Claire Harp actualmente tiene una carrera consolidada como artista plástico y algunos años preparándose como actriz. Ha tenido la oportunidad de trabajar en algunas obras de teatro y realizado algunas participaciones en proyectos actorales, y hasta la fecha ha pintado algunas mil obras o más. Me considero una artista integral, ya que no solo puedo manejarme con la pintura, sino que manejo otras actividades artísticas como lo es la actuación.
Desde que migró, ha pasado cosas buenas y mejores, en el 2017 tomó la decisión de salir de su país natal, Venezuela, dejando su negocio, carrera, y una vida hecha, sin embargo siempre llevó con ella su pasión por la pintura y la actuación, por lo que decidió llegar a México para darse a conocer como una artista integral en la rama de la pintura y la actuación.
Sin duda, su familia ha sido su fuente de inspiración, y tiene una hija de 10 años que muchas veces le ha dado las ideas para crear sus obras y personajes, es como su directora de vida, mencionó sonriendo.
“Comencé mi carrera a la edad de 13 años en la Escuela de Artes Plásticas Tito Salas, en Venezuela, ahí aprendí mis primeras técnicas y comprendí mucho más allá lo que significaba pintar, lo convertí en un hábito y un estilo de vida, mis clases eran diarias y le dedicada 12 horas al día a perfeccionar mis trazos y mientras pasaba más tiempo, más quería aprender y avanzar. Adicional a eso, cuando tenía 16 años comencé a ver clases de actuación en Caracas en el Teatro Amador Bendayan, ahí aprendí mis primeros ejercicios de actuación, puesta en escena, ejercicios de vocabulario y expresión, fue una experiencia maravillosa y parte de mi adolescencia que atesoro mucho. Un año después, tuve mi primera satisfacción como artista plástico y fui seleccionada para la casa de subasta más importante de Venezuela (Casa de Subasta Odalys) con la participación de mi obra Marilyn Monroe”, explicó la artista.
Harp se caracteriza por su pronta frase “Bye”: “Suelo decir así cuando quiero desechar algo negativo de mi día, o cuando algo no me termina de convencer o simplemente estoy en desacuerdo, como que me digo a mi misma y a la situación, “Bye”, en modo de que lo dejo atrás, en el olvido, es un adiós y continúo con mis cosas, mi día y mi vida.