Tijuana..- Con 13 años de edad, José se aferra a permanecer en Eunime, la casa hogar para niños, niñas y adolescentes afectados por el VIH/SIDA en Tijuana, lugar al que retornó al padecer omisión de cuidados por parte de su familia.
Nació el 14 de julio de 2008 en el seno de una familia disfuncional en la que las adicciones y la violencia eran el pan de cada día, entorno del que las autoridades del Sistema DIF de Baja California lo rescataron en 2014.
A los seis años de edad y pesando tan solo seis kilos, llegó por primera vez a Eunime, lugar que asume como su verdadero hogar.
Su pronóstico médico era desfavorable, con pocas esperanzas de sobrevivir, pero José se aferró a la vida, aunque el camino para su recuperación no fue fácil.
Con cuadros severos de neumonía, problemas en el hígado e infecciones en la piel, entre otros padecimientos, José tuvo que ser hospitalizado en más de tres ocasiones.
Recuperado en salud, pero sin que hicieran los estudios sociales necesarios para garantizar la seguridad de José, el mismo sistema DIF lo reintegra con su familia en 2017.
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Con su familia biológica, José vuelve a padecer omisión de cuidados, por lo que en 2020 decidió escapar y, al ser rescatado por el Sistema DIF, pidió ser llevado de nuevo a Eunime.
Hoy en día José es un niño sano, a quien le encanta jugar fútbol y videojuegos, “lo primero que hago en las mañanas es ponerme mis taquetes”, compartió con entusiasmo.
Para Pepe, como le dicen todos, siempre es un buen momento para echarse una cascarita, y aunque en la casa hogar no tiene un patio, no pierde la oportunidad de maniobrar la pelota, en cualquier habitación, mientras espera el momento de ir a entrenar en una cancha de verdad.
No saca las mejores notas, pero en Eunime lo ayudan a regularizarse para que concluya el sexto grado de primaria que actualmente cursa.
DE ASOCIACIÓN A CASA HOGAR
José es uno de los 24 niños que actualmente alberga Eunime, asociación que nació en 2004, en homenaje a Eunise y Noemí, dos casos pediátricos con VIH en Tijuana.
“Ellas son mis hermanas, por lo que iniciamos con esta inquietud de tener una asociación en donde las familias tuvieran un espacio en donde se pudieran educar sobre lo que es vivir con esta condición de salud, saber qué acciones y qué papel tener frente a un familiar enfermo, sobre todo menor de edad”, anotó Juanita Ortiz Quezada, directora de la casa hogar. “Empezamos con grupos de auto apoyo, a través de los cuales educamos a las familias”, agregó.
Pero al detectarse que los niños sin hogar y con VIH no lograban sobrevivir por falta de cuidados, en 2007 el proyecto se expandió a casa hogar.
“Encontramos que los niños de albergues no sobrevivían y desde que abrimos, a la fecha, el 100% ha sobrevivido, aunque esté avanzado el Sida, logramos sacarlos adelante”, indicó Juanita.
EN 14 AÑOS, CINCO NIÑOS HAN SIDO ADOPTADOS
La casa hogar Eunime recibe en promedio de cuatro a cinco niños por año, la mayoría nacidos de padres con VIH y en situación de orfandad.
Con 14 años de operación, un total de cinco niños se han dado en adopción, siendo el VIH una de las principales limitantes para que sean adoptados, precisó Juanita Ortiz.
Explicó que la probabilidad de que un niño nacido de una mamá positiva vaya a tener VIH es de solo 20%, además de que a los niños que se reciben recién nacidos se les da tratamiento de prevención, por lo que probablemente no vaya a desarrollar el virus.
La única diferencia entre un niño sano y uno con VIH, es que los segundos toman medicina, subrayó.
En efecto, los niños de Eunime, como cualquier otro niño, acuden a escuelas regulares, además de realizar actividades deportivas como fútbol, karate y natación, así como artísticas.
Incluso ni la pandemia ha frenado sus múltiples actividades, aún cuando todos han contraído Covid-19, han logrado sobrellevar la enfermedad casi asintomáticos.
Para detectar a tiempo cualquier contagio, en forma constante les hacen pruebas a través del patrocinio de los laboratorios Genómica y Certus, además de que los niños de 12 años en adelante ya han sido vacunados contra coronavirus.
En tanto, los niños con padres usuarios de drogas, no son reincorporados al seno familiar, permaneciendo en la casa hogar, aún después de alcanzar la mayoría de edad.
