Tijuana.- Rocío Iveth Rodríguez Armendáriz tiene 13 años, estudia en segundo de secundaria de la “ETI”, pero desde el 2 de noviembre que no tiene clases sus días han perdido cualquier tipo de productividad.
Aunque no iba a clases no presenciales por la situación sanitaria, apenas conocía a sus compañeros y maestro a través de una cámara y una imagen de computadora. Se cumplirán 90 días que ni eso puede.
“Se me hace algo injusto, no tengo nada que hacer durante el día que sea productivo por así decirlo. No tengo clases, no tengo tarea, que mantenga mi mente ocupada. Soy una niña y ocupo estudiar, aprender y no lo estoy haciendo”, lamentó.
A su corta edad, ya le preocupa los conocimientos que adquirirá para su futuro, porque sabe, que el tiempo perdido, será muy difícil recuperarlo, de cara a la preparatoria y universidad.
“Soy muy inteligente y si pudiera entrar, pero me sentiría tonta, porque no estoy aprendiendo nada, estoy súper rezagada porque no tengo una educación buena desde que empezó la pandemia. Ahora que no estoy recibiendo clases es mucho peor. Ya quiero entrar a clases, no puedo hacer nada, estoy aburrida”, expresó.
Su madre, Rocío Armendáriz, está igual de desesperada. Sus obligaciones laborales, no le permiten supervisar la educación de Iveth, ni tampoco cuenta con los recursos suficientes para inscribirla en una secundaria particular o pagarle a alguien para que supervise sus tareas.
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“No conoce la secundaria, no ha pisado la secundaria y está en segundo año. Repasa lo que vio en sexto, lo que le dieron en primero de secundaria que sí alcanzó a tomar las clases. Los datos generales, las tablas, lo que sabemos que van a ocupar. Llegamos hasta el copete de que necesitamos hacer algo y alzar la voz como padre de familia para que vean que no están solos, por mucha huelga que hagan, los verdaderamente afectados somos los papás, los hijos”, lamentó.
Para los maestros tampoco es grato no dar clases, ya desean regresar a las aulas, pero antes que nada, desean que cubran con los adeudos pendientes.
“Me falta que me paguen cuatro horas pero aún no las autoriza FONE y en mi escuela hay suspensión. Quiero regresar, que me paguen y regresar”, dijo Itchel Rodríguez, profesora de historia en una secundaria de Playas de Tijuana.
Desde noviembre que se ha dado la suspensión de clases, las versiones sobre el paro de los profesores han sido diversas, por parte del magisterio y de la Secretaría de Educación. Es más, la Sección 2 del SNTE apenas y expone públicamente comentarios sobre la problemática.
De parte del secretario de Educación de Baja California, Gerardo Solís Benavides, ha sido el más activo al hablar del tema. En la conferencia matutina del gobierno del estado, se limitó a decir que seguían las negociaciones con el magisterio.
“La Secretaría trabaja con el magisterio y una mesa permanente de soluciones. La Secretaría hace un llamado de regreso de manera híbrida y autónoma. Vamos a continuar con el pago oportuno como se viene haciendo desde el 8 de noviembre, se dispersan los recursos con la Sección 2, se están iniciando los trabajos con todo el equipo de supervisores que tiene la Secretaría de Educación e inspectores”, expresaba el funcionario.
El SNTE ha sido más cauto en sus posicionamientos. El último mensaje público fue el 11 de enero en sus redes sociales. Hasta la fecha siguen sin atender conferencias de prensa o entrevistas a medios de comunicación.
“Seguimos en coordinación con el secretario de Educación en el estado para llegar a un acuerdo positivo para las y los trabajadores de la educación de nuestra Sección 2. Nuestro compromiso sigue firme con cada una y uno de nuestros agremiados”, compartía Juan Enrique Villanueva Villa.