Tijuana.- La quinta fase del Universo Cinematográfico de Marvel no tuvo el mejor inicio con Ant-Man and the Wasp: Quantumania.
Muchas expectativas se generaron en torno a esta película, y de forma irónica, le quedó grande el escenario al filme que trató de darle credibilidad a un proyecto que ha ido a menos con el paso de los años.
La historia te lleva por todos lados y se vuelve revoltoso y sin sentido. El pasado acecha a uno de los personajes y termina siendo la base de la historia.
De lo poco que se puede rescatar son las escenas post-crédito, que dan una muy ligera esperanza que las cosas podrían mejorar un poco a futuro. Sólo queda esperar que puedan reencontrar el camino.
Hay algunos instantes de comedia, pero sin mucha relevancia. Paul Rudd y su carismático personaje, junto a Kathryn Newton, en el papel de su hija, se llevan naturalmente los reflectores por ese vínculo a prueba del espacio y tiempo.
Uno de los grandes afectados por las limitaciones de un pobre guión fue Kang, el conquistador. Tenía pinta que pudiera provocar un impacto destacado en la película, pero se hunde el personaje de Jonathan Majors en lo básico.
Marvel se gastó sus cartas fuertes y buenas ideas en proyectos pasados. Ahora sólo queda esperar que pueden rescatar en este giro que tratan de darle al Universo Cinematográfico de Marvel.