Bajacaliforniana vive la emergencia del coronavirus en China

La joven egresada de la UABC compartió un relato de cómo ha vivido la emergencia internacional por el coronavirus

Juan Miguel Hernández | El Sol de Tijuana

  · viernes 31 de enero de 2020

Fotos:Cortesía | Sonia Alcántar

Tijuana.- Sonia Alcántar llegó a Hong Kong hace cuatro meses, sin saber que viviría semanas críticas dignas de un apocalipsis fílmico.

La joven egresada de la Universidad Autónoma de Baja California compartió desde el continente asiático un relato de cómo ha vivido en el día a día, la emergencia internacional por el coronavirus.

Sonia Alcántar llegó a Hong Kong hace cuatro meses. Foto: Cortesía | Sonia Alcántar

Aquí el texto que compartió a El Sol de Tijuana:

De mis cuatro meses en Asia, las últimas semanas han sido particularmente diferentes. La constante amenaza del contagio de coronavirus modificó la vivencia del día a día de los aeropuertos y ciudades cercanas a China.

Llegué a Hong Kong durante las protestas de octubre de 2019, y después de unos meses de viajar por el sudeste asiático, regreso a esta ciudad en un escenario que alude a la ciencia ficción fílmica de tintes apocalípticos. Los cubrebocas que ocultaban las identidades de los protestantes en las manifestaciones del año pasado, ahora son de uso cotidiano para la protección de una enfermedad que ha cobrado la vida de docenas de personas.

La entrada y retorno de transeúntes a través de la frontera compartida entre Hong Kong y China continental es la principal preocupación de los ciudadanos locales. En sus últimas protestas solicitaron el cierre de la frontera como lo ha hecho Mongolia, pero el gobierno rechaza tal operación. Las diferencias entre la comunicación oficial y la información difundida a través medios independientes crean un ambiente de incertidumbre. Esta tensión social ocupa las portadas de los diarios y revistas más vendidos en las calles.

El coronavirus es una situación de alarma mundial declarada por la Organización Mundial de la Salud. Foto: Cortesía | Sonia Alcántar

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Aunque aparentemente la situación está bajo control, las medidas de prevención incrementan semana a semana. Hace tres días espacios públicos como museos y bibliotecas y algunas atracciones turísticas han cerrado indefinidamente para evitar posibles contagios. Además, después de que la OMS declarara el brote de neumonía de Wuhan como emergencia internacional, el regreso a clases se ha pospuesto hasta el 2 de marzo. En las calles, farmacias colocan los cubrebocas al frente de sus vitrinas, y siempre hay peatones que se detienen a ver los precios y comprar. La gran mayoría de las personas, niños y adultos, utilizan cubrebocas en espacios abiertos y cerrados.

Foto: Cortesía | Sonia Alcántar


Las medidas de protección son las mismas sugeridas a nivel internacional, pero aquí son atendidas con especial detenimiento: cubrir la boca, utilizar constantemente antibacterial, evitar el contacto directo con otros y evitar comer fuera de casa son las recomendaciones oficiales que se reiteran en los medios de comunicación masivos y pláticas entre amigos (incluso en las iglesias católicas los dirigentes sugieren cambiar el estrechar la mano para “dar la paz”, por una reverencia a los demás).

¿Qué hacemos los extranjeros? No importa de dónde venimos ni a dónde vamos, nos adaptamos a las medidas de seguridad e higiene. Lo único que podemos hacer es extremar precauciones y esperar que esas medidas nos alejen de ser portadores del virus a nuestros países de origen.

Foto: Cortesía | Sonia Alcántar