La mayoría de los niños albergados, se va por su cuenta al crecer, por lo regular entre los 20 y 21 años de edad, ya que estudiaron o, en el caso de los que no quisieron estudiar, aprendieron algún oficio.
ALBERGUE CON ESPACIO LIMITADO
Para la conformación de la Casa Hogar Eunime, Juanita recibió en 2007 una vivienda en comodato por parte del Ayuntamiento de Tijuana, inmueble que el organismo civil ha requerido en donación en varias ocasiones, pero ninguna administración municipal ha atendido esta petición.
El inmueble, además de carecer de patio, tiene un área de construcción de siete habitaciones, con dormitorios en los que solo caben cuatro niños, pero en lo que se acomodan hasta seis menores en una habitación.
Aún cuando los niños han retornado a las clases presenciales, en el limitado espacio se acondicionaron áreas de salón de clases y centro de cómputo, para mantener a los niños ocupados en actividades didácticas.
La directora de la Institución, Juanita Ortiz Quezada detalló que son ocho adolescentes los que habitan la casa hogar, así como dos bebés menores de un año de edad.
En total son 24 menores de edad los que se albergan en Eunime, 11 niñas y 13 niños, “pero hemos llegado a estar al tope de capacidad al albergar hasta a 28 niños”, subrayó.
La falta de un espacio adecuado, “nos limita en el desarrollo de los niños, y es de preocuparse porque van creciendo y sus necesidades también van cambiando”, agregó.
PANDEMIA FRENÓ PROYECTO DE NUEVO EDIFICIO
En 2018, en un terreno de dos mil 800 metros cuadrados, ubicado en el Cañón de la Pedrera y donado por Fundación Simnsa, se colocó la primera piedra de lo que será la nueva casa hogar Eunime.
Su ubicación es un punto estratégico que permite un rápido acceso al Hospital General de Tijuana, en donde son atendidos los niños.
Y aunque Simnsa había garantizado la inversión del 30% de los 20 millones de pesos en el que se tasó el proyecto.
“Fundación Simnsa no le dio continuidad a causa de la pandemia por Covid-19, decidieron reservar el apoyo por si algún niño necesitaba recursos para para atenderlo”, explicó.
Con la reanudación de las actividades, dijo que esperan pronto retomar la edificación del proyecto, cuya capacidad se diseñó para albergar a 80 niños y con espacios suficientes para actividades de recreación, bodega para alimentos, lavandería y cuarto aislado para los menores que llegan en etapa terminal.
De los dos mil 800 metros cuadrados, la nueva casa de tres niveles se edificará en un espacio de 600 metros cuadrados, el resto del terreno se habilitará como área de recreación.
SOBREVIVIENDO CON DONATIVOS
La pandemia de Covid-19 también ha limitado los ingresos para el sostenimiento de la casa hogar Eunime, para el cual se requiere de un presupuesto mensual de entre 15 a 18 mil pesos por niño.
“Con la pandemia disminuyó la aportación de la sociedad en más del 50%, porque no podemos hacer eventos, antes hacíamos algunas carreras cuyos ingresos al final del día se utilizaban en la operación de la casa”, mencionó Juanita Ortiz.
Desde su creación, el albergue se mantiene en pie gracias a la suma del apoyo de muchas personas de la comunidad, mientras que la aportación gubernamental solo ha sido de parte del gobierno municipal, al aportar en algunos años 30 mil pesos.
Juanita dijo esperar que con la nueva administración haya más disposición de apoyar la causa que abandera.
Es a través del programa de apadrinamiento de la empresa Hunter, como se ha logrado recaudar donativos semanales con los que se solventan los gastos operativos de la casa, apoyo al que se suman los donativos en especie.
“Los donantes se enamoran del proyecto, y gracias a Dios contamos con ellos para nosotros continuar brindando la atención hacia nuestros niños”.
REFORMA GOLPEA A LOS NIÑOS MÁS VULNERABLES
La reforma a la Ley del Impuesto Sobre la Renta (ISR) que limita la deducibilidad de donativos a asociaciones civiles “no golpea a las asociaciones o a las empresas, sino a los niños y a los más vulnerables”, señaló Juanita Ortiz Quezada.
Sin duda, indicó que la reforma afectará la donación, particularmente de empresas, para las que, de por sí, no les era tan atractivo donar.
“Ahora sí que las que donan es porque está en su corazón brindarle a la niñez una mejor calidad de vida, las que continúen donando va a ser porque de verdad están enamorados de una causa”, agregó.
La directora de Eunime espera que el gobierno federal se sensibilice y evalúe este cambio y no deje desprotegidos a los más vulnerables, como es el caso de los niños con VIH.