Ayuntamiento de Caballero Ramírez, marcado por la falta de coordinación con la gobernadora Ávila Olmeda

El gran pendiente sigue siendo la seguridad pública, en buena parte por el ya histórico déficit de policías para cuidar una ciudad de dos millones de habitantes

Adelina Dayebi Pazos / El Sol de Tijuana

  · sábado 27 de julio de 2024

El Sol de Tijuana

En un par de meses, la alcaldesa Montserrat Caballero Ramírez terminará su gobierno de tres años marcados principalmente por su tironeante relación con la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda.

Desde la opinión de la sociedad civil y el empresariado, esa falta de cohesión entre las dos gobernantes morenistas fue decisiva para la falta de resultados en temas altamente sentidos por los tijuanenses, como el transporte público y la seguridad.

“Cada quien trabajaba por su lado”, comentó María Eugenia Díaz González Basurto, coordinadora de Grupo Madrugadores.

Pero en tres años también puede haber aciertos, y en ese caso hay otra coincidencia entre quienes evalúan el gobierno de la primera mujer que llegó a la Presidencia municipal pidiendo el voto.

Marina del Pilar Ávila Olmeda, gobernadora de Baja California. Foto: Ángeles García / El Sol de Tijuana

El operativo para retirar el campamento de migrantes en la garita El Chaparral cuando estaba a punto de cumplir un año, y en general la política de atención a migrantes, son vistos como un acierto.

“El tema migrante es complejo, es difícil organizarlo. Fue mucho mejor que en otras administraciones”, opinó Albert Rivera Colón, director del albergue Ágape

El gran pendiente, sin embargo, sigue siendo la seguridad pública, en buena parte por el ya histórico déficit de policías para cuidar una ciudad de dos millones de habitantes, donde el delito común y el crimen organizado no entienden de jurisdicciones, como sí lo hacen las autoridades para quitarse responsabilidades o justificar su falta de resultados.

“En el combate a la inseguridad deja mucho a deber. Ve los niveles de inseguridad que tenemos hoy”, comentó Pedro Montejo Peterson, presidente del Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación Zona Costa (Index).

El Sol de Tijuana preguntó a estos tres actores su balance sobre el Ayuntamiento de Caballero Ramírez y el impacto que tuvo su relación con la gobernadora Ávila Olmeda.

Esto nos contestaron.

“En cuanto a mantenimiento nos quedan a deber. La ciudad está muy sucia. Eso hace que se sienta muy abandonada”, apuntó la coordinadora de Grupo Madrugadores.

“Tenemos un tema de inseguridad muy importante, de movilidad. Son muchos temas que se manejaron al principio de esta administración y por alguna u otra cosa no fluyeron”.

“Mucho por lo que no fluyó es porque no hubo una coordinación entre los gobiernos del estado y el municipal. Creo que eso fue lo que más daño le hizo a la ciudad, que no hubiera esta coordinación”.

Como acierto, María Eugenia Díaz González Basurto habla de la reubicación de los migrantes que esperaban en el campamento de la garita El Chaparral, cuando estaba a nada de cumplir un año.

“Es una de las cosas que más podemos reconocer porque recobramos una garita, la gente en contexto de movilidad estuvo en mejores condiciones. Creo que por ese lado sí se vieron acciones contundentes. Era un problema muy grande y de alguna forma se logró controlar”.

Sin embargo, agregó, los problemas de movilidad fueron complicados sobre todo porque el transporte público ahora es responsabilidad estatal.

“Algunas veces hablamos con la presidenta municipal sobre diferentes cuestiones y llegabas al punto en que nos decía: Pero eso no me corresponde. No es parte de mis obligaciones. Entonces es complicado porque no pueden dar solución. Creo que coordinación no hubo entre los gobiernos estatal y municipal”.

“Otro de los aciertos fue pagar la deuda. Sin embargo, también se necesita invertir en la ciudad, hay muchos pendientes: recolección de basura, lámparas para brindar seguridad, pavimentación, una muy buena pavimentación. Se han hecho trabajos de pavimentación pero se ven aislados, y por más kilómetros cuadrados, seguimos viendo la ciudad destruida en sus calles”.

-¿Cómo queda la seguridad pública?

“En este momento tenemos una crisis de seguridad en la ciudad y en el estado. Es una crisis grave donde siento esa descoordinación. Y no es estatal y municipal, es federal también. Las políticas que se están realizando no están dando resultados”.

“Tenemos una Guardia Nacional que se dedica a hacer rondines pero no es suficiente; tenemos una policía municipal que si bien sale a las calles y hace su esfuerzo, hay pocos policías. Así no funciona”.

