Tijuana.- Sin lugar para refugiarse, sin vuelos disponibles, ni autobuses que vayan a sus lugares de origen, es algo del panorama que han encontrado los migrantes en Baja California, desde que se detectó el primer caso de Covid-19 en la entidad.
La situación no es nada sencilla para las personas en contexto de movilidad. Los albergues han optado por “blindarse” y no dejar entrar a más migrantes a sus espacios, como medida extraordinaria para evitar la propagación del coronavirus entre su población. Por ejemplo, desde el 19 de marzo la Casa del Migrante, decidió mantener en 50% la capacidad del albergue, limitando a un máximo de 80 personas.
Salir de esta frontera tampoco resulta muy sencillo, tan solo entre el miércoles y jueves, 81 vuelos fueron cancelados en Tijuana y 17 en Mexicali, según información del Gobierno del Estado. Por tierra tampoco lucen mejor las cosas, la central camionera compartió que desde que inició la fase 2 en México, se ha reducido en hasta 70% el número de pasajeros.
Pese a la contingencia sanitaria, las autoridades de Estados Unidos no han cesado el ritmo de deportaciones por los puertos fronterizos de Baja California, es más, implementaron las repatriaciones “exprés”.
Desde el lunes 23 de marzo, la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), advirtió en rueda de prensa, que los migrantes que cruzaran la frontera ilegalmente, serían retornados inmediatamente a su país de origen en lugar de ser detenidos en un centro de detención.
Desde aquel anuncio, por Tijuana son deportadas un total de 120 personas diariamente, en tanto que en Mexicali, la cifra asciende a 100, de acuerdo a datos compartidos por el Instituto Nacional de Migración a la Alianza Migrante. En todo el estado, diariamente son expulsados 80 mexicanos de forma “exprés”, es decir, casi inmediata.
“Las deportaciones exprés son como eran hace muchos años, en cuanto entrabas te deportaban de forma inmediata al país. Por eso hay una gran diferencia de repatriados y deportados de forma exprés, porque es muy rápida la deportación, es cuestión de horas”, explicó el coordinador de la Alianza Migrante, José María García.
LOS MIGRANTES SE QUEDAN EN EL “LIMBO”
Graciela Zamudio Campos, directora de Alma Migrante, criticó el hecho de que tanto el gobierno de Estados Unidos como el de México, hayan ignorado a los migrantes en sus políticas de protección para prevenir el Covid-19.
“Este es un momento en el que mundo está preocupándose por todas las personas, con excepción de las personas en contexto de movilidad. Eso finalmente termina siendo un sabotaje a la estrategia de salvarnos todos, la única forma de salvarnos todos, es cuidando a cada persona y a los migrantes. Todas las medidas que se han estado tomando, tienen esa perspectiva de exclusión”, expuso.
La activista aseguró que las autoridades han violado el derecho a la vida y a la salud de los migrantes, dejando de lado la posibilidad de que se respete sus oportunidades por optar por el asilo político o a una repatriación conforme marca la ley.
“La única forma de asegurar que la pandemia no avance de forma tan acelerada, es cuidando que cada persona esté en posibilidades de protegerse, pudiendo implementar las medidas de prevención sanitarias. Me parece una afrenta no solo al derecho del debido proceso, sino también una afrenta a la salud”, comentó.
Zamudio Campos, recalcó que la actual medida de los albergues de no reducir el acceso a más personas a sus refugios, obliga al gobierno de México a garantizarles a los migrantes un lugar digno y seguro donde alojarse en tanto permanecen en la ciudad.
“Esto lo que hace volcar la responsabilidad en donde siempre tuvo que estar, en manos del estado. Sé que el hecho de las asociaciones de la sociedad civil estén cerrando sus puertas a los migrantes, pone en primera línea en responsabilidad al gobierno en la protección de los derechos de las personas repatriadas, la cual es su obligación”, puntualizó.
Por último, la directora de Alma Migrante señaló que las solicitudes de asilo político en Estados Unidos están totalmente detenidas, recordando que el proceso de aplicación llevaba varias semanas antes de que iniciara la pandemia, siendo demasiado lento.
“Notamos también la tendencia de algunas personas a querer cruzar sin mucho cuidado, pero son los abogados estadounidenses los que pueden sugerir qué hacer o qué no.
El hecho de tomar esas decisiones sin mucho pensar, les puede traer afectaciones jurídicas y la tu salud de las familias” concluyó.