Teatro Las Tablas abre sus puertas paulatinamente, después del confinamiento mundial. “A veces los perros sonríen” es una producción de Tijuana Hace Teatro que se realiza con apoyo del Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales (Sacpc) y la convocatoria Espacios Escénicos Independientes en Resiliencia de la Secretaría de Cultura.
La temporada da continuidad a la reapertura de Teatro Las Tablas, la cual inició en abril con la instalación escénica (RE)INSTALAR(NOS) y la realización del II Festival de Teatro Íntimo, que tuvo una modalidad híbrida (virtual y presencial).
“A veces los perros sonríen” se presentará del 24 al 27 de junio y tendrá cupo limitado con las medidas pertinentes, atendiendo al protocolo sanitario del estado.
En ella se cuenta la historia de “Lola” y “Sylvie”, dos jóvenes que viven en siglos diferentes; “Lola”, en la mitad del siglo XIX en un mundo donde la muerte se ha vuelto un tema ordinario; mientras que “Sylvie”, mil años después, parece tener todo resuelto en una sociedad perfectamente controlada. Ambas vivirán un peligro que las obligará a reconocer su propio impulso de vida con un lazo en común: tienen una perra llamada “Filomena”, con quien desarrollan un fuerte vínculo emocional.
Ambos mundos contrastan un pasado cercano y un futuro lejano, para lanzar preguntas en el presente sobre nuestra humanidad. En su camino, el instinto jugará un rol decisivo para enfrentar las adversidades de la naturaleza, pero también de los sistemas sociales “perfectos” que detonan una pregunta constante en la historia de la humanidad: ¿por qué somos especiales los seres humanos?
En ese sentido, la lucha interna que enfrentan ambos personajes evoca también nuestras paradojas, nuestra incesante búsqueda de la perfección, nuestro miedo a la muerte, pero también el redescubrimiento de una pulsión que nos hace pensar que tal vez “toda la vida es solo un salto que viene de las entrañas”.
Kariam Valenzuela y Nadia López protagonizan estas historias paralelas que se entrelazan en el tiempo con el instinto, la pervivencia y la fragilidad, para preguntarnos si en verdad somos tan distintos a otros animales y, sobre todo, qué nos hace “ser” humanos. El elenco lo cierra la música en vivo de Jassiel Santillán, en una propuesta de diseño escénico de Ramón Verdugo y Jesús Quintero.
“El proyecto se escribió durante el confinamiento y comenzamos ensayos a distancia en medios digitales, para después dar paso a los encuentros presenciales, en un acto de fuerza y resistencia como artistas escénicos que unía nuestras inquietudes creativas y algunas preguntas universales en un momento tan crucial como el que vivimos”, comentó Ramón Verdugo, director.
Esta temporada abre una serie de actividades que tendrá Tijuana Hace Teatro para el segundo semestre del año, que incluye un par de estrenos teatrales y el regreso de algunas piezas escénicas de su repertorio, como “El Método Grönholm”, “También hay moscas en la luna”, entre otros.
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