitar”, apuntó el ex arquero rojinegro. “Ni me ocuparon. Es la realidad. Fue algo para mi muy triste que no tuve la oportunidad de seguir creciendo”, concluyó Leonín Pineda.