Baja asistencia en panteones del Centro

Los visitantes consideraron que los años anteriores el panteón número #1 se notaba mayor afluencia de personas mayores adultas.

Viridiana Lepe | El Sol de Tijuana

  · viernes 3 de noviembre de 2023

Los panteones del Centro son los más antiguos de Tijuana. Foto: Ángeles García | El Sol de Tijuana

Tijuana.- Hubo una baja asistencia en los panteones municipales de la colonia Castillo perteneciente a la delegación Zona Centro este “Día de Muertos”.

En el recorrido de El Sol de Tijuana se observó un mínimo flujo de la ciudadanía para la tradicional visita a las tumbas de sus seres queridos este 2 de noviembre para la colocación de ofrendas.

Esperan mayor afluencia este día en los panteones. Foto: José Luis Camarillo | El Sol de Tijuana

Algunos visitantes consideraron que años anteriores el Panteón municipal número 1 se notaba mayor afluencia de personas de la tercera edad que buscaban las lápidas de los familiares.

Irma Mendoza, quien fue a preparar la lápida de uno de sus cinco hijos, comentó que desde hace seis años acostumbra a visitarla junto con su nuera y otros familiares a decorar con velas, retratos, calaveras de azúcar y las tradicionales flores de cempasúchil.

Mencionó que a partir del año pasado dejaron de poner ofrendas y decoraciones ya que otras personas se robaban los artículos, sin embargo, en el interior de su casa preparan una ofrenda con los platillos favoritos, bebidas y entre otros gustos del difunto.

“Ya no dejamos nada, antes colocamos flores y había pasto y con el paso del tiempo lo destruirán o se los llevarán”, compartió.

Recordó que su hijo de aproximadamente 26 años era el más atento, el cual llamaba todos los días para saber cómo estaba.

Foto: Ángeles García | El Sol de Tijuana

“Siempre está presente, todos los días y horas, eso no pasa. Él era el segundo de mis hijos, siempre estaba constantemente conmigo”, mencionó.

Jorge Rivas le compartió a El Sol de Tijuana, la historia de sus dos primos que fallecieron después de un accidente automovilístico en el 2018 luego de festejar que Jonathan Gerardo Arredondo egresó de la universidad y había conseguido trabajo.

Recordó que Jonathan y José Alejandro sufrieron el incidente en una gasolinera ubicada en la entrada de Playas de Tijuana, donde se estamparon en los muros de concreto los cuales no estaban señalizados.

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“Jonathan se había recibido de ingeniero y trabajaba en Cemex, estaba muy contento ese día. Su papá estaba en un centro de rehabilitación y fue a visitarlo para prometerle que lo iba ayudar, al día siguiente se mataron”, manifestó.

“Compré uno para mi hermano, y este terreno para mí si lo necesito en algún futuro, pero en el 2018 tuve que dárselo a mis primos. En la familia hubo unas seis muertes seguidas”, detalló.

Foto: Ángeles García | El Sol de Tijuana

Recordó que su hermano de 28 años también falleció por un accidente, quien tenía dos hijos y una esposa.

El músico Lorenzo, mencionó que el movimiento es poco a comparación del año pasado, al ser poco visible los ramos naranjas y amarillos en las tumbas como también familiares llegando desde muy temprano.

Mencionó que sus compañeros y él, cobran alrededor de 100 pesos por canción y la hora a tres mil pesos, además que es el día más importante para los vendedores de flores, cantantes y todo relacionado con el “Día de Muertos”.

Comentó que los Monte de los Olivos y Santa Gema son los panteones con mayor afluencia de la ciudad. Los panteones 1 y 2 son los más antiguos que hay en Tijuana por lo cual considera que los familiares dejaron de asistir.

“Aquí hay muchas tumbas que tienen muchos años y la gente ya no viene. Nosotros buscamos los panteones que tienen más gente para que nos pidan las canciones que escuchaban sus muertos”, explicó.

Rosario Rodríguez tiene al menos 38 años dedicándose a la venta de flores en el exterior de las instalaciones el cual heredó el negocio de su madre.

Comentó que desde los nueve años de edad su mamá y ella se ponían a vender flores de cempasúchil para la decoración de los altares.

“Llegué desde los nueve años, fue tradición de mi mamá, cuándo llegamos ella ya tenía su puesto de flores, nos ponía a trabajar, nos ayudó a desenvolvernos con la gente y perder el miedo”, compartió.