Tijuana.- El consumo de tabaco es un problema de salud nacional, de acuerdo con Itzel Huertero Vallarta, técnica superior en inhaloterapia y terapista respiratorio de la Clínica 20 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste).

Durante el periodo de confinamiento provocado por la pandemia por Covid-19, el número de personas que utilizan productos derivados del tabaco aumentó, agregó Huertero Vallarta.

“Hubo aumento de un 28% al 35%. Veo muchos pacientes que dejaron el cigarro, también les ayudó a buscar estrategias para dejar el hábito, menos de la mitad de ellos volvieron a fumar”, esto de acuerdo con el número de casos que ha atendido.

Además explicó que desde el 2020 a la fecha, la causa número uno de atención médica de hombres y mujeres a nivel nacional en todos los sistemas de salud son las visitas a causa de problemas respiratorios agudos.

Sin embargo, de estas visitas solo 20% son pacientes que requieren atención por consumo de productos derivados del tabaco, mencionó la inhaloterapeuta.

Por otra parte, Aldo Domenico Nani Arias, psiquiatra adictólogo, coincidió con Huertero Vallarta, aunque señaló que hasta el momento no existe una estadística a nivel nacional que indique el aumento porcentual del consumo de estos productos.

“Los distintos sistemas en el país para la estadística del consumo nos hablan de resultados preliminares de que hay un incremento. Generalmente las publicaciones estadísticas en el país sobre consumo se hacen cada tres años, pero justamente se han hecho resultados preliminares en los cuales se ve un incremento del uso de tabaco, sobre todo en cigarros electrónicos”, detalló.

Este aumento durante el periodo de confinamiento fue provocado, de acuerdo a Nani Arias, a que la población enfrentó distintos escenarios, como la cuarentena, incertidumbre y miedo, además de cambios de estilo de vida y cambio de hábitos.

“Ante el estrés económico, a veces cuando hay más convivencia familiar incrementan los problemas. Estos factores de riesgo han incrementado el consumo de sustancias, particularmente, por ejemplo, los vapeadores”, señaló.

El adictólogo explicó que el incremento del consumo de vapeadores también se debe a que no generan fuertes olores y esto puede esconder su uso.

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También explicó que se han registrado casos de personas que anteriormente no consumían vapeadores y cigarros, pero a partir de la pandemia comenzaron a utilizarlos, pero los problemas de estrés e incertidumbre provocaron un inicio de su consumo.

“El no saber cómo reaccionar a los primeros meses de la pandemia, porque no sabíamos qué iba a suceder y muchas veces cuando tenemos ansiedad buscamos formas, a veces sanas y a veces nada sanas, para lidiar o anestesiar esa ansiedad”, agregó.

Durante la pandemia, Nani Arias percibió que la venta de vapeadores y cigarros electrónicos tuvo un aumento, pues en el pensamiento colectivo se tiene la idea de que estos productos son sanos.

“Tuvo una intención aparentemente de ayudar a las personas para que dejen el consumo del cigarro y reducir su daño, pero desafortunadamente el uso del cigarro electrónico no está comprobado que funcione para dejar el tabaco”, dijo.

Incluso, el adictólogo señaló que las personas que consumen cigarrillos electrónicos inician desde muy temprana edad, esto con la idea errónea de que no genera daños en la salud.

“Hay cigarros electrónicos que no tienen ninguna droga y solo tienen sabor. Tenemos chicos que desde los 8 a 10 años empiezan a consumirlo pensando que no están consumiendo alguna droga. Esto puede ser un preámbulo para que posteriormente utilicen cantidades más grandes de nicotina”, explicó.

El temprano consumo de sustancias en cigarros electrónicos, detalló Nanni Arias, genera un mal pronóstico para la salud mental y para el desarrollo de trastornos adictivos, además de la salud física.

“Cuando nuestro cerebro está en crecimiento, termina de madurar entre los 18 a 21 años, mientras el cerebro esté en desarrollo es más impresionable. No es lo mismo probar el cigarro por primera vez a los 25 años a probarlo a los 12, el mayor riesgo es el desarrollo de trastornos adictivos más severos”, agregó.

Otros daños a la salud que genera el consumo de productos derivados del tabaco es la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (Epoc), mencionó Huertero Vallarta.

“Es la enfermedad detectada en pacientes que tienen una inhalación de elementos de combustión, no solo personas que utilizan el cigarrillo, sino la biomasa de algún componente”, agregó

En el uso específico de vapeadores y cigarros electrónicos, los padecimientos más recurrentes en sus consumidores son reacciones inflamatorias y oxidación de los pulmones, generando problemas de fibrosis pulmonar, esto aumenta la inflamación de los alvéolos.

“De ahí derivan diferentes patologías. Cuando consumen estos productos el humo tiene un calor mayor al que está acostumbrado la vía aérea, que es de 37 grados centígrados, cuando encendemos la flama a un cigarro llega a tener una temperatura de 78 grados centígrados, y cada bocanada llega a los 58 grados centígrados”, finalizó.