Juan Miguel Hernández
Tijuana.- José Carlos Tellaeche tiene 33 años y ha pasado más de la mitad de su vida postrado en una silla de ruedas a consecuencia de un accidente automovilístico.
A sus 16 años era un joven atlético con un futuro prometedor, quien estudiaba en San Diego y en Cetys Universidad, pero de un momento a otro su vida dio un giro de 360 grados.
“No conocía los límites ni las consecuencias, y fue fácil para mí ir a exceso de velocidad, y me encontré en medio de un accidente de automóvil. Iba a exceso de velocidad; perdí control”, recordó.
Las consecuencias del accidente fueron irreversibles con una fractura de columna, daño irreversible en las cervicales c3 y c4, lo que desencadenó en cuadro de cuadriplejía.
“Mi vida es un diario luchar, es un reto diario; pero, más allá de los retos que esto puede representar, es el propósito de vida que dios tiene para mí y mis ganas y necesidad de llevarlo a cabo”, comentó.
A 17 años del accidente automovilístico, José Carlos reflexionó sobre la perspectiva que tenía sobre la vida en su juventud.
“Jamás creí que algo así me fuera a suceder, pero nos puede pasar a cualquiera; no solamente a los adolescentes, también al adulto que vive acelerado”, aseveró.
Por último, dejó un mensaje para la sociedad invitándolos a llevar una vida más tranquila, alejada del enojo y el estrés y viviendo el presente.
“Tenemos que aprender a valorar la vida, pero llevarlo a la práctica es completamente diferente, y vida solo tenemos una, y hacemos planes para mañana, para una semana, un mes, y no sabemos si vamos a terminar el día de hoy”, finalizó.