Tijuana.- Abandonadas lucen la ciclovía del bulevar Benítez y el ciclocarril de la Zona Río, construidas en 2015 con el objetivo de dar una alternativa de transporte no motorizado para los tijuanenses.
Son 13 kilómetros de infraestructura ciclista divididos en los dos corredores de la ciclovía.
Algunos tramos lucen con basura y capas de tierra por la falta o el mínimo mantenimiento de las autoridades.
César “Chícharo” Zúñiga, ciclista desde hace varios años, dice que la falta de limpieza en tramos de la ciclovía ha provocado caídas de aficionados al ciclismo y por ello hicieron una limpieza en el tramo de la ciclovía del Benítez, entre los bulevares Lázaro Cárdenas y Federico Benítez.
“Es un circuito que todos usamos, pero a muy pocos nos interesa, tras suscitarse un par de caídas de compañeros urbanos debido a toda la basura y arena dispersa por esta vía”, dijo el ciclista, y mencionó “también algunas secciones de la ciclovía del Benítez tiene fallas en la infraestructura que generan inseguridad para sus usuarios”.
Ciclistas indican que la ciclovía solo tiene un sentido, lo que complica que funcione como una vialidad para el desplazamiento humano.
La ciclovía fue construida con una inversión de poco más ocho millones de pesos, con fondos federales a través del Programa Nacional de Prevención Social de la Violencia y Delincuencia (Pronapred).
En la página oficial de Pronapred se detalla que se construyó una ciclovía de 9.08 kilómetros, que inicia en la glorieta General Ignacio Zaragoza, en el Paseo de los Héroes de la Zona del Río, a la altura del del hotel Lucerna, por el bulevar Federico Benítez, termina en el bulevar Díaz Ordaz, a la altura de la clínica del IMSS número 27.
En el 2016 fueron retiradas mojoneras de cemento que estaban de la Zona del Río, desde la glorieta General Ignacio Zaragoza hasta el bulevar Benítez y dos kilómetros de ciclovía se convirtieron en ciclocarril.
La construcción de la ciclovía en 2015 se dio en medio de una polémica, pues el sector comercial de la zona opinaba que lejos de ser una alternativa vial, afectó la movilidad de los autos porque retiraron dos carriles del bulevar Federico Benítez, un carril fue asignado exclusivo a la ciclovía y otro carril más para estacionamiento de automóviles.
Inconformidades que después de cinco años persisten entre comerciantes y empresas, pues aseguran que la ciclovía quita espacio, afecta a los comercios y es poco el uso de ciclistas.
“Sí pasan ciclistas, pero la verdad son muy pocos, a veces se juntan grupos de ciclistas en las noches, pero un carril solo para ciclistas, es demasiado, cómo quitar dos carriles a este bulevar”, dijo Juan Jiménez, quien tiene un comercio sobre el bulevar Benítez.
La ciclovía del Benítez tiene carriles de confinamiento exclusivo para el uso de la bicicleta y mojoneras de cemento que se supone impiden el tránsito de vehículos para que únicamente puedan transitar vehículos no motorizados, según el reglamento de Tránsito y Control Vehicular del municipio de Tijuana.
En su artículo 36 establece que en caso de la existencia de ciclopistas, los conductores de vehículos automotores deberán respetar el derecho de tránsito y darán preferencia a los ciclistas que circulen por ellas.
Se contemplan multas de tránsito que van de una a cinco veces la Unidad de Medida y Actualización (UMA), que va de los 87 a los 435 pesos.
José Cañada García, regidor presidente de la Comisión de Seguridad Ciudadana, Protección Civil y Régimen Interno en el Cabildo de Tijuana, indica que las sanciones son leves y a los automovilistas les falta conciencia, pues invaden el carril exclusivo de los ciclistas.
“Veo factible la ciclovía, simplemente el único problema es que la mayoría de los ciudadanos no tenemos esa educación de respetar a los ciclistas, a veces nos molestamos al ir manejando cuando va un ciclista. Yo creo que tenemos que ser sensibles todos para dar la oportunidad a aquellas personas que les gusta andar en bicicleta, para que tengan un espacio dónde transitar libremente por las calles de nuestra ciudad”, dijo el regidor Cañada.
Y hasta el momento no hay estadísticas de multas de tránsito por violar el artículo 36 del reglamento de Tránsito. La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de Tijuana, al solicitarle la cantidad de infracciones que han levantado, dijo que no había ese concepto.
Pero sobre el bulevar Benítez son repetidas las ocasiones en que automovilistas invaden el carril de la ciclovía y ante el cierre del paso, los ciclistas tienen que invadir los carriles vehiculares.
Esto es una sanción que se contempla en el artículo 37 del reglamento de Tránsito, donde se prohíbe a los conductores de bicicletas o motocicletas transitar por los carriles centrales o interiores de las vías primarias, así como circular por los carriles exclusivos, confinados y de preferencia del Sistema Integral de Transporte de Tijuana (SITT) con multas que van de una a cinco veces la Unidad de Medida y Actualización.
Mientras que los cuatro kilómetros del ciclocarril del Río, que inicia en la avenida Prolongación Paseo de los Héroes y entronque de la avenida 20 de Noviembre, en la Zona del Río de Tijuana, tiene únicamente letreros pintados en el pavimento, no hay carriles confinados para uso exclusivo de ciclistas y pueden transitar tanto vehículos como bicicletas.
Según un estudio emitido por el Instituto Metropolitano de Planeación (Implan), realizado por el XXII Ayuntamiento, el ciclocarril no cumple con los requerimientos fundamentales de infraestructura ciclista, entre ellos, ser infraestructura segura, cómoda y atractiva.
El estudio mencionó que al ciclocarril de Zona del Río le falta conectividad hacia otros puntos de la ciudad, debido a la ubicación geográfica de la zona y la accesibilidad es nula a pesar de estar localizada en una zona estratégica por la concentración de actividades económicas, pero no logra conectar con ellas y el uso de la bicicleta se limita a ser recreacional y deportivo y no una opción de movilidad urbana.
La ciclovía y ciclocarril no tienen mucha demanda de ciclistas y los carriles confinados para uso exclusivo no pueden ser retirados, pues las obras se realizaron con recurso federal de Pronaped, que establece en las reglas de operación para designar el recurso ejercido de ocho millones de pesos, que se tiene que operar por lo menos durante cinco años; este 2020 se vencerá el plazo mínimo.
Por su parte el alcalde de Tijuana, Arturo González Cruz, aceptó que las infraestructuras de ciclovía y ciclocarril no funcionan adecuadamente.
“Deben modificarse para que realmente se puedan utilizar porque ahorita casi nadie las utiliza”, comentó.
Un proyecto que realizó el Cabildo de Tijuana, a través de la Comisión del Deporte, con el objetivo de dar un mejor uso a la ciclovía como el ciclocarril y asignar un presupuesto en el Ejercicio Fiscal 2021.
Pero las opiniones encontradas continúan en Tijuana, por una parte ciclistas piden una mejor infraestructura en los carriles de la ciudad, mientras que el sector económico considera que se pierden carriles de uso automovilístico.
La realidad es que en Tijuana no se tiene la cultura del uso de la bicicleta entre la población, pues es peligroso desplazarse por la ciudad y debido a la deficiente infraestructura, los centros de vivienda, trabajo y escuelas están alejados y el uso de la bicicleta se limita a grupos de personas que practican este deporte en la ciudad.
