Tijuana.- En el marco del Día Internacional de la Mujer para conmemorar la lucha por la igualdad de derechos y oportunidades en todos los ámbitos, las exigencias aumentan, en especial en un estado donde la mitad de la población son mujeres.
Las principales exigencias continúan siendo seguridad y justicia, pero también es necesario que sean atendidos los rubros de educación, salud, igualdad, paridad de género e inclusión de todas las comunidades, incluidas las mujeres transexuales.
Susana Barrales Honorato, presidente de la asociación La Casita Unión Trans, señaló que aún existen muchas barreras para incluir a la comunidad transexual, incluso desde la población femenil.
“Nos falta mucho por trabajar, nos falta mucho por aceptar la igualdad. Somos mujeres trans y nos quieren poner en un contexto de población vulnerable, cuando muchas veces ya somos capaces de enfrentar cualquier situación y tenemos las mismas capacidades de cualquier persona”, mencionó.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en Baja California hay una población estimada de 1.9 millones de mujeres, lo que representa el 50.4% de la población total.
Pero el 25.1% de las mujeres de 18 años y más, es decir al menos una de cada cuatro, ha sido víctima de discriminación solo por su género, un problema que es mayor para las mujeres trans.
Susy Barrales señala que su comunidad no solo enfrenta la discriminación, sino también sufre violencia física y psicológica desde lo cotidiano en la calle hasta en los centros de estudio y de trabajo.
“Tenemos que sanar y curar muchas de esa problemática que vivimos las mujeres trans (...) Nos discriminan en lugares laborales, no nos quieren rentar (domicilios)”, contó.
Añadió que también es necesario que las instituciones de salud sean capaces de enfrentar los retos en materia de salud mental, en especial para la comunidad trans, ya que no hay personal dispuesto a atenderles.
“No tienen esa preparación para tratar a una mujer trans”, expresó Barrales Honorato.
Según Inegi, sólo el 55.6% de las mujeres de Tijuana tiene acceso a instituciones de salud.
Mónica Rosas, quien es psicóloga y su eje principal es el autoconocimiento basado en el ciclo menstrual ovulatorio, reafirmó que en la atención a la salud aún hay pendientes para las mujeres.
Apuntó que existe mucha desinformación en torno al tabú menstrual y esto hace que la brecha de género aumente.
Algunas de las fallas en el sistema de salud son la falta investigación integrada alrededor de los problemas de salud menstrual, la falta de capacitación y actualización del personal médico, así como que éste labore libre de prejuicios, señaló.
“Niñas, mujeres, hombres y personas menstruantes padecen de dolor a causa de esta negligencia en los sistemas de salud”, comentó Monica Rosas.
La experta recordó que en enero de 2023 el Congreso local aprobó la Ley de Menstruación Digna para garantizar que a estudiantes y mujeres privadas de la libertad se le brinden gratuitamente productos de higiene personal como toallas sanitarias.
Pero a pesar de la entrada en vigor de esta ley, hay escuelas públicas que no cuentan con los productos, además la norma excluye a los hombres trans y mujeres en situación de movilidad, contó.
“Tijuana y frontera, tenemos siempre personas que vienen y van, mujeres y niñas que vienen y van y no se les está proveyendo de este derecho a la dignidad menstrual”, expresó la psicóloga.
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DIFERENCIAS LABORALES
A decir de Noé Morales Meza, director ejecutivo de Empleonuevo.com, al menos en la industria maquiladora, Tijuana es una ciudad con apertura y dinamismo para el desarrollo de las mujeres.
Pero esa apertura parece más bien obligada por la presión externa que por decisiones internas en las empresas.
“Cada vez se hace más dinámico el tema porque las compañías internacionales que están en la zona le tienen que dar cumplimiento al tema de igualdad de condiciones”, dijo.
En algunas empresas de ese sector, el 70% de la planta laboral son mujeres, añadió. Mientras que en las áreas comerciales, operativas, líneas de producción, entre otras, la fuerza laboral también son en su mayoría mujeres.
