Itzel Segura
Al hablar del cine no podemos no mencionar a uno de los grandes expositores de este, en donde Quentin Tarantino mueve murallas en el momento que lanza una nueva película con sus temas polémicos, junto a actores de renombre que motivan al espectador a ver sus filmes, ya sea por morbo o por ver qué genialidad creará.
En esta ocasión el cineasta nos lleva a la época de 1969, en donde conoceremos a un actor de cine y su doble de acción, personificados por Leonardo DiCaprio, quien es una ex estrella de una serie del Oeste, y Brad Pitt, quien es Cliff Booth, su doble de acción y su mejor amigo, si lo vemos así; ambos luchan por triunfar en un Hollywood que ya quiere cambiar y dejar a un lado el estilo Western, pero sus vidas cambiarán cuando las decisiones y circunstancias los pongan en el mismo camino que la famosa actriz Sharon Tate, quien se muda a un costado de él.
El mundo de Tarantino es muy complejo, ya que debes de amar el cine y entender muy bien el lenguaje que el director expresó ya en películas pasadas y es que precisamente la película es un homenaje al cine y a una de las épocas doradas de Hollywood, en donde vemos una historia fluida, divertida, que solamente el mismo Tarantino pudo haber escrito, siendo esta una carta de amor al cine y los cinéfilos, utiliza cada locación, cada canción, incluso cada toma para darle un significado potente sobre lo que pasa el que está industria y cómo en cierto momento tu carrera puede desplomarse de la nada, más cuando esta industria piensa que ya no eres bueno en tu trabajo.
Dentro del primer acto nos podemos empapar y adentrarnos en esta época, recordado para algunos los lugares tan emblemáticos de Los Ángeles, haciéndonos sentir que nos teletransportamos a 1969. Una de las cosas que hay que rescatar es el trabajo realizado por el director de fotografía, Robert Richardson, quien es colaborador habitual de Quentin Tarantino, el cual nos enamora en cada toma y cada plano-secuencia, dándonos bellas postales que sin duda cautivan a cualquiera, siendo un digno trabajo del ganador del Oscar,
Leonardo DiCaprio, y Brad Pitt, que están divertidísimos e irradian carisma, por su lado también conoceremos a Margot Robbie en su papel de Sharon Tate, parte de su vida, muy superficialmente, junto a su esposo Roman Polanski y su mejor amigo Voytek Frykowski, con ellos también nos presentan a la comunidad de seguidores de Charles Manson, uno de los elementos más interesantes de la historia, sin embargo la participación de Sharon es más un cameo, ya que no es el enfoque que quiere dar esta película.
Tarantino ofrece un homenaje, a su manera, a una de las historias más trágicas de Hollywood, de la que hasta la fecha se sigue hablando, como qué hubiera pasado o aquí vivió ella. El filme no obstante de tener a grandes actores que ya mencionamos tiene apariciones de lujo, desde la controvertida Lena Dunham, Kurt Russell, Dakota Fanning, el recién fallecido Luke Perry y el grandioso Al Pacino.
Para disfrute del gran público, “Érase una vez en Hollywood” es un espectáculo construido a mayor gloria de Tarantino, dándonos una historia entretenida ligera y que te mantiene atento durante las dos horas y 41 minutos que dura esta, dentro de lo reculer esta película tiene que si no sabes nada de la historia que se vivía en 1969 puede que te cueste un poco conectar con ella, además que debes de estar muy abierto a los distintos cambios de ritmo a los que ya nos tiene acostumbrados el director, ya que mínimo tienes que conocer parte de la historia que pasó con la familia Manson en esa época, si no estarías muy perdido y no sabrías porque pasan ciertos acontecimientos.
En resumen, “Había una vez en Hollywood” es una película que enamora a algunos y a otros los dejará con cara de duda, sin embargo, entre más la analices, más podrás ver todos los significados que contiene esta; a la vez es una película melancólica sobre el cine que ya nadie va a hacer.