Tijuana.- Postergar voluntariamente alguna tarea para el día siguiente es una actividad humana cada vez más común y va cobrando mayor relevancia por las implicaciones que genera, tanto en la vida estudiantil, laboral, como en la vida diaria en general, sin embargo esto no es cuestión de pereza y se le define como procrastinación.

En opinión del Mtro. Hernán Partida Ramírez, Coordinador de Psicología Clínica en CETYS Universidad, la procrastinación no se da por fatiga, surge como una iniciativa de la misma persona que se considera un accionar pasivo, es decir, es una acción o comportamiento condicionado, se suele posponer aspectos de la vida de manera activa, por ejemplo, en este momento voy a hacer cualquier cosa para después hacer lo que realmente necesito o debería estar haciendo.

“Cuando hay una actividad más compleja, larga o que pretendemos que va a durar más tiempo al realizarse, el miedo por no tener una satisfacción inmediata por su finalización o el saber lo que implica nos hace postergar, por lo que decidimos hacer actividades más rápidas, fáciles y de carácter secundario.”

Este hábito, de acuerdo con el experto en Psicología Clínica, esconde en la persona perfeccionismo, miedo al fracaso, falta de control de impulsos, incluso cansancio. Ya que no solo están conscientes de que evaden una tarea o actividad, también saben que es una mala idea y aún así, lo posponen.

No existen estadísticas exactas sobre cuántas personas sufren por demorar tareas, pero según estimaciones al menos el 95% de la población son proclives a la procrastinación y, de éstas, 20% serían procrastinadores frecuentes. Por otro lado se presenta mayor nivel en el género masculino que en el género femenino.

“A veces, la solución a la procrastinación es solo descansar un rato, en ocasiones es la razón por la cual dejamos las tareas para último momento, eso o el no haber dividido una tarea grande en tareas más sencillas, nos saturamos.” mencionó Mtro. Partida.