Tijuana.- Los recientes cambios en las políticas migratorias y el cierre de fronteras a causa de la pandemia del Covid-19 han ocasionado que miles de personas vean interrumpidos sus proyectos migratorios y queden atrapados en México. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Migración (INM) en la frontera norte se tiene registro de 12 mil 500 extranjeros varados; mientras que en el sur se cuentan a 9 mil personas. Sin contar los casos de migración interna.
En este sentido, la Dra. Ietza Bojórquez, investigadora del Departamento de Estudios de Población de El Colef, señala que aunque existen reglamentos, protocolos o medidas para actuar ante pandemias, en el caso de los migrantes a éstos se les suele considerar más como un vector de transmisión de enfermedades, sin que se considere el lado de que son personas que necesitan atención y cuidados.
En lo que respecta a la estadía de las y los migrantes, la investigadora de El Colef agregó que muchos albergues, ante el escenario que plantea el Covid-19, han tenido que cerrar el ingreso a personas de recién arribo, con el fin de generar un espacio controlado para la no propagación del virus; dado que no cuentan con los insumos necesarios ni la infraestructura debido a que, en su gran mayoría, son espacios que dependen de asociaciones civiles.
Aunado a lo anterior, con el cierre de albergues, han surgido campamentos informales de migrantes, lo que también representan un riesgo mayor para su salud dado que son personas que tratan de cruzar la frontera y al no conseguirlo regresan y generan condiciones de movilidad aumentada y de contacto con muchas personas.
La Dra. Ietza Bojórquez, señaló que es necesario que los tres niveles de gobierno se involucren y generen medidas de protección para la población migrante y que brinden apoyo a los albergues para que éstos puedan cumplir con los lineamientos y recomendaciones que emite la Secretaría de Salud y la Organización Mundial de la Salud, con el fin de disminuir la expansión del Covid-19.