Laura Bueno Medina
Tijuana.- El mal estado de los hidrantes de la ciudad supera 70% del total y es una problemática presente en toda la ciudad, así lo indicó el capitán de los bomberos de Tijuana, José Luis Jiménez al ser cuestionado sobre la infraestructura hídrica de la ciudad.
Asimismo, indicó que, en tiempos pasados, hasta 80% de los hidrantes no funcionaba correctamente sin que eso fuera resuelto, porque son afectados principalmente por el vandalismo y por personas que se dedican a desinstalar los hidrantes para vender en el mercado negro el bronce que contienen.
“Se llevan la parte de adentro (del hidrante) que es de bronce; se lo llevan, y ya tenemos una problemática nosotros”, mencionó el director de bomberos.
El tiempo de respuesta de las unidades de bomberos en la recarga de agua pasó de cinco a 15 o 20 minutos por el mal estado en el que se encuentran la mayoría de los hidrantes, ya que se tienen que recorrer distancias más grandes para reabastecer las pipas, explicó el capitán de bomberos.
La Dirección de Bomberos tiene identificados, por sector, los hidrantes que funcionan y los que no para que sea más rápido el tiempo de respuesta y atención de siniestros, accidentes o catástrofes.
Hay un proyecto por parte de la Asociación de Industriales de la Mesa de Otay (AIMO) para reponer los hidrantes vandalizados por otros de materiales que no tienen ningún valor en el mercado negro.
Ya se han instalado dos hidrantes que cumplen con toda la normatividad requerida, dijo el capitán de bomberos, lo que les ha servido para atender los siniestros en la zona industrial de Otay, lugar en donde se instalaron.
La AIMO, en coordinación con la Comisión de Servicios Públicos del Estado, está aplicando esta iniciativa de reposición de hidrantes vandalizados por otros sin valor que no contienen bronce.
Los bomberos de Tijuana cuentan con un hidrante convencional en sus unidades para llegar y armarlo en el lugar de los hechos o en la toma más cercana; sin embargo, se enfrentan a la probabilidad del cierre de la toma de agua desde la calle por la vandalización de la infraestructura hídrica.