-¿Qué deja el primer gobierno de una mujer?

“Siempre ser la primera o el primero es complicado, creo que es un momento de transición. Se nos han abierto las puertas a las mujeres en distintos puestos: política, economía, empresarial, pero estamos todavía en una transición porque no estamos acostumbrados a que las mujeres tengan esos puestos. Nos toca demostrar que sí podemos. Vamos a tener a la primera Presidenta y eso es importante. Tal vez los resultados no se dan de inmediato, pero poco a poco la idea es que esto se normalice”.


Migración

Albert Rivera Colón, director del albergue para migrantes Ágape, es como muchos otros activistas, una de las voces más críticas cuando se trata de políticas públicas, pero no reprueba la administración de Monserrat Caballero.

“Se enfocó en tratar de hacer lo mejor que estaba dentro de su capacidad. Cuando entró estaba el campamento en la garita El Chaparral. Sentí que violaron ciertos derechos humanos, utilizaron un poco de violencia, pero no fue una violación grave. Le doy un 7.5 por la manera en que atendió lo del campamento”, dijo.

Destacó que al inicio de la administración había policías municipales que daban rondines para cuidar los albergues, pero eso no duró mucho.

“Tenemos como un año y medio, casi dos años, que ya no llega la policía municipal, eso se le quitó a varios albergues (...) también dejaron de ayudar con despensas”, comentó Rivera Colón

El activista destacó particularmente la política de atención encabezada por Enrique Lucero Vázquez, director municipal de atención al migrante, porque hubo una ruta ordenada de atención.

“Cuando llegan los migrantes los pueden canalizar a los diferentes albergues, también ayudaron con la aplicación de CBP One. También ayudaron a los migrantes que querían regresar a sus estados, brindaron información de diferentes agrupaciones y asociaciones civiles donde abogados podían asesorar y ayudar a los migrantes”.

-¿Y qué impacto tuvo la relación entre los gobiernos estatal y municipal?

“Hubo una división. El estado también atiende a los migrantes, había una competencia interna, ponían a los albergues entre la espada y la pared, lo politizaron. Preguntaban si el albergue estaba con el municipio o con el estado”.

“Quien sale lastimada es la ciudadanía, los albergues y los migrantes. Hay mucho orgullo y todos se quieren llevar el crédito”.


Index espera al nuevo gobierno

Pedro Montejo Peterson, presidente de Index Zona Costa, opinó que los cambios constantes de funcionarios causaron que no se lograran muchos de los objetivos en temas como el Sistema Integral de Transporte de Tijuana (SITT), y en obra pública.

Por ejemplo, Miguel Ángel Bujanda, ex secretario particular del último gobernador panista en Baja California, fue el primero de dos secretarios de Desarrollo Urbano y se convirtió después en el tercer secretario de Gobierno del Ayuntamiento.

Entre las cosas que sí logró Caballero Ramírez, Montejo Peterso incluye la construcción de obras la rampa de frenado para transporte pesado en el bulevar Salvador Rosas Magallón en dirección a 5 y 10, y la rehabilitación con concreto hidráulico de la calle 12, el principal acceso de los camiones de carga a la zona de exportación de Otay.

El pago anticipado de la deuda pública, saldada a principios de este año cuando estaba programada hasta 2040, lo considera como algo positivo.

Sin embargo, igual que la coordinadora del Grupo Madrugadores, considera que significó dejar de invertir.

“Al pagar la deuda es porque tenías dinero que no asignaste previamente a obras que eran claves, sobre todo el tema de movilidad de la ciudad”, mencionó.

“Una deuda bien administrada no es mala para una ciudad, tenemos que entenderlo. También tenemos que darle el lado positivo y aceptarlo (el pago de la deuda), pero se dejaron hacer muchas cosas con ese dinero”.

De la relación entre la alcaldesa y la gobernadora dijo que ambos lados mostraban voluntad de mejorar la comunicación, pero no lo lograron y eso “perjudicó” el desarrollo de la ciudad.

Ahora con la entrada del próximo gobierno municipal, encabezado por Ismael Burgueño, Montejo Peterson espera que eso cambie porque sus planes de trabajo van en la misma línea que los del gobierno estatal, según ha comunicado el mismo alcalde electo.

“Ojalá que el tema de seguridad pública sea prioridad”, destacó el presidente de Index Zona Costa.

*En esta nota colaboraron Giovanny Urenda y Eduardo Jaramillo Castro