Andreina Longoria
Tijuana.- Llega a la ciudad la puesta en escena que se desprende del texto “Arkhé, Los hijos también lloran”, una divertida comedia melodramática que lleva a la reflexión y a identificarse con el espectador. Viernes 29 de junio, con dos funciones 19:00 y 21:30 horas, en el Cecut.
“Es una obra que tiene mucha nostalgia en todos los sentidos, es un texto que yo escribí, basado en una novela autobiográfica, por lo tanto, esta puesta en escena también, además es una obra muy única en su especie, nunca se había visto a un autor pararse en el escenario a representar una etapa de su vida”, explicó Andrés Zuno para El Sol de Tijuana.
La historia es contada por Zuno, que narra el episodio de la muerte de su papá, en un accidente trágico, cuando Andrés era un niño, en la década de los ochentas. Tras este terrible evento, descubre que existen diferentes versiones sobre su muerte, y empieza a armar el rompecabezas conforme en sus recuerdos, lo que vio y lo que le dijeron. “La obra se vuelve autobiográfica de todos, habla de nuestra infancia, de esos capítulos que definen quiénes somos y nuestro destino, que creo que son básicos y esenciales en la vida de todos, además todo esto enmarcado en una década muy nostálgica, que nos conecta con nuestra infancia, padres, familia y la casa en la que crecimos, la música que escuchábamos, la televisión que veíamos en esos años”, indagó el actor.
“La puesta teatral va más allá de una escenografía o vestuario ochentero, lo que prevalece es el espíritu y el halo que rodea a la obra, transporta al espectador a vivir esos años de cómo educaban, de cómo hablaban los papás y los hijos se relacionaban con ellos, lo que los jóvenes veían y repetían, es decir, este libreto lleva a la reflexión”, advirtió Zuno.
Los personajes no tienen nombre, son el papá, la mamá, el abuelo, la abuela, que finalmente son roles. Los actores en escena son Ludwika Paleta, Monserrat Marañón, Pablo Perroni, Hamlet Rodríguez y Andrés Zuno. Dirigida por Lorena Maza y Álvaro Cerviño.
“La obra es una comedia melodramática con una duración de 1 hora 40 minutos; hace referencia a las telenovelas y a los programas de esos años, porque todos de alguna manera tenemos esas imágenes grabadas, esos tonos melodramáticos que vivimos en esa importante década... y no importa dónde hayas vivido en México, todos vivimos con los mismos referentes, la música, la moda y las fotos”, dijo el actor.
La puesta arranca con el episodio de la muerte del padre de Zuno, haciendo la analogía con la tragedia del terremoto del 19 de septiembre de 1985, de cómo la vida asalta por sorpresa, un día te levantas, te despides y ya no sabes si regresas con los tuyos. El narrador entra y sale en el tiempo, entre realidad y ficción.
El actor se interpreta a sí mismo en la infancia, y para poder resolver este pasaje de su vida, y cuestionamientos como: ¿Por qué se muere la gente? ¿por qué se murió si no estaba enfermo? ¿entonces no va a venir por mí el sábado? Las preguntas de un niño ante la pérdida de su padre.
“Creo que las personas que hemos perdido una persona crucial en nuestra vida, crecemos con una conciencia distinta del significado de nuestra vida, nos relacionamos distinto con los miembros de la familia que quedan y con la gente, la muerte es algo con lo que aprendemos a vivir”.
La historia de esta narrativa es un libro que se titula “Arkhé, Los hijos también lloran”, un texto que lleva a la reflexión, un viaje al pasado, una reconciliación con todo lo que nos ha traído al presente. Ópera prima de Andrés Zuno.
“Espero que a través de esta historia, que ya no es solo mía, la gente logre trascender, ya sea por el libro o la obra, y se avienten un clavado al pasado y logren sanar”, finalizó.