Crisstian Villicaña
Tijuana.- Mari Mora, junto a su hijo Manuel, salen todos los días a la esquina de la calle Segunda y Constitución, en donde se ubicaba el antiguo Palacio Municipal; pese a contar con más de 80 años de vida y con ello dificultades para desplazarse, no han dejado de interpretar música que se convierte en monedas, en una forma de ganarse la vida.
"Mi hijo Manuel y yo tocamos aquí, a mi me gusta mucho la música, todavía canto y aprovecho para sacar unas monedas, para los dos, nosotros vivimos juntos y salimos siempre a tocar", narró Mari Mora.
Con voz muy quedita e interrumpida por el bullicio de la Zona Centro, alcancé escuchar que Mari comenzó a cantar una melodía, la cual no pude identificar, pero parecía una especie de corrido de la época de la Revolución. Al terminar de cantar una estrofa se sonrió y me dijo que siempre le ha gustado cantar.
"Todavía canto, toda la vida he estado con la música, mi hijo me ayuda, él casi no canta, pero a mí sí me gusta, aquí canto. En el camino de regreso, mi padre me ponía música desde que vivía en Michoacán, de allá llegué con mi mamá cuando estaba pequeña", agregó.
Su hablar es muy tenue, su voz débil apenas y se alcanza a escuchar, los años no han pasado sin dejar huella, ya que su mente apenas y recuerda algunos detalles de su vida personal.
Dentro de lo que sí recuerda me dijo, mientras sujetaba un pandero, que tiene otros cuatros hijos que le ayudan y que el gobierno le da medicina, sin embargo, ella sigue cantando y saliendo a las calles a hacerlo por gusto a la música, por compartir la voz que le queda, sin importar que lo tenga que hacer sentada en una silla de ruedas a la intemperie.
Su historia es una de perseverancia, en una sociedad que busca sólo los intereses propios, una madre que lucha junto a su hijo sigue siendo una demostración de amor pura.
"Yo doy gracias de estar viva aquí con mi hijo, que podemos salir y tocar música, cantar algunas canciones, así es nuestra vida", finalizó.
Dato: Con las monedas que consigue compra medicinas para ella y su hijo, ya que las que les otorga el gobierno no cubren todas sus necesidades
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Mari Mora, junto a su hijo Manuel, salen todos los días a interpretar música para ganarse la vida. Crisstian Villicaña