Tijuana.- The Flash llega a cines con la carga de tratar de redirigir el rumbo de DC después de los recientes fracasos en carteleras de Shazam y Black Adam, además de la inminente reestructuración de su universo cinematográfico.
La cinta generó una alta expectativa por el regreso de Michael Keaton en su rol de Batman y la manera en que se manejarían los cameos a lo largo del filme.
La película cae en algunos momentos claves de la historia en monotonía y se percibe el temor de romper el molde de los universos de los súper héroes.
La polémica vida de Ezra Miller no opaca su labor como Barry Allen/Flash. Es descuidado e infantil y eso lo vuelve divertido. Lo negativo es que puede que muchos no empaten con su humor y con su personalidad, sobre todo con la versión más joven del inmaduro súper héroe.
La parte emotiva de la película se presenta con el regreso de Michael Keaton como Batman. Fue bueno verlo enfundado en su armadura oscura después de más de 30 años. Impacta su presentación en un entorno social de Ciudad Gótica que se vuelve segura y ya no lo necesita, pero sale del retiro para buscar ayudar a Flash.
Llamó la atención el poco tiempo en escena de Sasha Calle como Súper Girl. En los promocionales lucen prácticamente todas las escenas trascendentes donde participa.
Un punto negativo fue el uso de CGI. Por momentos lució muy bien y en otros instantes parecía más la dinámica de un videojuego de la Liga de la Justicia. Es inobjetable que el fuerte de esta película no son los efectos visuales.
Dadas las escenas y lo ambiciosas que son, se entiende que el CGI no puede ser perfecto, sobre todo cuando plasman las escenas de multiverso y las altas velocidad que alcanza Flash para viajar en el tiempo, pero sí es evidente que lo que ves son modelos 3D de los actores en lugar de a ellos mismos.
Otro punto negativo es que la cinta toma una pausa en el segundo acto y tarda en arrancar la acción. El humor se puede sentir ridículo en ocasiones y puede que a algunos les genere cierta incomodidad, sin embargo, es el mismo humor con el que se trató a Barry en películas pasadas, pero potenciado.
Cuando debe ser oscura la película no teme en serlo. Llega a ser desgarradora y algo violenta con personajes claves de la historia. Contrasta muy bien la oscuridad con el humor. No es como en otras películas donde sacrifican el momento por un chiste barato.
Posiblemente es de lo mejor que se ha mostrado en cines por parte de DC, pero también hay que dimensionar que el historial no es positivo para su universo cinematográfico.
Andy Muschietti se encargó de hacer de su primer blockbuster una cinta con mucho corazón. Hay escenas que te hacen un nudo en la garganta porque la vida de Barry Allen no es sencilla, los que conocemos al personaje lo sabemos y es bello ver su historia en la gran pantalla.
El final deja más dudas que respuestas, incluso la escena post-créditos no contesta nada realmente. Quedará esperar para saber qué es lo que le depara a Flash y saber si es que su historia tendrá una continuación.