Tijuana.- Es imposible no asociar el baloncesto con la figura de Michael Jordan. La leyenda de la NBA se encargó de colocar al deporte ráfaga en cada rincón del mundo durante la década de los noventa. Su figura estaba en cada artículo que fuera posible, ya sea deportivo o no.
Air: la historia detrás del logo, se encarga de plasmar y transparentar el éxito comercial qué significó utilizar a una figura deportiva en un mercado poco explotado por Nike.
La competencia, principalmente representados por Adidas y Converse, se adueñaron del mercado y relegaron a Nike a conformarse con las migajas del pastel.
La marca de la palomita apostó todo por un novato para revolucionar el mercado. Y ganó con creces. El éxito ha sido tal que incluso décadas después siguen cosechando fuertes cantidades de dinero anualmente.
Ben Affleck vuelve a demostrar su capacidad y visión como director con un enfoque poco habitual. Michael Jordan, en el filme, navega en penumbras y pocas veces aparece en la gran pantalla, para darle espacio al centro del tema: los Air Jordan.
En el largometraje desmenuzan a detalle el proceso de negociación que se manejó con Michael Jordan, con una estrategia de marketing que se mantiene vigente hasta la fecha en diferentes disciplinas deportivas.
Destaca la influencia que tomó la madre Michael, Deloris Jordan, a la hora de tomar decisiones de peso. La espectacular actuación de Viola Davis se encarga de transmitir el amor y confianza que sólo una madre puede depositar en su hijo.
El elenco de lujo con Matt Damon, Ben Affleck, Chris Tucker, Marlon Wayans y compañía se encarga de armonizar la película para todo tipo de espectadores, sin importar el interés por el ‘deporte ráfaga’ o el propio Michael Jordan.
El ritmo de la película es dinámico y divertido, por momentos unas líneas por encima de lo ideal, pero se convierte en un detalle insignificante con la calidad de filme.