Tijuana.- La postura de la gobernadora electa, Marina del Pilar Ávila Olmeda, en torno a las últimas reformas que está realizando el gobernador Jaime Bonilla muestran un distanciamiento pero todavía no hay un rompimiento, estimó Víctor Espinoza Valle, investigador del Colegio de la Frontera Norte (Colef).
“La gobernadora está siendo muy cuidadosa porque no le conviene generar en este momento una situación de tensión con el gobernador. Sabemos que tiene un estilo de gobernar...muy fuerte, digamos”, comentó.
Explicó que en un modelo político como el mexicano, donde el ejecutivo es el centro, es normal que al término del gobierno la influencia del mandatario saliente decaiga.
Aunque en la transición de esta gubernatura, añadió, ha sido distinto porque Bonilla Valdez se mantiene sumamente activo, como lo muestran las últimas iniciativas que envió al congreso que ya terminó, donde tuvo una marcada influencia.
Una de las iniciativas fue la ampliación del cargo del fiscal general de cinco a nueve años, que finalmente no fue presentada al pleno, y la otra la apretada aprobación para entregar a los municipios los organismos operadores de agua que sí fue aprobada.
En ambos casos la gobernadora electa se pronunció en contra durante una entrevista a medios de Mexicali en la sesión solemne en la que fue instalada la nueva legislatura, la XXIV que la acompañará la mitad de su sexenio y que ya anunció un recurso legal en contra de la municipalización del agua.
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“Creo que no le gustó nada al gobernador. No le debe haber gustado”, apuntó Espinoza Valle, quien por otro lado ve una actitud no confrontativa en Marina del Pilar Ávila.
Añadió que en los ayuntamientos también puede darse un cambio de lealtades en favor de la próxima gobernadora, y destacó que ella misma con algunos integrantes de su equipo de transición comienza a marcar distancia.
“Creo que sí se va a deslindar del gobernador. No le conviene ser sombra de un gobernador como Bonilla”, anotó.