Eliud Ávalos Matías
Tijuana.- La amenaza del presidente norteamericano Donald Trump de imponer aranceles al aluminio y al acero traería consigo afectaciones al consumidor estadunidense en primer lugar y a los países productores más grandes como China, Japón e India, consideró el doctor en derecho fiscal, Adolfo Solís Farías.
Explicó que esos tres países dominan este sector porque es donde se concentra la verdadera producción, de tal suerte que la afectación es menos proporcional para México.
“Me parece que es una estrategia más de política exterior, que de política arancelaria, porque los países que quiere controlar Estados Unidos son los verdaderos afectados”.
Recordó que, a nivel internacional, interviene la Organización Mundial de Comercio (OMC), y, en el caso de alguna afectación a productores mexicanos, se cuenta con la cláusula de “nación menos favorecida”. Dicha cláusula establece que al país no se le puede imponer una tasa de 25%.
Lo que ese mandato establece es que se pagarían aranceles de 6.6% en el peor de los casos. Por eso insistió en que no debe verse como una amenaza de política arancelaria, sino como una amenaza de política exterior, donde Estados Unidos quiere imponer cierto control y regulaciones a estos materiales.
“Pero no es que quiera controlar esos materiales por sí mismos; ellos son productores, pero también su política depende de importaciones de aluminio y acero. Es un mensaje que manda los países, y en particular a China para decirle que quiere tener control del economía”.
Destacó que las consecuencias van directas a los consumidores en Estados Unidos por el acero y el aluminio, porque, según argumenta, lo único que va pasar es que va a subir el costo de los productos en la Unión Americana, lo cual generaría un impacto inflacionario.
“Además del sector automotriz, le pegan a su propia economía; está utilizando mecanismos de política exterior basado en regulaciones arancelarias. Pero no creo que sus grupos empresariales le permitan gravar esto porque serían los primeros afectados”.