Tijuana-. La invasión de taxis de ruta en el recorrido del Sistema Integral de Transporte de Tijuana lo convirtieron en un sistema fallido e insostenible para sus concesionarios originales, quienes se han visto obligados a vender o traspasar no sólo gran parte de los camiones alimentadores, sino también su membresía de socios del SITT, informó Arturo Aguirre, concesionario y uno de los impulsores del proyecto.
Actualmente, 80% de las concesiones del SITT han sido adquiridas por el empresario Fernando Flores, quien administra el sistema de transporte, manteniendo en operación seis unidades, de las 30 que se tenían dispuestas en la ruta troncal y que ha sido necesario vender o traspasar para solventar la deuda de 180 millones de pesos en compromisos crediticios que se adquirieron para obtenerlas.
20% de las concesiones restantes continúan estando en manos del Calfia, empresa administrada por Arturo Aguirre y que se encargaba principalmente de alimentar la ruta troncal, proceso que también fue detenido por incosteable, subrayó el Napo Aguirre.
Detalló que, de 70, de los 120 camiones alimentadores con que contaban, tuvieron que devolverlos hace un año, porque no se utilizaban y no podían cubrir su financiamiento.
Las 50 unidades con las que se quedaron significan una deuda de 100 millones de pesos, y para poder pagar los créditos, los transportistas optaron por sacar de las rutas alimentadoras del SITT estos camiones y utilizarlos en el transporte público tradicional, en los que sí pueden obtener alguna ganancia.
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“La decadencia del SITT es fuerte, hay que admitirlo”, reconoció el Napo, quien agregó que los transportistas que aún son concesionarios del SITT tienen la esperanza de que las autoridades del Ayuntamiento de Tijuana y el Instituto de Movilidad Sustentable (Imos), lleguen a un acuerdo que defina el futuro del sistema.
Con el traspasó de la regulación del transporte al estado, el SITT se quedó en el limbo, ya que no se pasó al estado, quedando en el municipio, mientras que la regulación del transporte sí pasó al estado.
Esta situación propició que la invasión de rutas, iniciada hace 10 años por parte de los concesionarios de taxis, hiciera crisis durante las dos últimas administraciones municipales, agregó.
Ante ello, pidió al nuevo director de Imos saque de circulación los más de cinco mil taxis de ruta que operan sin concesión aprobada por Cabildo, portando solo un documento firmado por un director de transporte de administraciones pasadas.