Itzel Segura
Tras siete estupendas o decentes películas, con las dos últimas reinventando la saga por completo, llega una nueva entrega de “El Muñeco Diabólico” (Child's Play) de la que sus responsables se desentienden por completo generando un reinicio de la franquicia, en una época en que los reinicios están a la orden del día, llega uno que realmente muchos no habían pedido, pero de una manera que nadie imaginaríamos, una perspectiva diferente pero extraña a la vez, muy cómica, que le da un nuevo comienzo a la franquicia “El Muñeco Diabólico”, quien ahora conoceremos como “Child’s Play”, simplemente, pero regresando al famoso “Chucky”.
Para ver esta película tienes que tener bien en claro que no intenta copiar o asimilarse a su anterior y que solo comparte la premisa del muñeco y los nombres de los personajes principales y hasta ahí; carece de todo lo que necesitaría una película para impactar de lleno en el espectador, digámoslo así, “El Muñeco Diabólico” de 1988 tenía una buen trabajo que te cautivaba por los temas del vudú y el misticismo y esta es todo lo contrario, vemos a un muñeco robótico mal fabricado sin ese deseo criminal que tenía su anterior, donde ni siquiera está al nivel de la cinta original que dirigió Tom Holland.
Para poder competir en el mundo del 2019, el film se arriesga y nos da una versión muy ligera, pero gore de cualquier clip de “Black Mirror” o “Years and Years”, haciendo su plato fuerte la presencia de este muñeco Buddi, quien hace una fuerte conexión con la audiencia en comparación de los personajes de carne y hueso, que lamentablemente se quedan en un segundo plano, y esto gracias al estupendo trabajo de voz que le da Mark Hamill, y el trabajo de producción que le dan al muñeco genera en este robot pequeños tintes de efectos especiales para humanizarlo, en caso contrario de los personajes de la adorable Aubrey Plaza, quien es la madre de Andy, pareciera más su hermana y el joven actor Gabriel Bateman, ambos desaparecen y no marcan peso. No nos importa qué les pudiera pasar, a pesar de todo el resultado de esta peculiar combinación, es una divertidísima e inteligente actualización de la saga, nos sorprende con momentos muy cómicos que en vez que gritar de miedo, te sacará más de una sonrisa, mientras guiña un ojo al espectador veterano; dándonos momentos de gore bastantes buenos pero contados.
Esta cinta logra un equilibrio para mantener a la audiencia en una historia que nos muestra que la inocencia o apariencia de un juguete puede no ser lo que aparenta y que uno nunca sabe hasta dónde podría llegar la tecnología en un futuro muy cercano.