Tijuana.-Jesús González Lomelí, propietario del bar Coco Beach Bar en Playas de Rosarito, no acudió a la primera comparecencia voluntaria que tenía programada con 13 empleados afectados en el accidente carretero que dejó siete muertos y seis personas con amputaciones, informó el secretario de Trabajo y Previsión Social, Luis Javier Algorri Franco.
“Estamos en la etapa de conciliación, en la que estamos buscando que la empresa se haga responsable de los daños que se ocasionaron. Era el primer citatorio que se envió, por desgracia me comentan que se envió el día de ayer, creo que fue cerca de 12 horas, y no se presentó nadie por parte de la empresa, estamos emitiendo un segundo citatorio para el viernes, esperemos que se presenten”, dijo.
Algorri Franco indicó que fueron 13 trabajadores lesionados los que interpusieron la queja ante la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, acusando que el patrón no se ha hecho cargo de los gastos médicos que les ha ocasionado el accidente; solo se les apoyó en un inicio.
Una de las empleadas afectadas es Joselyn Reséndiz, de 20 años, quien perdió un brazo tras quedar prensada en el accidente carretero y mencionó que fue atendida en una clínica privada, pues cuando ocurrió el accidente desconocían que estaban dados de alta como derechohabientes en el IMSS.
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“No me ha dicho nada, apenas la semana pasada nos enteramos de que teníamos seguro social, que fue realizado coincidentemente un día antes del accidente, pero solo tenemos seguro social las personas que sufrimos una pérdida de extremidad”, dijo.
Joselyn Reséndiz aseguró que ha gastado en medicamentos porque padece de dolor neuropático, un trastorno neurológico que provoca malestar intenso.
El salario que recibía la joven como ayudante de barra en el bar Coco Beach, era de 100 pesos al día, trabajando tres días a la semana, y el resto lo compensaba con propinas.
Era un trabajo temporal para ahorrar algo de dinero y terminar sus estudios como fisioterapeuta que estaba cursando en Ciudad de México.
Pero comentó que en esas mismas condiciones laborales estaban la mayoría de los empleados, y solo quiere que el patrón se responsabilice de los gastos.
“Quiero recibir mi prótesis, quiero tener mis terapias, quiero retomar mi vida, regresar a la escuela y terminar mi carrera”, señaló.
Giovanny Quintana es otro de los afectados porque perdió una mano y su hermano Moisés murió tras el accidente, que pide sea considerado accidente de trabajo, porque además fue obligatorio.
“Nos dijeron ‘el que falte se le va a cobrar 600 pesos por el transporte, las bebidas y aparte dos fines de semana de descanso”. Como está la situación, no podíamos tener dos semanas sin dinero. Fuimos obligados”, acusó.
Las víctimas aseguraron que hubo conciertos y otros eventos dentro del Bar Coco Beach que se supone eran para apoyarlos con los gastos médicos, pero nunca recibieron lo recaudado.
Los 13 trabajadores expusieron al secretario del Trabajo y Previsión Social, Luis Javier Algorri, que no estaban afiliados al IMSS y recibían menos del salario mínimo semanal como pago.
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Algorri Franco indicó que el IMSS se encuentra corroborando esos detalles y será también quien determine si se trató de un accidente de trabajo.
Afirmó que las investigaciones se iniciaron de manera oficiosa, pues no existían denuncias, hasta que los trabajadores se presentaron en los últimos días.
“Nosotros nos enteramos a través de los medios de comunicación que los familiares referían que muchos de ellos no estaban dados de alta en el seguro social, por eso de manera oficiosa con las revisiones (...) es una sanción que puede ser incluso cercano al medio millón de pesos por cada trabajador que no está dado de alta en el IMSS”, apuntó.
Si el patrón de las víctimas no acude al segundo citatorio, habrá una tercera comparecencia obligatoria al patrón para que responda, afirmó Algorri Franco.
González Lomelí, el propietario del bar, rechazó que haya abandonado a los trabajadores y confirmó que recibió el nuevo citatorio, al que dijo llevará los gastos que ha realizado tras el accidente.
“El tema es que la aseguranza no ha respondido. Porque al final de cuentas no fue un accidente de trabajo”, respondió para rechazar después que hayan obligado a los trabajadores a asistir al paseo.
El accidente carretero se registró el 8 de junio por la noche en el entronque del bulevar Popotla y el corredor 2000. Eran cuatro camiones con empleados del Bar Coco Beach los que regresaban a Playas de Rosarito de un paseo anual de trabajo en un balneario de Tecate, y fue uno de esos camiones el que volcó.