De acuerdo con datos del Inegi, de cada 100 mujeres ocupadas 70 realizan actividades comerciales, pero solo dos son empleadoras y 18 trabajan por cuenta propia. Además, el 48.3% de las mujeres de 15 años y más son económicamente activas.
Las principales barreras de las mujeres para acceder a un empleo formal son la discriminación de género, falta de educación y de capacitación, así como de normas sociales y culturales que limitan sus oportunidades, señaló el Instituto.
Morales Meza considera que la cultura juega contra el avance de la mujeres por el doble papel que tienen al desarrollar también labores en el hogar.
En 2019, según información del Inegi, las mujeres dedicaron en promedio 28.6 horas semanales a labores domésticas, mientras que los hombres contribuyeron con solo 13.6 horas.
“Esta disparidad puede tener un impacto directamente adverso en la participación laboral de las mujeres”, señaló el Inegi en un comunicado de prensa.
La disparidad entre mujeres y hombres en lo laboral sigue siendo evidente, según Inegi que reportó cómo e n el cuarto trimestre de 2023 en Baja California el 74.6% de los hombres eran económicamente activos o tenían la capacidad de generar ingresos, en comparación con el 48.3 % de las mujeres.
Aún con este “dinamismo” en el campo laboral que menciona Noé Morales, según estimaciones de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), el 23% de las personas que renuncia a su trabajo lo hace por acoso y hostigamiento laboral.
“De ese abandono o denuncias que se hacen en materia de acoso, el 94% de nuestro país son mujeres”, dijo la titular de la Comisión de Mujeres de Canacintra Tijuana, Luisa Celeste Castro Herrera.
Barrales Honorato agregó que en el caso de las mujeres trans, la costumbre las quiere encasillar en trabajos sexuales o estilismo, sin dejar de anotar que han sido discriminadas en el sector maquilador por sus mismas compañeras.
LAS EXIGENCIAS
Mónica Rosas, quien también pertenece al Espacio Mujer Lunar y este viernes marchó en el llamado “Bloque Rojo” que exige dignidad menstrual, expresó que entre las principales demandas de la población femenina está el derecho a la salud.
“Estamos exigiendo que ninguna niña, mujer o persona menstruante, sea excluida, violentada o avergonzada por menstruar. (...) Que los discursos higienistas y reproductivos dejen de ser su única ruta para entender el ciclo menstrual”, apuntó.
Además, buscan que las mujeres tengan condiciones dignas para menstruar, que el personal de salud labore debidamente informado, libre de prejuicios y con enfoque de género.
“Nos parece importante salir este 8 de marzo y tomar ese espacio público para que cada vez más chicas se vayan acercando, vayan reconociendo sus derechos y los vayan empezando a exigir”, expresó Rosas.
Susy Barrales llamó no sólo a la sociedad civil, si no también a las instituciones gubernamentales a acoger a todas las comunidades de “manera respetable”, para darles mayor visibilidad.
Agregó que en las capacitaciones debe existir mayor inclusión para que sean personas de la comunidad quienes brindan talleres a los servidos públicos, a quienes llamó a ser más empáticos y comprender las necesidades de las distintas comunidades.
En materia administrativa Barrales Honorato señaló que es necesario que el ejecutivo estatal legisle para que la comunidad transgénero que radica en Baja California, pero nació en otros estados, pueda realizar el trámite de rectificación de género en sus actas de nacimiento en la entidad, ya que actualmente este trámite solo se puede realizar si la persona nació en el estado.
Añadió que ha asistido a más de 200 personas ha realizar este trámite, pero en Jalisco, esto gracias a un convenio que firmó junto con el registro civil de esa entidad.
“En Tijuana nos falta mucho, este mes de la mujer es importante que todas las mujeres sean empáticas y que sepan que las mujeres trans también tenemos derechos y cómo levantar la voz, de nada sirve que marchemos un 8 de marzo si no somos empáticas”, apuntó Barrales Honorato.