José Cleofas Arreola platicó con El Sol de Tijuana que su éxito en el mercado del café ha sido utilizar solo los mejores granos de café, lavado de altura, calidad de exportación, que se producen en los estados de Chiapas, Oaxaca y Veracruz.
El especialista en café es el primer juez mexicano de World Barista Championship, quien dicta charlas y certifica a los jueces y baristas que participan en la Competencia Internacional de Baristas; esfuerzo que fue reconocido por empresarios de Tijuana y pertenece al Paseo de la Fama.
“Como marca (Café Sabarex) cumple 71 años, para ser exactos el 18 de marzo, cuando inició esta compañía no existía propiamente café tostado en esta región del mundo. En 1950 no estaban estas carreteras que tenemos ahora y que unen a Mexicali con Tijuana, así que mucho del café que llegaba era al puerto de Ensenada, de otros lugares. En Estados Unidos no nace ni se produce, solo se da en el Trópico de Cáncer y el Trópico de Capricornio. El café que se industrializa en el país vecino viene de México, Costa Rica, Brasil (primer productor mundial)”, explicó Cleofas.
La historia inició cuando un grupo de personas decidió ponerse a tostar café en la ciudad de Tijuana, se informaron y compraron equipo alemán para tostar el grano de una manera altamente profesional.
“Ese primer café llegaba de Veracruz, iniciaron haciendo un café que era producido en Tijuana por manos mexicanas siguiendo las técnicas de lo que se acostumbraba en ese entonces, de hecho, el café que tomamos hoy en día es distinto.
“En nuestra empresa hacemos el esfuerzo de preparar el mejor café, partimos de granos de muy buena calidad, y los tostamos de una manera que permita percibir las mejores virtudes de los granos. El café se puede disfrutar de diferentes formas, mucho depende en el país que se deguste”, comentó Arreola, quien ha probado este afrodisíaco líquido en países productores como Colombia, Perú, Chile, Argentina, Brasil, y Kenia, así como en Europa.
El café está unido a la cuestión afectiva. Hace 20 años llega una revolución, y el café se volvió algo aspiracional. De pronto se empezó a tomar el café como algo vital, lográndose un “movimiento mundial”.
“Dada esta revolución, mi padre compra esta empresa, sin saber nada acerca del café, solo se lo tomaba, pero le gustó cómo se transformaba el grano en aroma. Es así como llegó aquí, a lo que en un principio no estuve muy de acuerdo. Me preparé, tomé cursos, y me di cuenta que es muy parecido al vino, es hablar de tierra, aromas y trabajo de mucha gente. Además, para que se puedan lograr siete kilos de café tostado, se requiere cortar de los árboles 250 kilos, sin mencionar todo el proceso que conlleva”.
¿Hasta dónde puede cambiar tu vida el café? “En definitiva mi papá me cambió la vida, y lanzamos el café ‘Cleo’, es un café orgánico, que tiene tres orígenes distintos, Chiapas, Veracruz y Oaxaca... en honor a él, donde descubrí muchas historias relacionadas al café y aprendí su misión que era acercarnos a lo mejor”.