Laura Bueno Medina
Tijuana.- Alrededor de 30% de la población padece el famoso “atracón” (trastorno por atracón), que es como la bulimia, pero sin las conductas compensatorias, o sea, que no vomitan, y es del que menos se habla, así lo expuso la doctora Graciela Jiménez Trejo, jefa de consulta externa del Hospital de Salud Mental de Tijuana AC.
Aunque los trastornos de la alimentación más conocidos son la anorexia y bulimia, el ya mencionado, dijo la doctora, es más frecuente entre la población de todas las edades.
La anorexia es cuando el paciente, de forma deliberada, dice que no quiere comer porque no desea subir de peso y tiene alteraciones de su imagen corporal, lo que quiere decir que se mira gordo o con sobrepeso y puede haber ciertas conductas como dejar de comer, usar laxantes, diuréticos y hacer mucho ejercicio.
En bulimia es que, de igual manera, no quieren subir de peso, pero llegan a consumir muchos alimentos, tienen “atracones”, que es comer mucha comida en poco tiempo y con falta de control, y básicamente utilizan el vomito como forma de controlar el peso, y sienten una culpa por ello; es decir, una conducta compensatoria para que baje la ansiedad por lo que comieron, que la mayoría de las veces es autoinducirse el vómito o recurrir a laxantes o ejercitarse mucho.
“Ambos pacientes están ignorando lo que les está sucediendo; se les cae el cabello, el esmalte dental, tienen problemas de piel, digestivos, estreñimiento, pero todo esto lo asumen por otras cosas y no por la conducta alimentaria inapropiada que llevan”, mencionó la doctora.
Graciela Jiménez indicó que la anorexia se puede presentar en cualquier momento de nuestras vidas; sin embargo, la etapa en la que más se presenta es la adolescencia. Un tercio de la población que padece anorexia llega a medirse, por lo que si en la adultez todavía lo padece, puede fallecer a corta edad.
“En el Hospital de Salud Mental de Tijuana, en lo que va del año, tenemos cuatro pacientes en tratamiento; ya que, desgraciadamente, es un diagnostico que lo minimizan y no le dan la importancia que tiene y no van a consulta; se presenta entre los nueve y 14 años. En 2017 hubo entre tres y cinco pacientes tanto en psiquiatría y paidosiquiatría, siendo la mayoría mujeres, en un grado de desnutrición o niños se desmayaron o ya no pudo realizar su clase de educación física, y los papás voltearon y se percataron que, efectivamente, había bajado 20 kilos.
Las mujeres son las mayormente vulnerables y esto tiene que ver con la cuestión de los cánones de belleza; el hecho de que deben estar delgadas, tener un bonito cuerpo, y son más influenciables por ese tipo de comentarios o imágenes de mercadotecnia presentándose una alteración ya biológica. Es el hecho de estar bien consigo mismas. Hay una percepción errónea de su imagen corporal; por lo tanto, quieren un ideal que es inalcanzable a pesar de su salud”, detalló Jiménez Trejo.
El primer indicio que hay un trastorno de alimentación es buscar una dieta; sin embargo, se debe conocer muy bien el motivo de ponerse a dieta, bajar colesterol, triglicéridos, peso, pero ya hay personas que de manera continua hacen dietas, por lo que muy probablemente tienen un trastorno de alimentación de base.
Por último, la doctora Graciela Jiménez hizo un llamado a los papás a que estén muy pendientes a la conducta de sus hijos; a comentarios que hagan sobre gordura o dietas, que no coman, y a no estigmatizárlos con comentarios sobre la gordura, que no quiere convivir con la familia. Empiezan a tener problemas en la escuela, por lo que deberán acudir a consulta de inmediato.