Juan Miguel Hernández
Tijuana.- Carlo no tiene un deseo especial para Navidad. En esta época del año, su principal anhelo es llevar una vida lo más normal posible que le permita ir a la escuela y convivir con sus seres queridos.
El pequeño Carlitos es uno de los 22 niños que viven en la Casa Eunime, especializada en atender a niños portadores de VIH/Sida.
Aunque esté de vacaciones, Carlos no olvida sus obligaciones, y, como regalo de Navidad, quiere algo que le facilite sus trabajos escolares.
“Pedí un USB para mis trabajos de computación y libretas”, comentó.
A sus escasos 11 años, y cursando el sexto grado de primaria, Carlos es capaz de definir lo que es el VIH mejor que muchos que le llegan a doblar la edad.
“Es una enfermedad que no tiene cura; requiere de tratamientos especiales y solo se transmite por relaciones sexuales o sangre”, respondió el pequeño al cuestionarle si sabía lo que era el VIH.
Entrevistado mientras aprendía el uso de la computadora, Carlitos también recordó otro de los deseos que tiene para el año 2019, que, curiosamente, no tiene relación con algún juguete o videojuego, algo propio de un niño de su edad.
“Quiero estar con mis 22 hermanos y quedarme en la nueva casa; que ya esté lista la nueva casa que van a construir”, expresó.
A pocos meses de ingresar a la secundaria, tiene claro sus planes para su vida profesional: ser un exitoso ingeniero civil.
“Me siento muy bien”, dijo Carlos al terminar la entrevista.